Klancetober - Pequeñas Historias

Tarde Perezosa

–Keith, ¿vas a comprar la leche?

–¿Para que quieres leche?

–Para hacer cereal, tengo hambre.

–Ven acá, tengo palomitas.

Lance cerró la puerta de la nevera y con pasos lentos y flojos llegó al sofá, donde su novio lo ocupaba por completo, restándole importancia, se acomodo sobre el chico de ropa holgada que miraba una película con aburrimiento. Acomodo su rostro en su pecho, y empezó a murmurar cosas sin sentido, siendo callado por una fuerte abrazo de piernas de Keith.

–Has silencio, no me dejas escuchar.

Sin rechistar, —no tenía ánimos para hacerlo— se quedó en silencio viendo la película desde la mitad.

Keith ahora con Lance acomodado sobre él, cambió la ruta de su mano, antes iba solo del bowl a su boca y viceversa, pero ahora llevaba palomitas hasta su pecho para alimentar a su novio.

–Keith, no te merezco.

–Aja, como digas –ignoró concentrado en la película.

Lance empezó a gruñir, detestaba la poca atención de su novio, molestando a Keith por las cosquillas que le causaba la acción.

–¿Hoy no vas a trabajar?

–Sí, pero prefiero estar con mi Keef.

–Pues tu Keef quiere ver una película, así que cállate hasta que acabe y tendrás toda la atención que quieres.

Lance no respondió, dando a entender que no hablaría más, trataba de ver la película también pero el sueño y la calidez de Keith le ganaron, quedando dormido.

La película terminó, llamó suavemente a Lance, y este no respondió, con una suave sonrisa acarició su cabello, observado las pequeñas pecas de su rostro, contándolas como estrellas de una constelación, y sin poder evitarlo, cerró sus ojos, sintiéndose feliz.

Sintiéndose amado.

Բiɳ ɗíɑ 6