Las tormentas que siempre afectan a millones de involucrados.Muchas veces son causadas por meros individuos.
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¿Qué sucedió anoche?
Se preguntó con dureza, un poco de miedo y reproche a sí mismo.
(Había sido descuidado.
Un descuido podría haber sido lo último que habría hecho.)
Dejó la taza suavemente contra la mesa y tragó el insípido té verde en su interior. Recordaba en el pasado que así lo consumía, sin azúcar, fuerte y a veces con un toque de limón para despertarlo por completo. Ahora le parecía insípido y falto del gusto dulzón.
Y que la azúcar de la alacena estaba muy cerca de su alcance.
No, se regañó mentalmente con dureza.
La otra parte de su cerebro saltó como atrapada en el acto y se retrajo.
Negando decepcionado de esa pequeña parte que aún existía en él volvió a tomar un trago.
Por eso había tomado el kilo de azúcar blanca que tenía guardada. Selló una parte en lo más profundo de la nevera para Chopper, y el resto lo licuó con agua y botó por el fregadero.
Situaciones desesperadas requieren medidas drásticas, pensó. ¿Y por qué no? Tomó un nuevo sorbo. Así no sufriría de tentaciones.
Trataron de asesinarme, de asustarme o de robarme. Si es el primer caso no tendría sentido por qué se detuvo estando tan cerca de lograrlo, mientras pensaba, la mano de Zoro palmeó suavemente su área del cuello y recordó el terror que había sentido al realizar que unos segundos más y no la habría contado. Estuvo a menos de un minuto de lograrlo. Realizarlo le hizo ver todas las cosas que deseaba hacer y aún no había logrado.
Recuperar su físico. Pasar más tiempo con Chopper. Pagarle a Ace por toda la confianza que había puesto en el durante tantos años. Ichimonji-.
Blonde.
Llamarlo.
Decirle quién era.
Su mano dejó de palpar el área morateada y adolorida y pasó a tomar el asa de la taza.
Vio el teléfono a unos centímetros de su mano, pero no pudo verse tomándolo. No ahora. No como estaba.
¿Será que trataron de asustarme? Pensó, y recordó épocas doradas pasadas, que igual tenían sus tintes negros en la pintura. Alguien no desea que sea el demonio de antes. Recordaba haberle dado el título a un joven novato, pero eso pudo haber cambiado.
—Por derecho de pasado representante y puesto 1ro, mi rango actual es el cien, —analizó en voz alta recordando—, eso me deja siempre en el límite de los que entran en categorías competitivas y los que no. Me da una ventaja porque el día que regrese-
Su conciencia notó el desliz. El cuándo y no el y si, más no comentó nada permitiéndole ese momento.
—Entraré de golpe a las competencias nacionales y no tendré que arrástrame de cero desde algún dojo. Pero eso me deja en desventaja, porque cualquiera que me gane, por más bajo del nivel que sea, entrará a la rueda también al tomar mi lugar.
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¿Te conozco?
Fanfiction"Hola, ¿te conozco?" Hola, una simple palabra que desencadenaría consigo tantos sentimientos y momentos. Un Zoro sin confianza y un Sanji solitario se encontrarían por accidente en un mundo virtual y sin barreras siendo no conocedores de las i...