08.

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Estaba tranquila en mi cuarto como un martes cualquiera, estaba hablando con Gabriela por WhatsApp, ese día ella no tenía que ir al instituto porque los maestros estaban en una reunión importante, así que decidimos salir en la tarde a comer helado, como las grandes amigas en las que nos habíamos convertido.

Gabriela tiene 15 años, no tiene hermanos como yo, o eso creía. Ella es muy sociable y tiene muchísimos amigos con los que comparte en el instituto, en parte la envidiaba por eso, pero por otra parte, vamos, yo era una persona bastante tímida y poco social. Me alegraba bastante que hubiese encontrado a Gabriela, a decir verdad era mi primer amiga verdadera después de muchísimo tiempo.

Gabriela era como esa chica inalcanzable, rica, social, con pareja y popular que cualquiera como yo quisiera ser. Pero ella no era engreída, la gente cataloga a las personas que son así, como presumidas y que les gusta "pisotear" al otro; pero Gabriela era todo lo contrario, era demasiado amable con los demás, un angelito caído del cielo.

Las personas no se toman el tiempo de conocer bien a nadie, por eso siempre están diciendo mentiras sobre estas y dejando mal su nombre.

Gabriela se desconectó porque debía hacer tarea, así que yo me dirigí a hacer los deberes del hogar que no había terminado antes de que llegara mi padre y probablemente me regañara por no haberlos hecho.

Mientras limpiaba la habitación principal a la cual casi nunca entraba ya que era donde dormían mi padre y la bruja esa, encontré en el armario una foto demasiado vieja, tal vez de unos 16 años atrás, a pesar de la mala calidad que esta tenia se podían detectar a dos personas cargando un bebé. Quedé confundida, no sabían quiénes eran estas tres personas, así que decidí darle vuelta a la foto y me llevé una gran sorpresa. En la parte trasera de la foto decía los nombres de mi padre y yo, pero lo que más me sorprendió fue ver un nombre que era totalmente desconocido para mi, Louisa.

Sabía que no era la bruja esa porque su nombre es Martina, no tenia segundo nombre, y no, no se lo había cambiado. Por otro lado no sabía quién era esa mujer, pero si alcanzaba ver que ella en esa foto era un poco parecida a mí en la actualidad.

Oí como tocaban fuertemente la puerta, guardé rápidamente la foto en mi bolsillo y fui a abrirla.

-Alli, ¿Dónde estabas? Llevo más de 5 minutos tocando la puerta y no respondías- Dijo mi padre totalmente cansado y agitado mientras entraba a la casa.

-Estaba tomando un baño pá, no te pongas histérico- Dije en medio de risas.

-Muy bien, ¿Ya terminaste los deberes? Creo que en la noche vendrá Martina a cenar.

-¿Vendrá esa bruja de nuevo acá? ¿Acaso no tiene casa?- Dije mientras rodeaba los ojos en desaprobación.

-Allison no trates así de feo a mi novia, sabes muy bien cuál es el trato que tenemos.

Ese "trato" era que yo respetaría a su pareja mientras estuviera viviendo con él y no le causaría problemas, a cambio de eso yo recibía vivienda y alimentación.

-Sí, ya sé. Pero es que si escucharas como me trata esa señora cambiarias de parecer y la dejarías de una vez por todas.

-Allison, tú lo único que quieres es que ella se vaya y no lo vas a lograr jovencita. Martina y yo estamos muy felices juntos y próximamente nos vamos a casar.

-Bien, siendo así las cosas, te tengo una idea para que no sucedan inconvenientes mientras ella está acá. Tú te la llevas a cenar a otro lugar, un restaurante lujoso puede ser, y yo estoy aquí durante la noche en total paz y tranquilidad.

-¿Segura que quieres estar toda la noche sola? Si es así, me parece buena idea y eso haré.

-Sí, soy capaz de cuidarme sola, no te preocupes, siempre he estado sola- Lo último lo dije casi en susurro para que él no me escuchara.

-Perfecto, entonces si necesitas algo no dudes en llamarme, pero no llames después de las 22:00.

-Ok, Papá... Estaba pensando que algún día en el que no estés ocupado con las cosas del trabajo, podríamos salir juntos por ahí, así como una tarde de padre e hija- Dije mientras me rascaba la cabeza.

-Ay mi niña, cuanto quisiera hacer eso pero sabes que siempre estoy ocupado y tengo muchos viaje próximamente, perdóname.

-Está bien, no hay problema.

-Te prometo que vamos a salir juntos muy pronto mi niña linda.- Dijo mientras se acercaba a mí para darme un beso en la cabeza y un fuerte abrazo.

-Te quiero mucho papá.

-Y yo a ti mi pequeña saltamontes-Dijo en risas.

-Sabes que odio ese apodo papá-Dije también en risas mientras le daba un leve golpe en el estómago.

-¡Mira la hora, son las 16:30!, le dije a Martina que pasaría por ella a las 17:00.- Interrumpió mi papá el tan bonito momento que teníamos, interesándose mucho más en su novia.

-Ve tranquilo, yo me preparo la cena y termino lo haga falta.

-Gracias hija, te quiero. Nos vemos mañana- Dijo mientras cerraba la puerta para irse por su novia.

Estuve terminando de hacer mis deberes y Gabriela llegó a mi casa para que pudiéramos salir a comer helado y eso hicimos.

-Alli, ¿Hoy no estuviste en tu casa? No oí gritos ni peleas- Dijo Gabriela mientras cogía con la cuchara un poco de helado para comerlo.

-Si estaba en casa, solo que estábamos mi padre y yo, la que causa todos los problemas es esa bruja.

-Que mal es tu vida Alli, alguna vez no te has preguntado ¿Dónde carajo está tu mamá? Creo que tu vida sería mejor viviendo con ella.

-Gaby, todos los días me pregunto eso y deseo con todas mis fuerzas que ella esté acá.

Aún no quería contarle a Gaby lo que había encontrado, primero tenía que saber quién era esa tal Louisa. No tenía ni las más mínima idea de quien pudiera ser y tenía mucha curiosidad, así que con anticipación iba a investigar sobre eso.

Posteriormente después de un largo rato caminando y pasando el rato juntas, Gabriela y yo llegamos al edificio donde nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas ya que sus padres necesitaban de urgencia a Gaby, o eso escuché de una llamada que recién recibió ella.

Entré a mi casa, me puse el pijama y me acosté en mi cama a hacer lo de siempre, escuchar música o ver alguna serie.

Algo que me llamó mucho la atención fue ver una singular notificación de Facebook, que era para aceptar una solicitud de admisión en el grupo del cual era administradora.

Pero eso no fue lo más asombroso, lo que sí lo fue, era el nombre de la persona, el enunciado de la notificación decía: "Emily solicitó entrar a tu grupo". Estaba segura de que ya había escuchado ese nombre en algún lado pero en ese momento no recordaba nada.

Por simple curiosidad, antes de aceptar o denegar la solicitud, fui a husmear su perfil. No tenía fotos de ella, no sabía por qué, se veía una persona bastante interesante y eso que solo leí la descripción de su perfil.

Inmediatamente fui a aceptar dicha solicitud, después de darle en el botón Aceptar, quise hablarle a la chica pero tenía mucho miedo de que fuera un perfil falso, ya que me daba mucha desconfianza que no tuviera fotos de ella. Yo tampoco tenía muchas mías, pero tenía la de perfil y con esa era suficiente para que alguien no me considerara como un perfil falso.

Decidí correr el riesgo de hablarle a la muchacha, a decir verdad se veía que era solitaria y tal vez le gustaría tener una amiga, ¿Quién dijo que las amistades a distancia no funcionaban?

Entré a Messenger y busqué su perfil para dejarle un simple:

"Hola, mi nombre es Allison y soy la administradora del grupo al cual quisiste ingresar. Me gustaría hablar contigo, veo que eres una persona interesante"

Tenía mucha curiosidad e intranquilidad al saber que iba a responder la chica y también quería saber todo sobre ella, era demasiado emocionante hablar con alguien de otro país y entablar una buena amistad.

Pasaron las horas y la chica nunca me respondió, supuse que tenía cosas que hacer y no le di mucha importancia a eso.

Eran las 23:30, realmente muy tarde. Así que decidí irme a dormir lo antes posible y esperar impacientemente el mensaje de la chica.

Dos estrellas distanciadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora