Narra Escritora.
Inojin se apartó pocos centímetros de la peli-azul, con un tenue color carmesí en sus mejillas. La chica se encontraba asombrada por lo que recién había sucedido.
—_-____, yo...
Se sobresalta al recordar en la posición en la que se encontraba.
—¡Lo siento, de verdad!— exclama el rubio, colocándose de pie. Su contraria se intentaba levantar.—Déjame ayudarte.
La peli-azul no decía nada al respecto, su mente se encontraba en cualquier otro sitio.
—_____.— la dejó sobre la cama. Al ver que ella evitaba su mirada, un sentimiento de culpa lo inundó.—Discúlpame, fue un accidente.
—Sí, un accidente...— ahora, decepción era lo que tenía la chica.
—Creo que debes descansar, yo me voy. Eh... hasta luego.
—I-Inojin.— intenta detenerlo, pero el rubio había salido avergonzado de la habitación.—Ugh.
Ella, fastidiada por no haber dicho ni hecho nada al respecto, cae rendida a la cama. Suspira y cubre su rostro, que al recordar lo he había sucedido, no evita soltar pequeños chillidos ahogados.
[...]
Hora de irse.
El barco estaba en el puerto, esperando a que los chicos subieran a bordo. Una morena intentaba que el barco no la dejara botada, mientras que los demás miraban por la borda ansiosos.
—¿Qué esperas, Boruto?— le pregunta la azabache al juntarse al grupo.
—Kagura, no ha venido a despedirse.— reclama el rubio.—Gracias a él tuvimos una excursión divertida.
—¿Lo dices en serio? Estuvieron a punto de morir.— le reclama la chica.
—No es para tanto, Sarada-chan.— comenta _____, acercándose a su mellizo.—También pensé que llegaría a despedirse.
—Tú peor que nadie.— le reclama a su amiga.—Por cierto, ¿ya te recuperaste del todo?
—Sí, tuve... un buen descanso.
—Lástima que no pudieras disfrutar de todo el viaje _____-nee, dattebasa.— su contraria niega al comentario.
—Claro que estuvo divertido, Boruto-nii.— su comentario, y la voz con la que lo decía, eran opuestas.
Sarada sonríe de forma falsa al ver a ambos Uzumaki deprimidos en la borda.
—Ustedes dos... tan iguales y tan distintos.— suspira.
Por otro lado, Nara y Yamanaka miraban la escena sin tomarle mucha importancia, algo alejados al resto.
—¿Y bien? Dime que este viaje valió la pena.— le reclama el de ojos verdes, su contrario no le presta atención.
—Sí.— recibe un golpe en el hombro.—Oye, ¿qué te pasa?— se intenta sobar.
—¿Sí qué?
—Estuvo bien, ya sabes.— comenta con algo de dolor.—¿Cuál fue la necesidad de golpearme?— Shikadai se encoge de hombros.—Que tu mamá te pegue seguido no es razón para hacerlo con los demás...
—¿Quieres otro golpe?— el rubio niega.—Cállate.
Inojin suspira, asintiendo a las palabras de su amigo y volviendo a sus pensamientos.
Debía actuar que nada había ocurrido, aunque no quisiera hacerlo. Después de todo, era un simple accidente.
Pero no era tan simple como pensaba, ya que en su mente solo pasan recuerdos de ella, los sentimientos que tuvo en ese mismo instante y el suave tacto de sus labios juntos.
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El destino que nos une. ➸Inojin Yamanaka
Fanfic❝ ¿Crees en las casualidades? Porque estoy seguro de que nosotros no somos una ❞ ❀ Inojin y tú. ~La mayoría de personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, excepto la rayis y otros.? © Prohibida su copia o adaptación.