Capítulo 1

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Ya he cumplido los dieciocho. Han pasado tres meses desde que he venido a vivir a Jomlen.

Todos han cumplido sus sueños.

Sam es profesor de la Academia, Uxía es bruja curadora, Briggite es mi consejera, Selena, bueno, anda de un lado para otro.

¿Y yo? ¿Cuál es mi sueño? Aún no lo sé.

Hoy he ido con Álex a comer a mi casa con mis padres. Llevan bastante bien lo de que yo esté en otra dimensión mágica. Después de contarles todo lo sucedido con Dankenil casi me cortan la cabeza, pero poco a poco lo han ido asimilando.

Después he intentado enseñarle a Álex a aprender a conducir, pero no dio buen resultado. Hay que darse cuenta que nunca en su vida había montado en un coche.

En Jomlen van a caballo, en carros o volando (que es la opción más divertida).

- Álex, tienes que tirar del freno de mano antes de acelerar.

- ¿Pero para qué se complican tanto los humanos? Con acelerar, frenar y girar llegaba.

Quiero a Álex.

Ya no tengo miedo a las alturas. Cuando venimos a mi dimensión, nos tiramos del edificio de 150 metros de altura en picado, y solo empezamos a volar cuando estamos a un metro del suelo. ¡Es una pasada! Sientes como la adrenalina te recorre el cuerpo.

También voy a ver a Liam y a Alison.

Me han sustituído por otra chica con la que andan siempre. ¡Y tiene un monopatín como el mío!

Es horrible, pero he sido yo la que ha decidido quedarse en Jomlen, y no me arrepiento de ello.

Briggite es mi mejor amiga. Ahora tiene un puesto más importante que sus padres. Es mi consejera personal, y ahora es la persona que siempre a sido, pero que estaba escondida en su interior.

Hemos vuelto a Jomlen.

Cuando llegamos, todo el mundo está alborotado.

- ¿Qué pasa aquí? - grito con fuerza para que me presten atención.

- Ranya, Ranya - viene Briggite gritando con cara de preocupación - ha venido una chica de la primera dimensión a hablar contigo.

Está en la sala de reuniones, da miedo, está escoltada por diez marters.

¿Primera dimensión? Recuerdo cuando Álex me habló de ella. Me dijo que allí habitaban los seres más inteligentes del universo, los alienígenas, extraterrestres, marcianos... Como quieras llamarles. Me imaginaba a bichos verdes, bajitos, con cuantro brazos, un ojo y una antena.

- Te acompaño - me dice Álex.

Entramos en la sala de reuniones. Allí encontramos a una chica rubia con el pelo corto y los ojos marrones, pero sus pupilas no son negras, sino moradas. Es casi tan alta como Álex, así que más que yo. Es de nuestra edad, y no se parece en nada al alienígena feo que me imaginaba.

Viste con un traje ajustado color verde brillante, un cinturón con armas que no conozco y unas botas por encima de la rodilla de tacón, por lo que así alcanza la altura de Álex.

Simplemente parece una chica normal disfrazada, lo único en que se diferencia es en los ojos y en sus orejas puntiagudas, como de duende. Tiene un casco en la mano.

- Ya estoy aquí - digo al entrar - ¿Qué es lo que pasa?

El padre Dony está nervioso.

- Puedo hablar con la reina Ranya - dice la alienígena - a solas.

No hablan nuestro idioma, pero tiene como un micrófono traductor.

Todos los vigilantes me miran y yo asiento para que se vayan.

Álex me mira y le digo que se marche también, pero se niega rotundamente.

- Aquí estoy. ¿Que es lo que quieres?

Camina despacio, como si el cambio de gravedad le afectase o algo.

- Mi nombre es Clover. Vengo de Clatinium, mi planeta. Queremos lo que nos habéis prometido.

- ¿El qué? - le pregunto sin saber a qué se refiere.

- Los poderes, personas para investigar sobre vuestra magia.

- No os hemos prometido nada, ningún marter ha viajado ni hablando nunca con ninguno de vosotros.

- He ido al sur, pero el hombre que nos lo prometió había desaparecido, así que he venido aquí.

"Dankenil" pienso.

- Te voy a explicar una cosa - le digo en tono calmado - ese era un brujo malvado. Quería ser el más poderoso de todas las dimensiones. Teneis suerte de que no se saliera con la suya. Os ha prometido cosas que nos os podía dar si moría. Os pediría que no nos molestaráis, nosotros no hemos hecho nada. ¿Para qué queréis magia?

- Me da igual, lo prometido es deuda. Queremos que nos entreguéis a un habitante de vuestro lugar para investigar y nos enseñéis cómo hacéis magia.

Me he enfadado.

- Te voy a decir una cosa, no somos ratas de laboratorio para que investiguéis con nosotros. No vas a conseguir lo que quieres, así que ya puedes volver a tu planeta.

Clover mira a Álex. No ha abierto la boca en todo el rato. Está como en trance.

- ¿Y tú que opinas? - le pregunta Clover.

- No creo que haya problema, total, solo quieren averiguar cómo somos.

- ¡Qué le has hecho! - le grito a Clover.

- ¿Yo? Nada, simplemente está de mi parte.

- Haz que vuelva en sí o te juro que te arrepentirás de haber venido.

Le voy a lanzar un rayo, cuando Álex me tira del brazo para impedírmelo.

- Álex, vuelve en ti, ¡Álex! ¡Guardias! - chillo.

Entran a toda velocidad unos diez marters, pero Clover agarra a Álex y los dos desaparecen.

- ¡No!

Esto no puede ser. Se ha llevado a Álex.Tengo que ir a buscarlo.

Primera dimensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora