Nubes cubriendo el sol. O4 Septiembre 2OO9.
Su pierna estaba llena de espinas del arbusto, y la más grande había atravesado la espinillera de Hayes. Al verlo desangrarse entré en desesperación. Comencé a brotar lágrimas por mis ojos. “Tranquilo, todo estará bien” pronunciaba una y otra vez.
•Tú: ¡Cameron! –gritaba desconsoladamente-
•Hayes: Tran... tranquila –exclamó entre dientes-
Mis ojos se iluminaron al escuchar la puerta del patio abrirse, era Cameron.
•Cameron: Tranquilízate, ____, gritas como si se hubiera muerto alguien –dijo Cameron mientras se abotonaba una camisa de cuadros-
Cuando Cameron levantó la mirada, se encontró con la imágen de Hayes y yo ensangrentados. Sus ojos se abrieron como platos y se acercó corriendo hacia nosotros.
•Cameron: ¡Hayes, ____! ¿Qué paso? –preguntó exaltado-
•Tú: Hayes se cayó desde su ventana hacia ese arbusto –señalé el árbol-
•Cameron: ¡Oh, no, no, no, no! Esto no puede empeorar, ____ -me miró con los ojos cristalizados- ese arbusto es venenoso.
•Tú: ¿¡Y por qué rayos tienen uno así aquí!? –comencé a ponerme pálida-
•Cameron: Porque también es medicinal, es para golpes o moretones, pero una vez que haga contacto con tu sangre se traspasa el veneno.
•Tú: ¿Eh? –me sentí mareada y comencé a tambalearme. En cuestión de segundos todo se tornó negro-
*¿Acaso caí desmayada?* -pensé-
Desperté en un cuarto blanco, observé todo el cuarto y me encontré con la presencia de Cameron a mi costado sentado en una banca.
•Tú: ¿Dónde estoy? –murmuré mientras me tocaba la cabeza-
•Cameron: ____ -me miró- caíste desmayada y me preocupé, por lo mismo te traje al hospital.
•Tú: Ah, -suspiré- ¿¡ Y Hayes!? –me senté en la camilla-
•Cameron: Ay, no te preocupes, linda, lo dejé desangrándose en mi patio –fingió sarcasmo-
•Tú: No es gracioso –me recosté de nuevo en la camilla- Cameron… ¿cómo está él?
•Cameron: Bi… bien –agachó la cabeza-
•Tú: ¿Cameron? –insistí-
•Cameron: Escucha, _____, Hayes está…
Se escuchó que la puerta de la habitación donde me encontraba se abrió. Me llevé una sorpresa.
•Taylor: Hola, hola –se adentró a la habitación con un oso de peluche-
•Matt: ¡Hey, girl! –entró-
•Nash: Hola, guapa –me guiñó un ojo-
•Tú: Hola –sonreí-
•Matt: ¿Cómo te sientes? –me miró-
•Tú: Mejor, gracias.
•Taylor: ¿Y Hayes?
Todos dirigimos las miradas hacia Cameron, él sólo suspiró, y, pasados unos segundos, habló.
•Cameron: Él está grave, sus padres están en la sala de espera. No los han dejado pasar desde hace como 3 horas –hizo una mueca-
•Tú: ¿¡3 horas!? ¿Estuve 3 horas desmayada? –pregunté exaltada-
•Cameron: Sí –rió-
•Tú: Cameron… -lo reté- no es momento de reír –lo miré-
•Cameron: Pues es que tú no te oíste hablar cuando estabas “desmayada”.
•Taylor: “Hayes, Hayes” –imitó mi voz-
Matt y Nash soltaron una carcajada, lo que provocó que me tapara la cara con la sábana de la camilla. Moría de vergüenza.
•Cameron: Es broma –me destapó-
Por la puerta entró un señor con una bata blanca, portaba unos lentes y estaba medio calvo, lo que me causó algo de gracia.
•Doctor: ____, veo que ya estas mejor –sonrió mientras veía una tabla que traía en las manos- soy el Doctor González –me miró-
•Nash: ¿Cuándo se podrá ir a casa? –interrumpió-
•Doctor: Ahora mismo, sólo les le pido que no se estrese o se ponga bajo presión, ya que, si no me equivoco, padece de un soplo en el corazón, necesita un descanso.
•Taylor: ¿Eh? –gritó exaltado-
•Doctor: Bueno, aún no es seguro, pero necesito que venga en unas semanas para volver a hacerle el examen.
•Tú: Ah… bien.
Doctor: Tranquila, nada es seguro –dicho esto me dio órdenes de que ya podía irme a casa para luego retirarse-
Me levanté de la camilla, tomé mi ropa y me fui al baño a cambiarme, salí en unos minutos y me quedé un rato charlando con los chicos.
•Tú: Quiero ver a Hayes –agaché la cabeza-
•Cameron: No creo que sea buena idea –me miró-
•Nash: Oh, vamos, yo también lo quiero ver –insistió-
•Matt: Sí, yo también –reclamó-
•Nash: Bueno… ¿nos vamos?
•Tú: Sí… Cam, ¿dónde está Hayes?
•Cameron: En urgencias…
Mi cambio de color de piel fue obvio, de moreno apiñonado a blanco pálido, todo se tornó negro hasta que alguien me tomó del brazo.
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After the rain, always shines the sun - Hayes Grier (Adaptada)
FanfictionNo importa cuántas páginas hayamos escrito en nuestra historia de amor; un final es un final, y hay que aceptarlo. A veces no supe qué hacer contigo, pero tampoco supe qué hacer sin ti. El error está en nuestro orgullo, no en nuestro amor. A veces...