Capítulo 13 • ESCAPE

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Capítulo 13. Cicatriz.

Salí rápidamente de la casa seguida por Mitch, quien constantemente me preguntaba que había pasado y por que estábamos yéndonos tan rápidamente.

Me dirigí hacia el auto que el chofer nos había dejado, me saqué los tacos y empecé a caminar descalza. Saqué la llave de mi corpiño y cuando estaba por abrir la puerta Mitch se puso enfrente mío.

— ¿qué carajo está pasando?

— Por favor, confía en mi. Tenemos que salir de acá lo más rápido posible.

— Tienes que decirme qué pasa...

— ¡Mitch, Por favor! ¿Confías en mi? - me acerqué más a Mitch y lo miré a los ojos.

— Si.- asintió y se dirigió hacia la puerta del copiloto.

— Llama al chofer, decile que no nos venga a buscar.- Mitch agarró su teléfono y marcó el número.

— No contesta.

— Mierda.- arranqué el auto y me dirigí hacia la salida a toda velocidad que el auto hizo ruido al avanzar.

— ¿ahora me puedes decir...? - no terminó de decir la pregunta porque frené de golpe el auto, ya que otro auto estaba mirándome de frente en la salida del estacionamiento.

Mi respiración estaba agitada y sentía como mis manos empezaban a sudar mientras agarraba el volante.

— ¿Lydia...?

Clavé mi mirada en el vidrio del otro auto y aceleré en auto, giré rápidamente esquivándolo y tomé toda la velocidad y salí del estacionamiento. Enseguida, otros dos autos aparecieron a mis costados y el primer auto estaba detrás mío a toda velocidad. La autopista estaba vacía ya que era la madrugada, así que podía acelerar más. Veía como los que estaban a mi costado se acercaban más a mi y apreté más el acelerador.

— ¿cómo mierda los vamos a perder? - Mitch preguntó viendo al auto que teníamos detrás.

Piensa, piensa Lydia. ¿Qué mierda podes hacer?

Mientras veía como los autos se acercaban más a mi, miré por el espejo retrovisor al auto que tenía detrás, pero éste estaba a una distancia y no se estaba acercando.

— Mitch, agárrate de algo.- sin dudarlo se sujetó de su asiento y yo apreté el freno. El auto hizo un ruido fuerte al frenar al igual que el auto que teníamos detrás para no chocarse con el mío. Giré el volante hacia la izquierda mientras frenaba y el auto inmediatamente se giró hacia la derecha. Cuando estaba horizontal a la calle apreté el acelerador para ir de contra mano y esquivar al auto que tenía detrás. Una vez que pasé los tres autos, solo uno pudo seguir mi maniobra y ya estaba acelerando para poder alcanzarme.

Una vez que llegó hacia mi lado noté como el copiloto bajaba su ventanilla y éste se acercó a mi ventanilla para poder bajarla.

— Mitch, agarra el volante.- solté el volante y miré hacia donde estaba el señor, quien rápidamente tomó su pistola y le disparó a mi ventanilla, partiéndola en pedazos. Me tapé la cara y saqué mi pistola de mi sujetador del muslo, y le apunté pero éste ya tenía medio cuerpo adentro del auto. Le tomé el brazo con fuerza pero por la velocidad lo único que pude lograr fue romperle la manga de la remera. Lo solté y enseguida noté una mancha negra en su brazo. Abrí los ojos al descifrar lo que era esa mancha negra; un ave.

No podía ser...

Con toda la fuerza que tenía empuje su brazo contra la ventana rompiéndoselo, éste gritó y volví a agarrar mi pistola disparándole a la rueda de su auto, y vi como rápidamente se dirigía hacia un árbol y se estrellaba.

— ¡Lydia! - Mitch gritó y giré mi mirada rápidamente hacia el frente; los otros dos autos venían hacia nosotros y sin poder hacer algo los tres nos estrellamos y todo se volvió negro por unos segundos.

Abrí mis ojos y golpeé la puerta de mi costado y salí del auto. Corrí hacia la puerta de copiloto y ayude a Mitch para que salga del auto. El humo del fuego corría por todo mi cuerpo y podía sentir como el olor hacia que mi cabeza empiece a doler.

— Lydia... ¿estás bien? - Mitch me preguntó con las fuerzas que tenía.

Asentí y revisé con mi mirada los autos que estaban alrededor nuestro. Había uno que estaba chocado pero era el único que no estaba con fuego. Me dirigí hacia éste sacando mi cuchillo, ya que había perdido la pistola en el camino. Abrí la puerta rápidamente y a mi sorpresa, nadie había adentro. Entré rápidamente y Mitch caminó hasta el lado de copiloto.

. . .

La sensación que tenía en mi cuerpo no se iba. Aunque había pasado las dos ultimas horas manejando la adrenalina y los nervios que corrían por mi cuerpo no desaparecían.

Cuando empecé a reconocer el bosque que tenía alrededor, los nervios empezaron a calmarse. Mitch se movió a mi lado sin dejar de agarrarme el costado de su estómago donde se había lastimado.

— ¿dónde estamos? - preguntó.

— En una lugar seguro.- contesté y estacioné la camioneta una vez que la casa de campo apareció en mi vista.

Una vez que entré y me fijé que no haya nadie, suspiré y cerré los ojos con fuerza. Escuché a Mitch gemir y corrí a buscar el botiquín que tenía en el baño para emergencias.

Mitch se sentó en el sillón y me agaché en frente de él para poder curarle la herida. Se sacó la remera y enseguida noté la lastimadura mediana en su costado izquierdo.

Agarré el alcohol y empecé a pasarle por la herida, Mitch gimió del dolor y agarró fuerte mi brazo. Le pedí que se pare para poder limpiarme mejor y éste se paró a mi lado. Me acerqué a él para mirar mejor la herida ya que no había mucha luz que me permitiera ver con claridad. La luz de la luna alumbró su rostro y me acerqué más a él inconscientemente.

— ¿qué haces?

— Nada... - dije casi en un susurro.

— Lydia, necesito que me cuentes la verdad.

— Tenemos tiempo para eso después...

— Lydia...

Sin que me pueda seguir hablando uní nuestros labios. Eran suaves y encajaban a la perfección con los míos. Mitch se quedó quieto por unos segundos pero después siguió el compás de mis labios. Agarró con suavidad mi mejilla y con su otra mano agarró mi cintura y me acercó más a él. Rodeé mis piernas en su cintura cuando Mitch me alzó y lentamente nos fuimos cayendo al sillón.

THE END OF YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora