7.- Desenlace

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Lee Taeyong

P.O.V

   Estaba dispuesto a esperar una eternidad si era necesario, a soportar la realidad de que esto no fuese algo más que una amistad, porque podía conformarme con el hecho de estar a su lado a pesar de que las cosas no resultaran como yo quisiera.

   Por él, todo por él... todo este tiempo había sido así.

   La faceta de líder, de persona fuerte, trabajadora, entusiasta; solo se incrementó porque existe, porque sé que en algún momento de su día, él me mirará. Por lo menos, quisiera ser su impulso y también para los otros miembros del grupo, así que rendirme nunca había sido una opción para mí y eso también y eso también involucraba mis sentimientos.

   En serio lo quiero demasiado, a pesar de que me cuesta decírselo...

   Por desgracia, el último día que permaneceré aquí ya había llegado; debía regresar lo más pronto posible para cubrir los horarios de ensayos y otras cuestiones con el grupo. Así que tomé una decisión final: Aprovecharé este día, tranquilo, y dejaré que todo fluya sin presiones ni emociones fuertes. Solo quería relajarme, respirar profundo y disfrutar de Osaka, su aire y agradable ambiente. Y por supuesto y no menos importante, pasarla bien con la familia Nakamoto, para no regresar con resentimientos a Corea.

   La verdad, siempre había adorado Japón, y en el futuro me encantaría vivir aquí.

   Hice un esfuerzo para que todo marchara con normalidad, pero mi cabeza no dejaba de hacerme malas jugadas: "todo por mi buen amigo..." fue lo único que se repetía en mi mente con mucha frecuencia, tal como un eco ensordecedor, taladrando mi cordura y sucedía cada vez que le daba una simple mirada a Yuta.

   Y fue más complicado durante el almuerzo. Esta vez solo estábamos los tres hermanos y yo. Las dos chicas de vez en cuando se lanzaban miradas furtivas, y no era de extrañarse, el aura se sintió densa y nadie se animaba a romper la gruesa capa fría que provocaba el silencio desolador.

   Santo cielo. No pretendía que resultaran las cosas así, aunque, no es mi culpa, ¿o sí...?

   —Yuta, ¿vas a ir con nosotras al festival? Estoy segura de que a Taeyong le va a fascinar —la mayor habló de pronto, aunque en su idioma natal. No logré captar muy bien sus palabras.

   El chico rubio solo asintió en respuesta, con la mirada fija en su plato y sin articular palabra alguna. Ante eso, me fue difícil disimular la mueca que hice, esa que inevitablemente delató la tristeza y decepción entrelazadas. Aun no nos habíamos dirigido la palabra desde esta mañana y este ambiente pesado en serio se empezaba a sentir muy incómodo. Quería desaparecer de allí tan rápido como fuera.

   Me levanté de un salto, tomé mi plato y lo llevé a la cocina para lavarlo. No quería parecer tan ostentoso por mi actitud, pero sin darme cuenta aceleré el paso y dediqué toda mi atención en el fregadero; tomándome por sorpresa la enorme pila de platos sin lavar que se habían amontonado desde el desayuno.

   Fruncí las cejas, extrañándome de ver tanto desorden y suciedad.

   La vez pasada la señora Nakamoto me había reprendido por hacerlo, pero la costumbre podía más conmigo. Ella salió desde muy temprano para ayudar a su marido con algunas cuestiones de trabajo, por lo que no me importó mucho.

   Ladeé la cabeza y en un acto casi automático, subí ansiosamente las mangas de mi suéter blanco para evitar que se me mojaran. Me puse los guantes de goma amarillos que reposaban junto al mesón, saqué la esponja de los estantes y vertí en esta un poco de jabón líquido; teniendo el sumo cuidado de no derramar demasiado. 

Osaka dream | YuTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora