Ⅷ️

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Tengo un mal presentimiento... Esta mañana desperté pocos minutos antes de que mi alarma sonara, también me levanté sin ninguna pizca de sueño, no había dormido de más ni menos y eso hizo que llegara más temprano al instituto.

Alexy me dejó a cargo del resto porque confía en mí, así que fui a comprar pequeños detalles para mis mejores amigos y unos cuantos chocolates caseros que me enseñó hacer mi madre. Según yo, era equitativo para todos, para no tener sospechas. Di unos cuantos pasos y suspiré profundamente, quería estar en mi casa sin preocupaciones, tan solo estoy unos minutos y ya quiero salir y evitar todo de lo que tenía que hacer. Segundos después empecé a escuchar acordes de guitarra con los cálidos rayos solares que apenas salían de las nubes y viendo como unas hormigas llevaban minúsculo trozo de comida.

—Muévete, me tapas el sol. —dijo una voz profunda y fría que me dieron escalofríos, reconocía ese tono de voz... Castiel. Levanto la mirada y afirmadamente era el chico pelirrojo de ojos oscuros tocando su guitarra acústica en una banca del patio.

— ¿Para qué o qué?
—Oh, si eres la pequeña tabla. —dice con su típica sonrisa sarcástica notando que era yo.
— ¿Qué hay de nuevo, nalgas de pollo?—replico molesta.
Frunce el ceño—Nada. Simplemente es San Valentín, un día tonto donde los enamorados y los amigos se dan regalos entre sí y cosas bobas.
—No es bobo... Solo es que no sabes lo bonito que se siente.
—Me da igual. —guarda su guitarra en su estuche y se levanta.

Miro donde estaba sentado y había pequeños regalos y cartas. —Se te olvida algo. —señalo el lugar.
— ¿Me haces el favor de dármelas?
Las recojo y se lo entrego. —Ahora dices la palabra "favor", un milagro. —sonrío.

Chasquea la lengua. —Un amigo y tú, me lo recuerdan casi cuando hablamos—Revisa todo lo que le di y frunce el ceño nuevamente que para él es de costumbre.
—Falta algo... el tuyo, niñita. —suelta una pequeña risita.

—En tus sueños, además acabas de decir que es tonto.
—Últimamente chicas menores me regalan estas cosas. —menciona mientras me daba la espalda. —No soy tan malo para tirarlo todo. —Se termina la conversación.

Después de todo, es un día normal. Lo que acaba de pasar recientemente me hizo pensar, Castiel es un chico apuesto y es el típico "chico rebelde" que a la de las chicas les gusta, convirtiéndose popular entre ellas. Me hizo recordar a Kentin... Con su apariencia de militar dice mucho. Realmente esto me pone nerviosa...

Vamos, Sofía, respira... Simplemente dile que tienes sentimientos por él y después huye lo más rápido posible, quizás no escuche bien o eso espero, y también espero que no se sienta extraño al estar conmigo después.

Pensamientos nada positivos llenan rápidamente mi cabeza, me empiezo a marear... todo me da vueltas, doy unos cuantos pasos hacia adentro del Sweet Amoris mientras tengo los ojos cerrados y las manos en la cabeza, al abrir los ojos para ver el camino mi mirada se empieza a nublar, desde ahí no recuerdo nada.

Abro los ojos lentamente y me percato que estoy en la enfermería acostada en una camilla, volteo a los lados confundida y con los ojos entrecerrados miro a la enfermera de no tanta edad ni poca con sus pequeños lentes y su cabello castaño claro y ojos marrones abriendo la pequeña cortina.

—Qué bueno que despiertas. —Dice con una sonrisa. —Te desmayaste y unos chicos simpáticos te trajeron. —Ah... Creo que estaba demasiado tensa....—digo con pocas ganas. —Espere, ¿exactamente quienes fueron?

【️CDM】️💚Senpai💚「️Kentin」️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora