Lobo

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¿Alguna vez escuchaste la frase "un lobo con piel de cordero"?

La gente siempre la usa cuando creen que alguien oculta algo o aparenta ser lo que no es.

Yo en cambio, la suplanto por la frase que reza así: "el lobo siempre será malo si solo escuchamos la versión de Caperucita".

Y decime vos, ¿cuántas veces juzgaste a alguien sin conocerlo bien o dejándote llevar por lo que decían los demás?

Muchas, seguro.
Incluso puede que ahora me estés juzgando a mí por lo que escribo y expreso en cada escrito mío.

Pero... ¿cuántas veces te detuviste a escuchar la historia que tiene esa persona detrás?

Pocas, seguro.

Y te preguntarás vos qué carajos tienen que ver los lobos en todo esto.

Bueno, he ahí el punto.

Los lobos son considerados salvajes, agresivos y pocas personas los consideran atractivos.
Muchas veces el ante pasado de los perros, es despreciado si se los ve merodeando cerca de algún lugar en donde haya demasiadas personas.

Y si bien es cierto, que su instinto animal puede hacerse presente, también es cierto que los lobos son seres que a veces se vuelven frágiles y nadie lo nota.

¿No pasa lo mismo con nosotros?

Una característica que me llama la atención de los lobos, es que cuentan con un pelaje tan duro que es necesario que se froten contra las rocas para poder deshacerse de algo de dicho pelaje.

Me llama la atención porque las personas también tenemos un pelaje o armadura tan dura, que es necesario encontrarnos con una roca para poder deshacernos de ella poco a poco.

Y cuando nos vamos deshaciendo de ese pesado pelaje que nos mantiene a salvo, vamos alivianando nuestro peso personal.
Pero para que eso pase, es necesario que venga una persona-roca y nos deje descansar un ratito entre sus brazos.

¿Sabías que los lobos son los animales más fieles a su manada?

Y las personas somos fieles a nuestra manada, también.
Tal vez a veces no lo seamos a nosotros mismos pero sí a las personas que queremos.

Es un mito que el lobo aulla en las noches de luna llena, de hecho lo hace a cualquier hora del día para poder comunicarse... pero seamos sinceros, nos gusta pensar que ese mito es real y quizás sea porque en las noches de luna llena, al igual que el lobo, extirpamos mejor nuestras penas.

Si llegaste a este punto de mi texto y te seguís preguntando qué carajos tienen que ver los lobos con las personas...

Bueno, a mi parecer, los lobos y las personas somos algo parecidos.
Sino fijate en todas las similitudes que te di.

Pero la más importante y tal vez la que más nos compete es que todos alguna vez fuimos el lobo en la historia de alguna Caperucita.

Y tal vez lo sigamos siendo.

Pero si encontras una persona-roca que se siente a escuchar tu historia, que deje que vayas deshaciendote de a poco de tu exceso en tu pesado pelaje... no huyas.

A veces, solo necesitamos aullarle a alguien más nuestras penas... a alguien que no sea una luna llena.

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