Capítulo 13: Corazón en el agua. [1/3]

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Narra Inojin.

—Hasta aquí mi reporte, Joaquín, volvemos al estudio.

Mamá veía las noticias desde el televisor, yo tan solo estaba sobre el sofá mirando mi cuadernillo de dibujo, sin estar convencido por completo de lo que había hecho.

—Inojin-kun.

Tenía la voz de ____ resonando en mi cabeza. Su dulce voz era la causante de que no estuviera convencido de lo que hago.

—Inojin-kun.

El rubor en sus mejillas y ese cabello azul que... rayos, me tiene loco.

—Inojin Kun.

Apreté con fuerza el cuadernillo contra mi pecho, ¿estaba seguro de lo que sentía?

Después de todo, he sentido muchas cosas por _____ desde que éramos pequeños.

—¡Inojin!

La voz de mi madre causa que salga de mis pensamientos. Volteo sobresaltado a ella, mamá tan solo ríe, tendiendo una bolsa de papel café.

—¿En qué piensas tanto, cielo? Llevo horas intentando llamar tú atención.— acomoda su flequillo tras su oreja.—En todo caso, ¿no se te hace tarde para la academia?

Miro el reloj de pared, en verdad era tarde. Me levanto con pesadez del sofá, tomo mi mochila y me acerco a mi madre, ella me da la bolsa de papel que extendía —en la que iba mi almuerzo— y me digné a irme.

—Oh no.— me detiene, abrazándome por la espalda.—¡Qué tengas un bello día, hijo!

—Mamá...— murmuré, con una pequeña gota de sudor desprendiendo de mi frente.—N-No respiro.

—¡Ups, lo siento!

Suspiré, le di un rápido beso en la mejilla y salí de la casa. Escuché un "Qué rápido crecen" por mi espalda, evité rodar los ojos por tal acto.

[...]

Shino-sensei hablaba, y hablaba mucho a decir verdad. Tan pronto como sonó la campana de almuerzo, toda la clase salió con rapidez.

Guardo un par de libros que yacen sobre mi escritorio y me resigno a tomar mis cosas e ir a almuerzo. Todo iba bien, hasta que noto algo peculiar atravesando el enorme ventanal del salón, el cual da al jardín de la academia. _____ junto a Mitsuki almorzaban juntos en el césped, se les veía hablando de una forma muy agradable.

Ella reía, mientras le regalaba un pedazo de su emparedado. En ese momento sentí una presión muy fuerte en mi pecho. Me molestaba esa escena, ejercía presión en mi mandíbula y cerraba con fuerza mis puños, quería golpear a Mitsuki.

Suelto un suspiro, era un caso perdido, no tenía por qué estar celoso.

Alto, ¿estoy celoso? Yo mismo me lo acabo de confirmar, aún si darme cuenta. Y el peor de los casos, es que estoy celoso... de Mitsuki.

Salgo de la clase, para ir a almorzar junto a los chicos. No estaban muy lejos, cada uno había comenzado a almorzar.

—¡Hey Inojin!— me saluda Boruto.—¿Por qué esa cara larga?

—¿Eh?— sacudo levemente mi cabeza, ¿estaba haciendo muecas?—No es nada, solo... mi madre no me guardó el pedazo de pastel de anoche.— miento.

—¡Eso es horrible, dattebasa!— exclama Boruto.—Muchas veces ____-nee y Himawari se compran muchos dulces y no me dan nada. Dicen que me dan hiper-activi-siosi-dad, algo así.

El destino que nos une. ➸Inojin YamanakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora