Capítulo 36 - Posdata: lo siento.

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Atardecer. 5 Febrero 2O12.

•Hayes: ¿No vas a contestar? -me preguntó mirando mis ojos y el bolsillo de mi pantalón constantemente-

•Tú: Ah, no -fingí una sonrisa-

•Hayes: Bueno -separó el teléfono de su oreja- no contestó -miró al suelo-

•Tú: Lo siento -coloqué mi mano en su hombro-

•Hayes: -Suspiró- La amo -murmuró-

•Tú: ¿Disculpa? -

•Hayes: Tal vez nunca se lo dije, pero hoy quería hacerlo.

Pensaba contestarle, contarle toda la verdad y decirle quién soy, pero la presencia de alguien me lo impidió.

•XxX: Pinkie -me llamó-

•Tú: -La miré mal- ¿Qué quieres, Madeline?

•Madison: Que es "Madison" -se quejó- y tenemos que hablar.

•Tú: Ahora no...

•Hayes: No te preocupes -sonrió-

•Tú: -Suspiré- Está bien -seguí a Madison hasta el pasillo-

•Madison: Aléjate de él -me dijo. Iba a decir algo pero me interrumpió- Veo que aún te ama -murmuró mientras se miraba las uñas-

•Tú: *¿Escuchaste toda nuestra conversación o qué, perra?* -pensé- Sí, ¿y?

•Madison: Ay, no lo sé -se quejó- Ah, sí, quiero que le mandes una carta, diciendo que no lo amas y que ya tienes otro novio.

•Tú: Já, tírate de un acantilado y lo haré.

•Madison: Está bien, tú lo quisiste así -tomó su celular y tecleó con rapidez para presionar el botón verde- ¿Hola? ¿Papá? Ah, hola. Quería decirte que ya n... -decía por el celular. Antes de que dijera algo más se lo quité-

•Tú: Ya, lo haré -desvié la mirada-

Hice lo que me pidió, escribí aquella carta en la que me dolió cada palabra.

Hayes;
Ya no te puedo esperar más, sigo en Los Ángeles, pero supongo que lo nuestro ya no funcionará como antes. Ya no se cómo expresarme, yo no quiero que me busques.
Saludos. _____ _________.


2 semanas después, aquella carta llegó a manos de Hayes.



Nubes despejadas. 19 Febrero 2O12.



Me encontraba caminando por el pasillo que daba a las habitaciones, dos cuartos más y llegaría al mío, pero me fue imposible ignorar aquellos sollozos que provenían de la habitación de Hayes.

•Tú: -Toqué suavemente y abrí- ¿Hayes? -lo llamé mientras le echaba un vistazo al cuarto- ¿Te encuentras bien? -fue lo primero que se me ocurrió al verlo en el piso. Caminé hacia él y me senté a su lado-

•Hayes: Ella... ella ya me olvidó -lágrimas corrían por sus mejillas-

*Estúpida culpa que cargo* -pensé-
•Tú: Hayes... yo... -un nudo se formó en mi garganta- lo siento -agaché mi cabeza-

•Hayes: La amaba -dijo mientras se abrazaba a sus piernas escondiendo su cabeza en ellas- no, la amo, maldición y... tenía la esperanza de regresar por ella -sollozó- y tener la pequeña nenita que tanto quería y vivir hasta envejecer al lado de ella.

*Sí, me sentía culpable, o más bien, era la culpable, pero en definitiva, ésas palabras fueron como si me clavaran una estaca al corazón* -pensé-

El silencio se apoderó de la habitación por unos segundos, me era imposible hablar y las lágrimas no tardaron en aparecer, pero gracias a aquellos lentes de sol que portaba no dejé caer ninguna, el silencio se cortó cuando un sollozo salió de mi boca.

•Hayes: -Alejó su cabeza de sus rodillas y me miró fijamente- ¿Qué pasa?
*¡¿Por qué papas me tenías que mirar?!*-pensé-

Sus ojos estaban cansados, agotados, y lo peor, sin aquél brillo que tanto me gustaba.

•Tú: N-nada -tartamudeé-

Hayes me miró de reojo, y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontraba a unos centímetros de mí.

•Hayes: ¿Puedo...? -tomó los lentes que portaba-

¿Por qué no reaccionaba? Se encontraba a unos centímetros de saber la verdad, pero al parecer no me importaba. Me dejé llevar por el momento, pero cuando estaba a punto de quitarme las gafas, desperté de aquella nube y reaccioné.

•Tú: Ah... no lo creo -me separé de él y me puse de pie, sacudí un poco mi pantalón y salí de su habitación-

Tenía en mente correr y contarle todo a Matt, ya que Mily no estaba, tal vez él sabría que hacer, el primer lugar que pensé para encontrar a Matt fue la cocina. Caminé a paso lento por el pasillo y luego comencé a bajar las escaleras.

•Hayes: Espera -me detuvo en las escaleras tomándome del brazo-

•Tú: -Sin voltear a verlo susurré- ¿Qué pasa, Hayes?

•Hayes: ¿Por qué te pones así? -sentí su mirada y luego la desvió-

•Tú: Hayes -me giré para mirarlo a los ojos- no sé de qu...

•Hayes: ¿De dónde sacaste ése brazalete? -me miró confundido-


*-*-*-*-*-*

Hola, aquí hay un nuevo capítulo, algo caca, pero algo es algo, y bueno, siete votos para seguir :)

After the rain, always shines the sun - Hayes Grier (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora