Había regresado a su casa porque Hyuna había dicho que estaba listo para hacerlo. Aunque Jungkook se guardó como un secreto el dolor que sufría en sus piernas al caminar. No iba a contar aquello que podía retenerlo por más tiempo en una cama; una completa ironía, considerando que él solía vivir acostado en su propia cama. Pero, por ahora, prefería caminar a que estar acostado.
Llegando a su hogar se había sentido tan vacío, porque allí no se oía el característico sonido del agua hiviendo, ni los pasos de Hyuna alrededor de la casa, tan sólo todo estaba en silencio. Su padre trabajaba, así que no estaba con él la mayoría del tiempo. Y ni siquiera los rayos de luz pegaban con tanta intensidad como sucedía en la casa de la curandera.
Sin embargo, no había podido ser tan egoísta como para decirle a Hyuna que quería alargar su estadía unos días más, porque entendía que había otras personas que necesitaban ser atendidas urgentemente, y las habitaciones no eran suficientes como para albergar a más de diez personas.
Así que, con pesar, había vuelto a su casa. Se había sentado en el sillón y prendido la televisión, y miró hasta que sus ojos ardieron. Por alguna razón, tenía miedo de quedarse dormido y que su alfa impidiera su despertar. Su padre lo había reprendido a la mañana siguiente, porque no era bueno para su salud, pero el terror irracional a su propio lobo seguía allí, y eso, sorprendentemente, le daba más pavor que las reprimendas de su padre.
Lo único bueno había llegado a mitad de la mañana, cuando unos golpes se escucharon en la puerta. Jungkook estaba tan cansado que ni siquiera se sobresaltó por el ruido repentino. Pensó en no abrir, sin embargo, los golpes llegaron nuevamente de forma regular.
Con mucho esfuerzo, se paró, y fue caminando hacia la entrada haciendo muecas de molestia. Los rayos de luz lo obligaron a entrecerrar los ojos en cuanto abrió la puerta, pero eso no le impidió ver a Jimin parado allí. Creyó que Taehyung estaría en su lugar.
-Hola. -Jungkook parpadeó rápidamente, para acostumbrar la vista. Y, aunque debía responder el saludo, se quedó callado observando el rostro de Jimin, tapado por una bufanda. -¿Puedo pasar? -Jimin sonrió a través de la lana, y Jungkook sintió su cara enrojecer.
-Hola, eh, sí, pasa. -haciéndose a un costado, permitió a Jimin ingresar. No pasó por alto el olor a comida, así que buscó con la mirada hasta dar con un paquete en las manos del rubio. Cerró la puerta sin dejar de mirar la bolsa.
-Pensé que tendrías hambre, y Hyuna me dijo que tratara de no dejarte sólo, así que... -Jimin se encogió de hombros, sonriendo suavemente, no obstante, unos segundos después su ceño se frunció- ¿Estás bien? Pareces un zombie.
Jungkook asintió, agachando levemente el rostro para que su flequillo pudiera cubrirlo un poco.
-Ya vuelvo. -murmuró, y fue hacia el baño dejando a Jimin parado en el medio de la sala.
Se miró en el espejo antes de echarse agua en el rostro, esperando aunque sea despertar algunas neuronas. Las ojeras marcadas delataban su falta de sueño, pero lo que más le irritaba, eran sus ojos rojos, producto de estar mirando una pantalla por ocho horas seguidas. Y por más que quería estar presentable, no pudo hacer mucho más que lavarse los dientes, obviando el hecho de que Jimin había traído comida. La situación eran tan irreal que su corazón estaba haciendo una carrera en su pecho, y tuvo que controlar sus manos para que dejaran de temblar. Cerró los ojos, respirando profundo. Todavía no entendía cómo Jimin tenía la capacidad de volverlo un manojo de nervios.
Volvió a la sala, encontrándola vacía, pero de inmediato supo, por el sonido, que Jimin estaba en la cocina. Así que se encaminó hacia allí.
-Te tardaste un poco, así que comencé a calentar la leche. -comentó, dándose la vuelta para enfrentar a Jungkook. Ya no llevaba la bufanda- ¿Has dormido? -Jimin hizo una mueca ante la negación de Jungkook- ¿Por qué?
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Without Stereotypes ♡Kookmin♡
FanfictionJungkook se sentía un mal alfa, de esos que son débiles y lloran como "omega"; una decepción para su padre y el clan en general. Jimin se sentía un mal omega, de esos que no pueden callarse ante un alfa y no se comportan obedientes; un dolor de cab...