10.- Medicina (FINAL)

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   Taeyong, ya te extraño...

   Abrió sus ojos de golpe, de par en par; desconcertado

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   Abrió sus ojos de golpe, de par en par; desconcertado.

   Con ojos desesperados, miró todo su entorno sin hallar manera alguna de comprenderlo. Observó sus manos con detenimiento, hasta que poco a poco inspeccionó todo su cuerpo sin poder creérselo aun. Cargaba puesto el mismo suéter negro, los mismos jeans azules, tenis blancos, gorra, el cubre bocas colgando por debajo de su barbilla, la mochila negra de cuero sobre la espalda y todo su equipaje, que a su vista reposaba en el suelo a solo unos escasos centímetros de sus pies. Todo estaba en un estado bastante normal.

   Nada había cambiado.

   Parecía perdido en el tiempo, como si ya no recordara qué hacía ahí o qué había hecho antes. Hasta que, se percató del dulce aroma que aun emanaban las mangas de su suéter. Su olor.

   Su último contacto con él.

   Lee Taeyong...

   Porque él ya se había marchado

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   Porque él ya se había marchado.

   Tristemente, así habían resultado las cosas. Se había quedado solo en el aeropuerto, después de que todos sus compañeros abordaran el avión; arrepentido de no ser capaz de pedirle a su mejor amigo que se quedara con él.

   Recordó sus facciones a la perfección la última vez que sus ojos lo vieron: su ceño fruncido, intensa mirada que reflejaba desilusión, el tono de voz bajo y apagado, un intento de sonrisa con la que trató de encubrir el desánimo...

   "Adiós, Yuta..."

   Era evidente lo que Taeyong también quería y él nunca se dio cuenta a tiempo.

   Apretó los puños con fuerza y se mordió el labio inferior con la misma intensidad.

   Qué patético y cobarde había sido.

   Pasó todo el tiempo ensimismándose en sus propios pensamientos y angustias, sin percibir que en el comportamiento de su amigo también había un trasfondo que le habría dado la respuesta que quería; claro, si desde un principio le hubiese prestado más atención. Y no es que no le prestara atención, si lo hacia; pero cuando los nervios se apoderaban de él, se atontaba tanto que intencionalmente dejaba pasar por desapercibido muchas cosas. Muchísimas cosas.

Osaka dream | YuTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora