6.- Planes (parte II)

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   Lee Taeyong

   P.O.V

   Creí haber controlado los nervios, tener el poder para disminuirlos o hasta disimularlos. Los entrenamientos duros desde joven también tenían ese lado, el saber manejar la respiración para que los latidos descendieran en ritmo, para que el cuerpo se relajara conforme al tiempo en que mantuvieses la mente estable.

   Sí, aquello era muy dificultoso, pero ya eran muchos años de práctica y todos aprendimos a sobrellevarlo de distintas maneras. Mark, por ejemplo, decía que esa sensación solo la mantenía a la vanguardia porque lo ayudaba a impulsarse, JungWoo utilizaba hierbas y tés, y otros solo escuchaban música para despejarse. Eso era parte de ser idol, entrenar la mente y mantener tu vista siempre enfocada en lo que querías. Sin embargo, aquí estaba yo, acostado en el mismo colchón inflable en la habitación de Yuta; mirando el techo, inquieto y sin conseguir pegar los ojos ni en una décima de segundos. Todo por culpa de una palabra que rondaba por mi cabeza; "cita". No podía creer lo febril que me sentía, ¿a caso era el día en el que tuve mi audición para entrar a la empresa?

   Me sentí tan tonto.

   A las cinco de la mañana, me percaté de las gotas cayendo del cielo que aumentaban en cantidad y con ello incrementó el viento, el sonido y el olor a tierra mojada que se filtraba por la ventana de la habitación. Me levanté de la cama para cerrar la ventana, ya que entraba la lluvia al cuarto, y así me quedé viendo la nada a través de esta.

   Esta lluvia no durará tanto...

   Sin darme cuenta logré cerrar los ojos y cuando los volví a abrir, la hora de mi teléfono marcaba las ocho y cuarto de la mañana. Yuta ya se había levantado.

   Demonios.

   Pensé, ensimismado en mis pensamientos por un instante, suponiendo que la lluvia logró relajarme mucho. Pero ahora me encontraba con otra cuestión, al salir de aquí me toparía con Yuta y eso era lo último que necesitaban mis nervios ahora. Estaba metido en un gran lío, ¿por qué no podía simplemente portarme como el líder de un grupo de dieciocho chicos, justo ahora cuando más lo necesito?

   En realidad, a veces ni yo mismo me sentía líder... 

   Hice miles de rabietas mientras me cambiaba y aseaba, hasta que de pronto un sonido proveniente de la entrada del cuarto me sobresaltó.

   No puede ser. ¡Por favor, que no sea Yuta...!

   Abrí lentamente la puerta y eché un vistazo curioso antes, para descubrir de quién se trataba. Y vaya sorpresa.

   — ¡Buenos días, Taeyong! —una chica de enorme sonrisa me sorprendió, pero sin duda me alivió el ver que no se trataba de mi amigo. Suspiré y me fue imposible tener que simularlo—. ¿Estás tan decepcionado de que no se trate de Yuta? —no capté mucho su japonés, pero entendí que se estaba burlando de mí, de alguna manera.

   — ¿Dónde está Yuta...? —quise saber, aun con voz somnolienta.

   —Lo siento mucho, pero él no está ahora.

   La hermana mayor de Yuta, Momoka, tenía un coreano con un acento muy peculiar, casi como el de Yuta cuando recién lo había conocido. Pero de vez en cuando se le escapaban algunas palabras en su idioma natal y se tornaba un tanto complicado entenderla; supongo que a ambos nos ayudará al interactuar juntos. Me pidió acompañarla a alguna parte, en realidad no me especificó, pero sin darme cuenta ya me encontraba en su auto junto a Haruna, a la que llevamos primero a la universidad.

   —Perdón todo el misterio —Momoka manejaba, con la misma expresión de estar complacida con todo, no quitaba la vista del frente pero comenzó entablar una conversación conmigo en coreano—. Yuta desapareció en la mañana, así que aproveché para pasear a solas.

Osaka dream | YuTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora