Imperfecta || Todochako

VIII

  —Debiste haber entrado.

Uraraka Ochako.
Una niña de 16 años, pronto 17 quien ha pasado mayor tiempo de su vida sufriendo trágicos acontecimientos que suben cada vez de nivel. Muchas la consideran la imperfección en persona y lo mejor de todo, es que ella se ha proclamado de ese modos desde varios años atrás.

En frente de ella, se encontraba el chico mas extrovertido e ideal que cualquier mujer pudiese tener (o soñar). La viva perfección en persona, el hombre que nunca falla, el brillante de la sociedad.

Hace unos días ella fue asignada como alumna de el y así no reprobar historia universal.

—Eso... eso debe de ser de mala educación. —.Uraraka trataba de buscar una excusa coherente ante su estupidez, pero en realidad estaba en lo cierto. La casa de Todoroki dejo de ser su casa desde hace mucho tiempo. —¿No crees?

Entonces Todoroki rió.

Diablos.

Verlo reír era como un milagro de Dios. El era de vez en cuando muy inexpresivo, pero eso no lo quitaba la bonita cara que tenia; era tan amable que aun con su presencia, el flechazo caería directamente hacia ti.

El agarro la mano de la castaña y la jalo hasta entrar por completo a la hermosa casa que tenia Todoroki.

Hemos de recordar que ella no tenia una mejor vivienda a como el le contaba.

—Vamos. —.Todoroki extendió los brazos hasta llegar a la dirección de la sala, haciendo una breve seña de que indicaba debía de entrar. —Deberíamos de hacer el trabajo aquí.

Los dos se mantuvieron estudiando; uno enseñando y otro aprendiendo. El silencio de vez en cuando inundaba la pieza, dejando incómodamente a Uraraka. La chica miraba por reojo y no podía evitar ver la mirada concentrada de Todoroki; sus facciones eran tan perfectas que no podía evitar de suspirar.
El se dio cuenta de aquello, así que igualmente la miro a ella, hasta que reacciono y posteriormente evito la mirada, pero eso no pudo evitar que el comenzase a burlarse, dejándola en ridículo.

—¿Tengo algo en la cara? —.Todoroki tenia intensiones de jugar un poco con su amiga, quien podía leerse tan claramente sus emociones que, no le quedaba de otra que terminar burlándose de la pobre chica. —¿O sera que soy encantador?

Uraraka odiaba esa parte e Todoroki. Digo, no era mala, pero su actitud era tan malditamente buena que la hacia pasar varias vergüenzas. Lo gracioso e irónico de aquella actitud burlona y animada de Todoroki, era que solamente la sacaba cuando estaba con Uraraka.
Ella lo había notado y se sentía especial. Se sentía como si esa actitud fuera solo de ella, solo de ella y para nadie mas.

No quiso terminar ilusionándose. Es mas, ¡ni siquiera había venido con el propósito de charlas felizmente con el! Uraraka estaba al borde de reprobar Historia Universal y sabría que si la reprobaba, sus padres terminarían quemándola viva.

—¿Te puedo preguntar algo?

—¿Qué... pasa? —.Dijo Uraraka con un cierto confusión e inesesperación.

—¿Por qué me dejaste de hablar? —Todoroki se notaba calmado, pero dentro de el, tal vez muy al fondo, sentía signos de debilidad.

Uraraka quedo en silencio, pensante ante la situación, buscando una respuesta coherente.

—Tu te alejaste de mi. —Dijo.

Todoroki no la contradijo por que el lo sabia perfectamente.
Los dos se habían dejado.

El bicolor se acerco mas hacia ella, haciendo que la pobre chica entrara en modo de defensa, alejándose de el, tomándola de imprevisto, haciéndola reaccionar de la peor manera.
Entre mas se acercaba el, ella mas temblaba, esperando a que esto terminara...