Nublado. O1 Septiembre 2OO9.
•Cameron: Oye… -me susurró en el oído- ¿Te gusta Hayes? –rió leve-
•Tú: ¿Có... cómo lo sabes? –pregunté sonrojada-
•Cameron: -rió- Sólo necesitaba ver hoy cómo lo mirabas –me encogí en hombros de la vergüenza- y obvio no iba a estar seguro sólo con una mirada… al ver tu reacción lo comprobé, además de que acabas de admitirlo
•Tú: No... no se lo digas a nadie –dije sonrojada-
•Cameron: Claro que no –sonrió- es más, te ayudaré a estar con él.
•Tú: ¡¿Qué?! No, no, no, no, no, déjalo así, Cameron… pero, por si las dudas, ¿cómo lo harías?
•Cameron: No lo sé, le diría “Oh, Hayes, ¿has visto lo linda que se ve hoy _____?'' –rió-
•Tú: -reí- ¿Por qué haces esto, Cameron? –sonreí-
•Cameron: No lo sé, tal vez porque eres mi mejor amiga y… porque no quiero a esa Amanda como cuñada –susurró- en fin, me tengo que ir –sonrió-
•Tú: -Le devolví la sonrisa- Adiós –Cameron besó mi mejilla y salió por la ventana-
Me asomé por la ventana con una sonrisa de oreja a oreja y le grité a Cameron.
•Tú: Podías salir por la puerta –reí-
•Cameron: Salir por la ventana es más de chicos sexis –río y se alejó-
-Al día siguiente-
Nubes despejadas. O2 Septiembre
Mi alarma sonó a eso de las 7:30am. Me metí al baño para darme una corta ducha y cambiarme para ir hacia la escuela, prendí la regadera y esperé a que el agua se calentara, minutos después el agua había tomado la temperatura perfecta para acto seguido dejar caer mi ropa al suelo y entrar a la ducha. Terminé de bañarme y me enredé en una toalla blanca, me dirigí a mi armario y comencé a sacar la ropa que me pondría hoy. Me cambié, y, una vez ya lista, bajé a comer para finalmente cepillarme los dientes y bajar al primer piso para encontrarme con mi madre.
•Tu mamá: ¿Cameron ya llegó?
•Tú: Sí –le dije tomando una manzana de la mesa-
•Tu mamá: Invítalo cuando quieras, ya sabes que él es bienvenido siempre.
•Tu: Sí, sí, mamá, ya me voy, se me hará tarde –besé su mejilla- chau.
Salí de la casa y acomodé mi mochila en mi hombro. No bastó tanto que caminara, pues me sorprendí con la presencia de Hayes en la esquina de mi casa.
•Hayes: Hey, _____ -levantó una mano-
•Tú: Ho… hola.
•Hayes: ¿Cómo estás? –sonrió-
Narra Hayes
Ella siempre me ha llamado la atención, sencilla, humilde, alegre. En varias clases me dedicaba tiempo a observarla cuando no se daba cuenta; de lo contrario, cuando volteaba, simplemente fingía mirar otra cosa o prestar atención a clase. Este día fue la excepción puesto que nuestras miradas se encontraron mientras la miraba en clase.
•Hayes: Hola –sonreí-
Ella tenía cara como si hubiera visto un fantasma o algo así, hasta parecía que lo estaba buscando volteando hacia todos lados.
•Tú: Ho… hola.
Noté como _____ me iba a devolver la sonrisa, pero jodidamente tuvo que llegar Amanda para que me llevara hasta las afueras de la escuela.
•Amanda: Y dime, Hayes, –me miró enfurecida- ¿quién era ella?
•Hayes: ¿Acaso ahora ya ni siquiera puedo tener amigas?
•Amanda: Hayes, yo soy tu novia –hizo pucheros pegándole al piso-
•Hayes: Amanda, dame espacio, ¿quieres? Oh, y ya llegaron por ti –contesté frió-
Amanda no dijo nada, solamente besó mi mejilla y subió a su auto, suspiré y celebré para mis adentros. Era un estrés tratar con ella cuando solía hablarle a una chica. Al ver el carro de Amanda arrancar, me devolví al salón esperando encontrarme nuevamente con _____, pero el intento fue en vano, ella se había ido, pero pude notar que había olvidado su cuaderno de Física.
Narras tú
(Recuerda que te topaste con Hayes al ir camino a la escuela)
•Tú: Bi... bien, oye, no es por ser grosera, pero, ¿qué haces aquí? –pregunte apenada-
•Hayes: Oh, sí, ahm, olvidaste esto en el salón ayer –dijo mientras buscaba algo en su mochila- toma –sonrió y me entregó mi cuaderno de física-
*Deja de sonreír, Hayes, que me volverás loca* –pensé-
•Tú: Gra... gracias, Hayes –tartamudee-
•Hayes: Y bueno, ya que estoy aquí… ¿caminamos juntos a la escuela?
•Tú: Claro –sonreí torcidamente-
Al llegar a la escuela, sentía todas las miradas en Hayes y mí, parecía una película de amor cuando la pareja de enamorados llega al baile, pero claro, en toda película hay una bruja, y en este apareció muy rápido.
Al acercarse Amanda, besó la comisura del labio de su novio y se lo llevó de la mano, Hayes volteó a verme y rodó los ojos a lo cual yo reí y él me guiñó el ojo. Toda la escuela desalojó el área hasta quedar solamente Cameron y yo en los corredores.
•Cameron: Bien hecho, _____ -rió-
•Tu: ¿Bien hecho? Sentía que todo el mundo me viboreaba -suspiré-
•Cameron: Tú querías a ese popular –rió- vamos, entremos a clase.
•Tú: Me toca mate.
•Cameron: Español –hizo una mueca-
•Tú: ¿Nos vemos en el almuerzo? -sonreí-
•Cameron: Allá te veré –dijo y se alejó-
Después de despedirme de Cameron, me dirigí al salón de mate, toqué la puerta unas cuantas veces y un abrir y cerrar de ojos la puerta estaba abierta con el profesor cruzado de brazos y todo el salón viéndome a mí.
•Profesor: Señorita (tu apellido)_____, ¿me podría explicar este inconveniente retraso?
•Tú: Lo siento mucho profesor, con permiso –entre al salón-
Sólo quedaban dos lugares libres, uno al lado de la barbie (Amanda) y uno al lado de Matt. No lo pensé dos veces y me senté junto a Mathew. Le eché un vistazo a todo el salón y no encontraba a Hayes, en eso se escuchó la puerta tocar y allí estaba él, recargado en la pared esperando a que el profesor lo dejara pasar.
•Hayes: Hola, perdone por el retraso.
•Taylor: No te preocupes, Hayes, todos sabes que así naciste, pero… ¿por qué llegaste tarde? –bromeó-
Todo el salón reía, aunque bastó sólo que el profesor mirara a Taylor para que todos guardaran silencio.
•Profesor: Señor Caniff, luego me encargaré de usted, señor Grier, se podría saber, ¿por qué llegó tarde?
•Hayes: Lo siento, profe, estaba en... en el baño –dudó-
•Profesor: Pase, una mas y le llamaré a sus padres –Hayes sólo lo ignoró y se fue a sentar-
Las clases se pasaron volando, bueno, al menos para mí sí, ya que yo solo veía a Hayes “desprevenidamente” hasta que…
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After the rain, always shines the sun - Hayes Grier (Adaptada)
FanfictionNo importa cuántas páginas hayamos escrito en nuestra historia de amor; un final es un final, y hay que aceptarlo. A veces no supe qué hacer contigo, pero tampoco supe qué hacer sin ti. El error está en nuestro orgullo, no en nuestro amor. A veces...