Osaka dream | YuTae

4.- Junto a ti.

"Osaka. El lugar que tú y yo soñamos. Nadie nos puede ver. Y nada nos puede molestar. 
Solo tienes que estar a mi lado".
______________________________________

   Nakamoto Yuta

   P.O.V

   —Woah, ¡mira eso! —exclamó asombrado, señalando hacia a una tienda de ropa mientras adelantaba el paso hacia ésta—. Se ve que el diseño es bastante único.

   Solté un bufido y me acerqué hacia donde él estaba con una sonrisa entretenida.

   Aquí vamos de nuevo.

   —Tae... ¿Qué estás viendo?

   —Ahhh, ¡realmente me gusta mucho!... —me interrumpió con un chispeante interés que brotaba desde sus ojos, recorriendo con la vista aquello que había robado su atención.

   Abrí la boca para hablar en cuanto me di cuenta de que se le había caído una de sus bolsas al suelo, pero el otro me interrumpió de nuevo.

   — ¿Cuánto podrá costar...? No veo el precio, pero... —ladeó la cabeza sin despegar su vista de la vitrina, totalmente concentrado en ello más que ninguna otra cosa.

   Lo miré rendido, y reí por lo bajo mientras me inclinaba para recoger la bolsa por él.

   Este chico...

   Desde muy temprano en la mañana, habíamos pasado casi todo el día en el centro, recorriendo y haciendo compras en diferentes tiendas de ropa y accesorios. Mamá y Haruna también decidieron ir con nosotros, pero ellas ya se habían adelantado hace unos minutos. Por desgracia, Momoka no pudo venir a acompañarnos por cuestiones de trabajo, y en el mismo caso también incluía a papá.

   Ya eran alrededor de las 3:26 pm, y aun nos quedaba mucho camino por recorrer en el centro. Honestamente, mis pies ya empezaban a dolerme un poco, pero no podía quejarme. Hacía un día agradable, el tiempo era perfecto y en especial por el simple hecho de estar con la mejor persona.

   Con una sonrisa en mis labios, observaba a Taeyong quien aún seguía contemplando con fascinación la vitrina de la tienda, sus grandes ojos negros se clavaban en una gorra platinada de rayas negras dispersas. Me resultaba divertido verlo de esta manera, pero ya no me sorprendía que no le importara gastar todo su dinero por cualquier cosa bonita que se le atravesara.

   —Entonces, ¿la comprarás? —le pregunté, aunque ya fuese demasiado obvio—. Si quieres, puedo ayudarte con eso.

   Él finalmente se giró hacia mí, enderezando su espalda.

   — ¿Ayudarme con qué? —inquirió.

   Su rostro se tornó extrañado como si no entendiese lo que le había planteado, pero en cuanto procesé de nuevo aquellas palabras en mi mente, enseguida me di cuenta de mi torpe error.

   —No, es que... Quiero decir, te puedo ayudar a preguntar por el precio de la gorra a la cajera —me corregí mientras le devolvía la bolsa que se le había caído.

   Taeyong casi pareció un niño, mirándome de pronto tan iluso como desconcertado.

   —O-oh... claro. Pero —miró hacia la entrada de la tienda—... estoy seguro que puedo hacerlo. No te preocupes —replicó con un deje de insistencia en su voz.

   Genial. Cuando intento ser amable, ahora resulta que soy rechazado.

   ¿Crees que esta vez no puedo hacer algo bueno por ti, Lee Taeyong?