Capitulo 15 - Algo más que alegría.

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Nublado. O4 Septiembre 2OO9.

 

•XxX: Que tú me cuidarás toda la noche -mis ojos obtuvieron un brillo inexplicable al escuchar esa voz que tanto añoraba volver a escuchar.

•Tú: ¡Hayes! –corrí hacia la camilla-

•Hayes: ¿(tn)__? ¿Qué haces aquí?

•Tú: ¿Qué? ¿No es obvio? ¡Vine a verte! –sonreí-

•Hayes: Pero, ¿qué hay de ti? ¿Cómo te sientes? Caíste desmayada…

•Tú: Oh, no te preocupes, ya estoy bien –al decir esto, Hayes intentó abrazarme, pero provocó que él gimiera- No, no, no, no, no te muevas, tus heridas se pueden abrir nuevamente –exclamé mientras miraba lentamente cada parte de su cuerpo-

•Hayes: -Rió forzadamente - ¿Qué tanto me viboreas? –sonrió pícaro-

•Tú: -Sentí mis mejillas arder- Ah… na… nad… ¡Cállate, Hayes! –reí apenada- tu pierna… ¿cómo esta? –lo miré-

•Hayes: Enyesada –dijo obvio-

•Tú: Hayes –alargué su nombre y lo miré mal-

•Hayes: ¿Qué? –rió-

•Tú: -Reí- ¿Cómo diablos puedes estar tan contento en este momento?

•Hayes: Porque, estás aquí… -hizo una pausa- conmigo –me miró con ternura-

•Tú: Hayes… -lo miré detenidamente a esos ojos celestes que tanto me gustaban-

•Hayes: Yo he querido decirte algo desde hace tiempo –me tomó de la mano para luego sonreír-

•Tú: ¿Y eso es…? –sonreí-

•Hayes: …

Narra Hayes

Ella estaba aquí, conmigo, siempre cuando yo necesitaba apoyo ahí se encontraba ella, aún con dolor, siempre estaba ahí. Era ahora o nunca, tenía que ser valiente y decirle lo que alguna vez quise comenzar.

•Hayes: Yo he querido decirte algo desde hace tiempo –tomé su mano y sonreí-

•Tú: ¿Y eso es…? –sonrió-

•Hayes: …

Aquí venia de nuevo… las pulsadas que me ocasionaba el veneno.

*¡¿Por qué ahora?!* -pensé-

Sin darme cuenta, el veneno se estaba apoderando de mi respiración, mis ojos se abrieron como platos, me era increíble el dolor, mi única reacción fue tomar mi brazo y apretarlo, ya que allí ocultaba una herida con mis manos.

•Tú: Hayes, ¿pasa algo? –preguntó-

•Hayes: El… ven… -*Hay no, falta de aire*-

•Tú: ¿El ve qué?

•Hayes: … –Un nudo se apoderó de mi garganta dejándome mudo-

•Tú: ¡Hayes, contesta! –gritaba preocupada-

Palabras no daban con mi boca, comencé a perder el sentido del humor, mis brazos ya no daban más, y mi brazo derecho, que usaba para tapar la herida y que no doliera resbaló, sin mi consentimiento.

•Tú: -Miró hacia mi brazo- ¡El veneno! –gritó y salió de la habitación-

Narras tú

After the rain, always shines the sun - Hayes Grier (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora