Es medianoche, los destellos de colores frente a mí y la inconfundible explosión me lo anuncian. Ha iniciado otro año, específicamente, ha iniciado el 2018.
Vagamente pienso en que realmente no existe un tiempo definido, es algo que las personas utilizamos para llevar un norte. Decido no seguir esa línea de pensamiento, es usual en mí gastar tiempo pensando cosas sin sentido.
Al iniciar un año es como si todos quisiéramos sacar una parte nueva de nosotros, pero a veces, solo a veces, eso es casi imposible. Somos siempre lo que somos. Probablemente moderemos algunos rasgos no tan agradables de nuestro yo. Sin embargo, al fin y al cabo, sigues siendo ese yo, pero contenido.
¿Las personas pueden cambiar? No lo sé. Pero es algo que debe ocurrir por una razón, no porque ayer era 2017 y hoy es 2018. Ahora pienso, ¿Yo he cambiado?
– Ven aquí Emma, sólo faltas tu por encender tu globo de los deseos –Mi madre, como de costumbre, interrumpe mi hilo de pensamientos.
Ven lo fácil que es para mí pensar cosas sin sentido.
Dando una última mirada a un cielo con escasas estrellas y una imponente luna que nos regala una de las noches más brillantes, me doy la vuelta y me dirijo hacía la mesa que se encuentra en la parte central del patio trasero de la casa de mis padres.
Allí están todos, sonríen y tratan de acomodar lo mejor posible sus globos para que su deseo no vaya a arruinarse. Me acerco sonriendo, es como si en esa sonrisa quisiera decirles cuan agradecida estoy de tenerles en mi vida.
El primero en abrazarme es Tadeo, mi hermano pequeño, tiene ya 22 años, pero para mí será siempre Patito. Cuando era pequeño su cuento para niños favorito era uno en el que un pobre patito era el más feo de todos en la granja y que decir de las burlas hacía aquel patito feo. Afortunadamente todos sabemos cómo acaba esta historia: Resultó ser un hermoso cisne.
– Feliz año nuevo para la hermana más hermosa de todo Utah – Sonrío en su hombro mientras extiendo un poco más este abrazo
– Feliz año a ti Patito – separándome de él, lo miro fijamente a los ojos, verdes, como los de papá.
– Te quiero tanto – Le digo.
No tiene tiempo de responderme, Tobías, nuestro hermano mayor, está dando un abrazo de esos que abarcan todo Salt Lake City, estoy siendo exagerada, como de costumbre.
Es un abrazo de hermanos, como los llama Tobías, y en ese abrazo entramos los tres Jordan: Tobías Jordan, Emma Jordan y Tadeo Jordan.
- Feliz año nuevo, hermanos pequeños – y apretándonos más fuerte, si eso es posible, añade.
– Su hermano mayor los ama y está orgulloso de ustedes – Patito y yo respondemos al unísono que también lo amamos.
Así somos nosotros, los hermanos Jordan, siempre juntos. Tobías a diferencia de Patito y yo, es rubio como papá, pero ha sacado los ojos negros justo como mamá, es alto, muy alto y también fuerte, tiene 26. Yo la del medio, esa que no es tan mayor para darle responsabilidades, ni tan pequeña para consentir, tengo 24.
Nos apartamos justo cuando papá y mamá vienen hacía nosotros tomados de la mano.
– Feliz año hijos – dice papá – Estoy tan agradecido de tenerlos – Oh papá, nosotros también.
Mamá, tiende hacía mi un globo de los deseos, el cual no había visto – Aquí tienes pequeña – Y señalando hacía la mesa, donde está el resto de los globos listos para ser lanzados, añade – Sólo faltas tú –
Luego levanta la mirada hacía el resto de sus hijos – Feliz año a todos, que sepan: – Al unísono los tres la interrumpimos – Mamá los ama – Rompemos todos a carcajadas, cada año dice lo mismo. Así mismo, siempre la interrumpimos, es una especie de broma familiar.
Rápidamente saco mi globo de su paquete y muy, pero muy torpemente consigo tenerlo listo para ser lanzado. Cuando levanto la mirada, el resto de mi familia me espera con paciencia teniendo sus respectivos globos entre sus manos, ya me conocen, saben que la coordinación y yo vamos por dos avenidas diferentes.
Juntos nos dirigimos al final del patio trasero para lanzar nuestros globos de los deseos, papá es quien tiene la tarea de encender cada globo y mientras lo hace busco en medio de mis pensamientos aquello que espero recibir en este año que empieza.
– ¿Listos? – Pregunta Tobías con entusiasmo y todos al unísono asentimos dejando ir de nuestras manos aquello que tanto anhelamos para el nuevo año.
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Atrévete a Intentarlo
RandomDejar tu familia, tu trabajo, tu ciudad y tu única amiga, por seguir tus metas... ¿Arriesgarse? Hay un dicho que resa: si esperas algo diferente, sé diferente, haz cosas diferentes. - ¿Por qué no hice esto antes? susurro más para mi misma, no querie...