13- ❝Siempre eres tú...❞

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Pov. Avocato:

–El idiota olvidó desayunar, es todo, se desmayó por falta de energías– Decía Quinn en el marco de la puerta mirándome algo molesta.

–Quinn... ¿Por qué eres así?– Le decía aún sin mirarla y sosteniendo la mano de mi rubio.

–¿A qué te refieres?

–Si, bueno, ¿por qué eres tan malo con él?, Gary siempre fue muy amable contigo y tú ni siquiera puedes recordar su nombre– Me levanté de mi lugar y la miré fijamente. –¿Acaso te hizo algo malo?– Caminé hasta quedar unos metros frente ella. Esta solo bajó su mirada y soltó un gran suspiro.

–Cuando eres un miembro de la Guardia Infinity, no tienes tiempo para enamorarte y menos de un prisionero– Su expresión de enojo cambió a una de tristeza. –Además de que... Todos los hombres a quien he conocido son iguales, te mienten para que salgan contigo y de repente te abandonan llevándose todo lo que era tuyo y obligándote a vivir independiente– Parecía que empezaría a llorar pero se resignó y trató de evitarme verme a la cara.

–Técnicamente dices que tienes miedo de que Gary sea uno de esos tipos ¿no?

–Y-yo no tengo miedos... Solo... No quiero repetir lo que me ha pasado– Se cruzó de brazos y se quedó mirando al suelo.

–Como una vez Gary me dijo en un sueño... Todos estamos rotos...

Solo es cuestión de que tanto y que tan lejos llegaremos para arreglarnos– No me había dado cuenta de a que hora Gary despertó y nos miraba sentado a orillas de su cama.

Gary quería pararse pero sentí que aún estaba muy débil, por lo que le ayudé y Quinn vino conmigo, lo que quería el rubio era abrazarnos y mantenernos juntos para... Bueno, para siempre si se pudiera. Cuando nos tuvimos que separar me di cuenta que un par de lágrimas ya habían caído del rostro de Quinn, admiro la forma en como se puede auto controlar. Ella solo se dirigió a la puerta con una gran sonrisa y antes de irse nos miró y nos dijo: ❝Gracias...❞

Empecé a besar al rubio en cuanto ella abandonó la habitación. No hacía falta decir palabras para saber lo cuán ansiosos estábamos por ya tener esta noche excitante. No me iba a esperar hasta que Gary me pidiera matrimonio, lo cual ni siquiera sé si lo vaya a hacer, seguramente está por planear algo en grande.

Le empecé a quitar la camisa lentamente para hacerlo sufrir un poco, me gusta verlo enojado porque se ve súper adorable. Cuando tenía su pecho totalmente descubierto empecé a besarle y morderle la parte de su cuello, tampoco lo hacía muy fuerte, no quiero lastimarlo. Bajé hasta sus pezones y empecé a lamerle uno como si de una taza de leche se tratase mientras que Gary solo se reía, supuse que se debía a la textura de mi lengua, ya me lo había comentado antes.

–Avocato, pensé que eras de esos tipos a los que no les gusta perder su tiempo– Me mencionó mientras que con uno de sus dedos levantaba mi barbilla para hacer contacto visual con él. Era claro que el rubio ya quería que le empotrase contra la pared.

–Oh, te aseguro que no estoy perdiendo el tiempo– Apreté su bulto y éste soltó un sonoro gemido, traté de callarlo lo más rápido posible con un beso en los labios. Toda la tripulación estaba abordo de la nave, no podía arriesgarme a que alguien nos escuchara. Me acerqué a su oído. –Ahora sí viene la parte divertida– Le susurré.

Le di otro beso pero ahora estaba dispuesto a extenderlo un poco más de tiempo para así, tratar de quitarle sus pantalones y comenzar a hacer lo que haría que el rubio deje de estar de quejumbroso. Todo iba demasiado bien como para ser verdad.

Modo: Novio... ¡Activado! [Garycato] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora