Miro como poco a poco mi globo se eleva hacía lo más alto del cielo, lleva con el mi deseo "Ser feliz", parece algo simple, pero ¿Cuántas personas en el mundo pueden presumir de serlo realmente?
En este momento es cuando me lo pregunto ¿Soy feliz? Siento sobre mis hombros el brazo de papá, eso me trae de vuelta a la realidad, vagamente pienso en lo que habrán deseado los demás miembros de mi familia, ya sé, soy una cotilla incurable.
Luego de mirar cada uno su respectivo globo y estar sumidos en nuestros propios pensamientos, nos damos la vuelta cuando están tan lejos que son un punto más en el cielo.
Como todos los años, nos dirigimos hacía la terraza trasera, la cual está decorada con luces blancas, están colocadas de un lado a otro en el techo, de arriba abajo en las pilastras y sobre las veraneras lilas que rodean la estancia.
En el centro hay una imponente mesa de madera caoba, o eso creo que ha dicho papá cuando la trajo hace algunos años atrás, la mesa está decorada con un hermoso mantel blanco que ha tejido a mano mi abuela Clara como regalo de bodas para mamá. Sobre la mesa, está nuestra cena, según mamá, para año nuevo se debe cenar justo después de la medianoche. Mamá es latina, por lo que he crecido estrechamente relacionada con esa cultura.
– Tomen asiento chicos, la cena nos espera – La primera en hacerlo desde luego soy yo, mi amor por la comida supera lo demás.
Desde muy pequeña he tenido algunos problemas de sobrepeso, por lo que la dieta ha formado parte de mi vida como el agua, he hecho todo tipo de dietas: Dieta de la soya, dieta de la sopa de tomate (A sol de hoy solo ver tomates me provoca nauseas), dieta del té blanco y finalmente la dieta de la piña.
Por supuesto, ninguna resultó, sigo teniendo esas libras demás. Creo que detrás del "Ser feliz" de ese deseo iba disfrazado un "Perder algo de peso y ser feliz".
Vuelvo al momento cuando papá tintinea una copa para llamar nuestra atención y dice – Este ha sido uno de los mejores años – Mirando fijamente a Tobías continua – Mi hijo mayor finalmente ha decidido casarse –
Sí, olvide mencionarlo, mi hermano se casa en febrero con una hermosa chica de las afueras de Utah, su nombre es Anne, se conocieron en su trabajo, ambos son corredores de bolsa en un famoso banco de la ciudad.
A continuación, fija su mirada en Patito – Tadeo ha sacado las mejores calificaciones en su cuarto año de la escuela de medicina –
Todos sonreímos con orgullo, es el primer miembro de la familia en mucho tiempo que se convertirá en médico. Le gustaría ser cardiólogo, detrás de su decisión hay un motivo más fuerte, pero ahora no quiero pensar en ello.
Finalmente posa su mirada en mí – Em, eres una gran ingeniera y estoy muy orgulloso de tus logros –
Esa soy yo, es así, soy ingeniera civil y este último año ha sido mi primer año en el mundo laboral, no es fácil para una chica hacerse con un nombre en una profesión donde abunda el sexo masculino, pero pienso que lo he hecho bien.
– Gracias, papá –
Le sonrío de vuelta mientras mamá añade – Tengo los mejores niños de todo el mundo y por eso: Brindemos –
Luego tomando la botella Marc Hebrart Blanc y un sacacorchos, la destapa, el corcho viene a parar en medio del escote de mi vestido todos ríen por lo gracioso de la situación, mientras yo saco el corcho del inoportuno lugar.
Vagamente recuerdo que en el libro "Tres veces tú" de Moccia, mientras Step y Gin brindan por su matrimonio, esta última dice que cuando el corcho cae sobre ti es buena suerte, por lo que decido tomarme el accidente como una buena señal.
El champagne espumoso sale a borbotones y mamá sirve 5 copas iguales para que brindemos, cada uno toma una y seguido de eso brindamos chocando nuestras copas.
No sé si alguien más lo ha pensado, pero a veces me parece algo sin sentido el hecho de chocar las copas.
Nos sentamos aún eufóricos sobre la mesa, y ahora si, finalmente procedemos a servirnos la comida.
La cena consiste en pavo relleno de frutos secos bañado en salsa de mantequilla y finas hiervas, papines asados, judías verdes y ensalada de zanahorias, lechugas y tomates.
Comemos en silencio, la comida está deliciosa como siempre.
Mientras como pienso que no he mencionado a mi familia un detalle muy importante, el año pasado he aplicado para una beca de una maestría en la Escuela de Arquitectura de Siracusa, Nueva York.
Me han aceptado, por lo que debo dejar mi trabajo y mi hogar en Salt Lake City para marcharme. Las clases inician a finales de enero, es decir, tengo exactamente 30 días para contarle a mi familia la noticia, renunciar a mi trabajo, encontrar un lugar donde vivir y un nuevo trabajo.
En pocas palabras he de iniciar una nueva vida en la que espero ser feliz, ya ven por donde va el deseo "Perder peso, iniciar una nueva vida en Siracusa y ser feliz".
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Atrévete a Intentarlo
RandomDejar tu familia, tu trabajo, tu ciudad y tu única amiga, por seguir tus metas... ¿Arriesgarse? Hay un dicho que resa: si esperas algo diferente, sé diferente, haz cosas diferentes. - ¿Por qué no hice esto antes? susurro más para mi misma, no querie...