4- ❝No llores más... Aquí estoy❞

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Pov. Avocato:

Desperté, esperando encontrarme con Pequeño Cato pero no fue así. Por alguna razón estaba en la cama de Gary, cuando me di cuenta de esto di un salto de la cama ocasionando mi caída hasta el suelo y despertando a Gary.

–¿¡Pero qué rayos hiciste!?– La verdad no recordaba nada de lo que pasó anoche, solo tenía un horrible dolor de cabeza.

–¿¡Yo!? ¡Fuiste tú quien me empezó a lamer el rostro!

–¿¡Lamer!?

–Aunque tengo que admitir que fui yo quien te hizo darme el beso.

–¿¡Beso!?– Esto se estaba poniendo raro, realmente no podía recordar nada. ¿¡Qué diablos estaba pasando!?

Parece que Gary está tan confundido como yo, puesto que este se veía triste por la forma en como le contestaba pero no pude evitarlo. No se porque rayos amanecí en la cama de este idiota, espero que no haya pasado nada más que ese beso.

–Gary, nuestros motores de teletransportación han sido vaciados. Estamos inmóviles– Genial, este día no se puede poner peor. Fui a mi habitación, me puse mi camisa y me fui corriendo a la sala de comando.

–¿Alguna idea de quién haya sido HUE?

–Mmm... Oh... Ah... Todos los registros han sido borrados, es como si la nave se hubiera apagado por completo mientras que todos estaban dormidos.

Esto es malo, mientras miraba a mi alrededor me encontré con rastros de sangre pero no era aquella sangre que tienen los humanos... No... Esa sangre es de

El Sr. Comandante...

–¿Crees que eso es posible?– Preguntó Gary mientras llegaba y tomaba asiento.

–No estoy seguro de como rayos se infiltró pero no hay duda alguna de que fue él, mira esta sangre estoy un 99% seguro que es de ese maldito– De pronto, me acordé de Pequeño Cato, espero que ese enano idiota no se lo haya llevado.

Fui corriendo lo más rápido que pude hasta la habitación que nos habían dado en lo que nos manteníamos en la nave. Por suerte mi hijo seguía ahí, aún dormido.

–Despierta... Pequeño Cato, levantate– Le dije mientras lo sacudía lentamente.

Mi hijo fue abriendo sus ojos lentamente, parecía que no había tenido un gran sueño aparte de que tenía un par de lágrimas cayendo de su rostro. Cuando despertó por completo me dio un fuerte abrazo y se empezó a reír.

–¡Papá! ¡Estás vivo!– Parece que hoy es el día de decir cosas raras.

–Jeje... Si, completamente vivo pero no es hora de agradecer por eso, tenemos un problema más grande.

Pequeño Cato asintió cuando salí del cuarto éste me siguió el paso. Aún había muchas cosas en las que no podía parar de pensar: ¿Por qué el Sr. Comandante nos habrá quitado los motores de teletrasportación? ¿Por qué parecía como si estuviera tosiendo sangre? ¿Acaso fue herido? ¿Por quién? ¿¡Qué diablos estaba pasando!?

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que Gary estaba frente a mi, ocasionando que ambos cayéramos al suelo.

–Si quieres hacer algo más, sería mejor que nos fuéramos a mi habitación– Voy a admitir que admiro el como Gary podía mantenerse positivo aún cuando todo estaba terrible. Pero eso no impidió que le diera un gran golpe en su cara.

–¡Vamos! ¡Levantate y ayudame a reparar la nave!

Gary se alzó del suelo, se limpió la sangre que brotaba de su nariz y empezó a seguirme el paso.

Modo: Novio... ¡Activado! [Garycato] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora