«Encontrar el culpable, era como buscar una aguja en un pajar»
🍃 🌸 🍃
En el resto de día del ayer no me topé en ningún momento con Istvan nuevamente, ni tampoco con Bill. Había regresado a casa junto a Ellier, quien después de clases me llevó a psicólogo, y después de eso, invitó a su amiguita a venir al departamento a pasar el rato mientras ellos hablaban de no sé qué tantas cosas.
Joanne me había caído bien, ya que era una chica muy tranquila y divertida, era un año más grande que Ellier y no había tenido la oportunidad de estudiar la universidad por cuestiones económicas y problemas familiares; era por eso que tenía dos empleos. Uno como cajera en el supermercado y otro como mesera en un bar nocturno.
Pero como no quise ser mal tercio nuevamente, me fui a mi habitación y estuve hablando por messenger con Bill. Hablando de él, su perfil de Facebook era rarísimo. No tenía ni una foto suya, apenas si contaba con su información básica (la cual hasta dudaba que fuera real), tenía solo dos amigos y ese era Istvan y yo, además de que no tenía ni una sola publicación en su muro. Su descripción era únicamente un emoji de unas hojas de árbol secas. Cuando le pregunté el porqué de ello, me respondió solamente con un emoji parecido, pero esta vez las hojas no estaban marchitas, sino verdes. No me dijo qué significaba porque ignoró mi pregunta olímpicamente.«Summi Foster:
Oye, ¿qué significa esto 🍂 en tu descripción?
7:56 pm
Bill1 Skarsgård2:
🍃.
8:01 pm
Summi Foster:
(? ¿Qué con eso?
8:03 pm
Bill1 Skarsgård2:
¿Fuiste al psicólogo?
8:07 pm
Summi Foster:
Sí. Pero dime lo de tu descripción ):
8:09 pm
Bill1 Skarsgård2:
Nos vemos mañana (:
8:30 pm»
Y después de eso no volvió a conectarse, por lo que me rendí y no le le envié más que un "Adiós, descansa".
¿Por qué querría evitar algo como eso? Si es un simple emoji y una tonta descripción, no sabía porqué tenía que hacerse el misterioso siempre. Pudo decirme que le gustaba el emoji y ya.
—¿Ya desayunaste? —preguntó Ellier saliendo del baño ya listo para que nos fuéramos al instituto. Yo apenas si me había despertado, ya que no había podido pegar el ojo en toda la noche por el asunto de Leah.
No dejaba de ver en mis sueños cómo era cruelmente mutilada.
Lo peor fue que soñé que quien la mataba, era nada más y nada menos que Istvan, por lo que me odié internamente. Yo sabía que era serio y parecía quererme desaparecer de la faz de la Tierra, pero no parecía tan malo.
Quizás ayer sólo tuvo un mal día y por eso había reaccionado así conmigo. Obvio yo no me alejaría de Bill, y menos sabiendo que no tenía amigos.
—Ya —respondí llevando el plato ondo en donde había cereal y leche anteriormente hasta el lavaplatos—. Sólo necesito cepillarme los dientes y nos vamos.
—¿No te vas a maquillar hoy? —me escaneó de arriba abajo con una mueca disimulada de asco.
«Yo también te amo, querido primo».
¿Es que debía de llevar maquillaje todos los días? Si yo no quería ponerme una máscara de químicos encima era mi problema, y si quería hacerlo, también era cosa mía. Era mi cara y yo sabría cómo quería que me viera el mundo. Me desenredé el cabello, ¿qué más quería?
—¿Y tú qué me dices? También te hace falta para tapar la cara de idiota que tienes —siseé con sarna, para después dejarlo con la palabra en la boca e irme a cepillar los dientes. No quería escuchar más boberías superficiales de su parte. No hoy, al menos.
Tras haber terminado de prepararme tomé mi mochila y caminé hasta la puerta de entrada, pasando de lado a Ellier y saliendo del departamento y cuidando que el pequeño gatito no se saliera del departamento.
—¿Ya pensaste un nombre para esa bola mugrosa de pelos? —preguntó Ellier detrás de mí, saliendo al igual que yo y cerrando con llave la puerta.
—Uhm, no —contesté, recordando que ciertamente, el animalito aún no tenía nombre.
Vaya...
—¿Qué te parece "estorbo"? —propuso. Lo miré como si mis ojos tuvieran rayos X y le propiné una golpe en la nuca—. Auch —se quejó—. Todavía que te ayudo y te pones ruda —entrecerró los ojos mirándome con recelo. No me importó en lo más mínimo, ya que aquel golpe, apenas si se lo había dado con fuerza.
—Sé serio, para variar —rodé los ojos—. No quiero ponerle ningún nombre cliché como: bola de nieve y esas tonterías —negué, mientras ambos avanzábamos hasta las escaleras, para acto seguido, bajar por ellas.
—Tengo una idea. ¿Qué tal si le pones Anastasio?
Ay, no mames...
—Tengo una idea. ¿Qué tal si te callas? —contraataqué, ya harta de sus estupideces.
Ellier, satisfecho con haberme sacado de quicio, soltó una risita lleno de burla y, para mi buena suerte, obedeció a mi petición.
Ahora, volviendo al asunto del nombre, no tenía ni idea cuál ponerle. A ver, era de color negro, cariñoso conmigo y huraño con mi primo, le gustaba jugar con mi cabello y en las noches me saltaba en la cara para volverme loca una rato... ¿Qué nombre estaría perfecto para él?
Cuando estaba a punto de rendirme por romperme la cabeza buscando el nombre ideal del minino, no me había dado cuenta en qué momento entramos a furgoneta, ni en qué momento habíamos llegado al instituto.
Bajé del vehículo y, como algunas veces hemos hecho Ellier y yo, ambos nos fuimos por nuestro lado y nos ignoramos.
Una sonrisa apareció en mi rostro cuando visualicé al chico de ojos misteriosos y de altura impotente, porque se me había ocurrido una grandiosa idea: el primer nombre masculino que él me dijera, sería el definitivo.
—Hola —me situé a su lado mientras le tomaba el hombro suavemente, para que notara que estaba detrás de él. Cuando se volteó hacia mí, retiré inmediatamente mi mano.
—Hola, Summer —me sonrió, de nuevo de esa forma tan peculiar en él. Tímida y cohibida.
—¿Cómo estás?
En respuesta él se encogió de hombros y asintió, dando a entender que estaba bien, o al menos eso supuse.
A veces era demasiado, demasiado callado. Pero recuerdo el día en la oficina y entonces me confunde porqué a veces parece que le dan demasiada cuerda a la lengua. Bill era raro, y quizás eso me agradaba de él y lo diferenciaba notablemente del resto.
—Bill, dime un nombre masculino, por favor —la educación ante todo, ah.
Al principio me miró extrañado, sin embargo no preguntó nada respecto a ello y respondió mi pregunta.
«Por favor, que no diga el suyo, porque si no me muero».
—Bill.
«¡Con un demonio! A ver, Summer, intentalo de nuevo».
—Otro —pedí.
—Uhm, Istvan.
«Okey, la tercera es la vencida, ¿no?»
—Un último —reí nerviosamente.
Esta vez se tardó unos pocos segundos en pensar, pero al final, respondió:—Gun.
¿Gun? Bien, no sabía si eso era un nombre o no, pero estaba corto, fácil y no era común, así que me gustó.
No le preguntaré de dónde cojones lo sacó.
—Gracias —sonreí satisfecha—. Ahora, ¿me explicas tu mensaje? Porque no sé si estoy muy estúpida o qué, pero no te entendí nada.
No creo que en persona evada mis preguntas como por mensaje... ¿o sí? Joder, ¿a quién quiero engañar? Claro que puede si quiere, estamos hablando a parte de Bill Skarsgård. No era un chico cualquiera, definitivamente.
El chico soltó una apenas audible risa nasal y miró hacia el suelo negando, dejándome confundida en todo el maldito sentido de la palabra. Y para colmo, me dejó ahí parada como idiota, porque el muy descarado se largó sin darme al menos una mirada.
«Ah, gracias».
Si creí que ayer me había ignorado en messenger, esto ya no tenía nombre.
Con una bufido cargado de frustración, me alejé de ahí y caminé hasta mi primera clase, la cual era física. Mi peor pero más agradable pesadilla.
Si Ellier me sacaba de quicio por hablar de más, él me sacaba de mis cabales por no hacerlo.
Al llegar salón y tomar mi lugar, observé un pedacito de papel de libreta en mi asiento. Al tomarlo y voltearlo, vi que decía algo.
«Si no lo hiciste por las buenas, quizás lo hagas por las malas». Le di una ojeada a toda el aula para ver si había alguien más, pero sólo me encontré con Cassidy Gallagher, la chica con mejor promedio del grupo, y dudaba que fuera ella la que lo había hecho.
—Hey, Cassie —la llamé—, ¿sabes quién dejó esto en mi lugar?
—Ni idea —se encogió de hombros—. ¿Quieres que pregunte en la junta estudiantil? —se ofreció.
¿Dijo... qué? ¿Junta estudiantil? ¿Eso existía todavía?
Negué con la cabeza, sonriendole forzadamente y respondí:—No, gracias.
Doblé el papel con cuidado y lo guardé en mi bolsillo trasero de los jeans, para después sentarne en mi silla y esperar a que la clase comenzara.
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Silence Street | Bill Skarsgård
Fanfiction«Bienvenida a la calle del silencio» fue la primera advertencia que le llegó a Summer desde que se mudó al nuevo vecindario. Summer Foster no quiso escuchar las advertencias, no quiso oír porqué la calle Postner era de los peores lugares en los que...