Garras

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Se acercaban las fiestas y el lobo de Jimin estaba insoportable. Lo sentía ir de acá para allá, soltando pequeños sollozos de ansiedad. Jimin odiaba las fiestas gracias a su lobo. A veces, se sentía tan inquieto que no lograba dormir, y la única manera de calmarse era estar en la mente de Jungkook; de alguna forma él siempre terminaba durmiéndose. Así que estos días se la pasaba de Hyuna, intentando conciliar el sueño que su propio lobo le arrebataba. Con Taehyung como cómplice, él lograba quedarse allí el tiempo suficiente para, al menos, dormir dos horas.

Hyuna, un día en que se dio cuenta de lo que pasaba, le recomendó hablar con sus padres con honestidad. Jimin sabía que estaba mal que hiciera que todos a su alrededor mintieran por él, pero realmente no quería contarles a sus padres que él era el causante de que Jungkook mejoraba. ¿Qué pensarían de él? Escapando de un alfa en un momento, y al siguiente cuidando de otro. Park Baek no lo comprendería. Ni Jimin se comprendía a sí mismo; debería estar asustado de tener esa conexión, debería aborrecer compartir espacio con un alfa, debería ser el Jimin de antes... debería. Pero no lo hacía. Su omega se sentía tan bien, casi como si estuviera dopado, y no quería dejarlo, obligando a la parte humana a obedecer sus caprichos.

-¿Jimin? -su madre apareció por el pasillo, en pijama y con rostro de dormida.

-Ya iré a la cama. -susurró Jimin.

Cambió otra vez de canal. Nada interesante. Volvió a cambiar. Menos que menos.

-¿No tienes sueño?

Amelia se sentó a un lado y le acarició el cabello. Jimin luchó por no apartarse del toque que lo irritaba en esos momentos.

-No.

-¿Es por tu lobo?

Jimin asintió. Se reclinó en el sofá, buscando una mejor posición, volviendo a cambiar de canal.

-¿Qué hora es? -preguntó Amelia.

Jimin llevó la vista hacia el reloj de pared.

-Las tres y cuarto. -murmuró.

-Deberías intentar dormir. Mañana es la celebración de la Luna, y estarás agotado.

-Mamá, solía pasar días sin dormir, y lo sabes.

El comentario hizo que su madre callara. Jimin estaba acostumbrado a dormir poco, como cuando solía volver a su casa luego de dos días de desaparecido. Claramente, a sus padres no les agradaba ni un poco aquella actitud, pero Jimin, de alguna manera, siempre lograba ser perdonado.

-Tómate una pastilla para dormir. Te hará mal la cabeza si pasas mucho tiempo frente a la pantalla. -dijo ella. Con un beso en la frente se despidió, y volvió por donde vino.

Jimin estuvo media hora intentando encontrar algo de entretenimiento, pero al parecer lo único interesante era un programa de adivinar las palabras. Con algo de brusquedad, apagó la televisión y se frotó los ojos.

Su omega, a quien quiso ignorar todo este tiempo, se encontraba muy despierto. Quería correr, y Jimin lo sabía, sin embargo, también recordaba las palabras de su padre.

No más, Jimin.

El lobo protestó en su mente, y, como burlándose de él, rodó en círculos. El mensaje estaba claro. El animal preguntaba desde cuándo él seguía las órdenes. Jimin no tuvo respuesta a eso. Quizás el peligro que lo perseguía hacía que tomara conciencia sobre la importancia de obedecer, pero bien sabía que estaba lejos de ser aquello, puesto que seguía escapándose de la casa.

Jimin sacudió la cabeza, cerrando los ojos fuertemente. Ya no quería pensar, y su lobo se lo hacía a propósito, para que terminara cediendo. No obstante, sabía dónde iba a terminar si se convertía en lobo. Hyuna estaba descansando para las fiestas, al igual que todos, y no era justo interrumpir su sueño cuando Jimin ya le había aclarado que no aparecería más por la noche.

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora