Capítulo 14

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Solo tengo que conseguir llegar a junto Clover sin que Álex me vea. Camino agachada y llego a la primera fila. Tendría que haber esperado a que Briggite o Kenzo llegaran, pero no puedo, no hay tiempo.

Cojo carrerilla y salto ayudándome de mi magia encima de Clover, al instante el portal se cierra. Intento quitarle el collar, pero ella me da un puñetazo en la cara y me caigo. Me incorporo, pero por detrás Álex me agarra, inmovilizándome.

- Álex, vuelve conmigo.

Nada, vale, le doy con mi cabeza en la nariz y me suelta. Clover escapa y yo corro detrás ella por entre la multitud hipnotizada, no creo que la mayoría de los habitantes de este planeta estén de acuerdo con lo que está haciendo, no necesitan nuestra magia, no necesitan meterse en problemas con otra dimensión.

Briggite aparece delante de nosotros y frena a Clover, empiezan a pelear.

Minia llega con una espada, gira su brazo para intentar darme, me agacho, pero le da a Álex, que no sabía que venía detrás de mí.

- ¡No! - chillo - ¡Álex! - le ha dado en el pecho está sangrando, intento curar su herida, pero no tengo el collar.

- Ranya, lo siento... - ha vuelto en sí, justamente ahora, ¿por qué? No quiero que se muera.

Briggite por fin vence a Clover, le saca el collar y me lo lanza, pero ya es tarde, la magia no puede devolver la vida.

Lloro desconsoladamente, su cara cada vez es más pálida y su cuerpo frío.

Las personas que estaban hipnotizadas, vuelven a ser normales y empiezan a hablar todos a la vez.

Kenzo llega corriendo como puede con su aparato en las piernas diciendo:

- Vuestra jefa, Minia, ha incumplido nuestra primera norma, ha matado, se merece ser encerrada.

Vienen dos guardias y se la llevan. Entonces, están de nuestro lado, no querían hacer lo que les ordenaban, pero el único que consiguió no ser controlado fue Kenzo.

Después vienen a por Clover, que Briggite había dejado inconsciente.

Bri se acerca a mí y me abraza.

Kenzo se va y vuelve con una máquina del tamaño de una mano y se agacha a mi lado.

- ¿Qué haces? - le pregunto.

- Si te lo digo no me permitirás hacerlo.

Primera dimensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora