Maratón 5/5
Nublado. O3 Septiembre 2OO9.
Esto era malo, esto era muy malo. Si Hayes subía y se encontraba con la presencia de Cameron en mi habitación, y aún peor, durmiendo en mi cama en bóxers, malinterpretaría las cosas. Tenía que pensar en algo rápido antes de poder subirlo.
Comencé a dar pequeños golpes a la ventara con el motivo de que Cameron se levantara.
•Hayes: ¿A quién le tocas? –preguntó mientras se enfocaba en poder subir de aquel árbol-
•Tú: ¿Ah? –me hice la desentendida- Oh, n… no, no es n... nada, era… sólo era un insecto –mentí-
•Hayes: Ah… de acuerdo –me tomó de la mano para poder subir y comenzó a darse impulso apoyándose sobre una rama-
*Oh no, Hayes verá a Cameron, ¡¿qué hago?!* -pensé-
Volví a golpear nuevamente la ventana, pero ahora con más fuerza con mi mano libre. Mis ojos se llenaron de alegría al ver a Cameron despertar.
•Tú: ¡Escóndete! –murmuré entre dientes-
•Cameron: ¿Qué…? -le hice señas de que Hayes estaba por subir el árbol, a lo que el captó rápidamente ya que Cameron se había ocultado bajo la cama, sonreí ante aquella reacción de Cam y decidí subir a Hayes de un jalón-
•Hayes: Wow, ¿desde cuándo te volviste tan fuerte? –se sacudió el pantalón. Reí nerviosamente y abrí la ventana- Las damas primero –sonrío mientras sostenía la ventana-
Obedecí a Hayes, entré yo primero seguida de él. Nos sentamos en mi cama y sólo nos mirábamos a los ojos.
•Hayes: Escucha, ____, yo… ¿qué es esto? –exclamó mientras sostenía una playera básica negra en sus manos- ¿Acaso esta no es la playera de Cameron?
•Tú: Ca… -sentí un nudo en la garganta- Cameron la dejó aquí la otra vez que vino –asentí segura-
•Hayes: ¿Él… él se desvistió? –su mirada era de decepción-
•Tú: ¿Qué? –bufé- Obvio no, lo que pasa es… es que fuimos a unas albercas y olvidó llevársela, eso… eso es todo –mentí-
•Hayes: Ah, –asintió- me la llevaré para entregársela –suspiró- bueno, yo tengo algo que decirte –tomó mi mano- _____, yo…
•Tú: Oye, ya es un poco tarde, ¿no crees? Tengo sueño –fingí un bostezo-
Tenía que sacar a Hayes del cuarto, no me arriesgaría a que se enterara de que Cameron estaba bajo la cama, fingí sueño e intenté hacer que se marchara.
•Hayes: Ah, está bien –se levantó de la cama y se acercó a la ventana, yo lo imité y lo seguí hasta la ventana- escucha, ____, yo… bueno, más bien tú… tú haces que… -se acercó a mí. Un ruido se escuchó provenir de mi cama provocando que Hayes y yo nos separáramos. Obviamente era Cameron- ¿Qué fue eso? –me miró-
•Tú: Cre… creo que fue mi gato –mentí-
•Hayes: ¿Tienes un gato?
•Tú: Sí, y es muy escandaloso –remarqué aquella palabra volteando a ver bajo la cama-
•Cameron: ¿Meow? –chilló dudando-
•Hayes: Ah, bien… –miró extrañado bajo la cama- bueno, ya me voy –besó mi mejilla y se fue-
Al ver a Hayes a lo lejos, noté cómo el clima cambió y comenzó a chispear, cerré mi ventana y miré bajo de la cama.
•Tú: ¿Quisieras explicarme, por qué rayos estas en bóxers?
•Cameron: Tenía calor –se encogió en hombros-
•Tú: Ah, –suspiré- sal de ahí –reí leve-
•Cameron: -Salió de abajo de la cama y suspiró- ¿Y ahora qué?
•Tú: No lo sé, Cam, toma tu ropa y vete de aquí.
•Cameron: Oh, sí, qué inteligente, sobre todo porque Hayes se llevó mi playera y está lloviendo –exclamó con su amado sarcasmo-
•Tú: Está bien, está bien, duerme aquí –sonreí-
•Cameron: ¡Yei! –chilló- ¡Fiesta de pijamas!
•Tú: Dormirás en el piso, Cameron –coloqué una cobija en el piso-
•Cameron: Bien –refunfuñó-
La noche pasó, ya era viernes gracias a Dios, moví un poco a Cameron para que despertara, pero no me hizo caso, decidí dejarlo dormir un rato más y me metí a bañar. Salí de la ducha y me vestí en el baño, al entrar a mi cuarto me encontré con la presencia de mi madre, allí estaba ella, platicando con Cameron. Mis ojos se abrieron como platos al notar a mi madre cruzada de brazos.
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After the rain, always shines the sun - Hayes Grier (Adaptada)
FanficNo importa cuántas páginas hayamos escrito en nuestra historia de amor; un final es un final, y hay que aceptarlo. A veces no supe qué hacer contigo, pero tampoco supe qué hacer sin ti. El error está en nuestro orgullo, no en nuestro amor. A veces...