"Mamá, si encontrás esto... solo dejame dormir.
Si revisas tus pastillas de dormir y no encontrás ninguna... las tomé yo.
Mamá, estoy cansada...
Mamá, quiero dormir...
Solo voy a dormir unas horas... después me levanto y tomamos mates.Mamá, si ves esto... solo estoy durmiendo."
Esas fueron las palabras que escogí para mi carta de despedida.
Esas fueron las palabras que escribí en una hoja con tinta de una lapicera negra que estaba casi al final de su vida útil... como yo.Y es que en ese momento me sentía tan inutil, tan cansada, tan... fuera de mí.
A veces me acostaba por las noches y mientras lloraba en silencio, una parte de mí rogaba porque alguien dijera alguna palabra que me llenara de salvación... que me llenara de luz.
Pero nadie dijo nada.
Y es que, ¿cómo podían decirle algo a alguien que parecía no tener ni siquiera un mal día?
"Papá... no quiero vivir."
Esas fueron las palabras que salieron de mi boca una noche.
Esas palabras dejaron paralizadas a quien en ese entonces era mi psicólogo.Más allá de decirme que quería verme la próxima semana e intentara tener una conversación fluida con el destinario de mis palabras... tampoco pudo hacer nada.
Y es que... nada me llenaba de luz, nadie podía consolarme a esa altura del partido.
Algo dentro de mí moría.
Algo dentro de mí dolía.
Algo dentro de mí se rompía.
Algo dentro de mí ya no existía.Y ese algo era yo.
Con cada herida me rompía más.
Con cada partida me dolía más.
Con cada golpe físico... dejaba de existir.Me crié con un hombre que supo darme más golpes que cariño, con un hombre que solo supo decirme insultos y no palabras de aliento.
Con un hombre que... solo quería mi silencio permanente.Y me soltaron...
Y me dejaron caer...
Cuando más necesitaba aferrarme.Y me callaron...
Y me golpearon..
Me tiraron al suelo...
Me arrastraron por las escaleras...
Me dieron varias patadas en el estómago...
Me quebraron un brazo...Y lo hicieron por años.
Una noche caí, mi cabeza golpeó contra el duro y frío suelo... fue ahí cuando todo mi ser estalló por completo.
Fue ahí cuando comencé a mirar con cariño a las pastillas que me dejarían en terapia intensiva por toda una noche al ingresar en coma a urgencias.
"Solo déjenme morir."
El último mensaje de whatsapp que le escribí a una amiga contenía aquellas palabras.
Mi padre corrió conmigo en brazos al ver que los intentos por despertarme eran en vano.
Y de repente...
Ya no necesitaba aferrarme.Nadie pudo despertarme aquella tarde.
Desperté en terapia, un poco mareada y como a las 4 de la mañana.Fui consciente a la mañana siguiente.
Toqué los tubos que salían de mi nariz mientras una enfermera se encargaba de preguntarme si estaba bien.
Tenía un respirador y el tubo para lavar mi estómago.
Días después, me enteré que cuando llegué a urgencias... ya casi no respiraba.
Tuve varios intentos de suicidio.
Y cuando se lo conté a alguien... solo rieron de mí.
"Eso es de cobardes"- decían.
Quise demostrarle al mundo lo cobarde que era... lo cansada que estaba.
Si llegaste a este punto de mi texto...
Si leíste hasta acá...
Y te preguntas porqué estoy escribiendo esto...Lo escribo porque en esta historia resumida de la vez que estuve en coma, quiero dejarte una moraleja.
A vos que estás leyendo...
A vos que quizás ahora con lágrimas en los ojos sentís pena por mí...A vos que quizás te sentís solo o estás a punto de decaer...
Respirá.
Hagamos una pausa juntos y respirá.La vida a veces nos hace fuertes primero para luego sacar de nosotros lo mejor y nos hace encontrar la luz necesaria para salvarnos a nosotros mismos.
La luz que esperas... está en vos.
La felicidad... sos vos.
La paz... está con vos.Todo lo que necesitas... sos vos.
Mi moraleja es esta:
Cuando sientas que no podes más, cuando sientas que el mundo entero cae sobre tus hombros, cuando solo quieras encerrarte a llorar y ni siquiera puedas hablar... lee este texto.
Si mis heridas sanaron, las tuyas también.
Si yo pude crecer, vos también.Y si te conté todo esto fue para que sepas que de todo lo malo, incluyendo de aquellos golpes, aprendí.
Aprendí a salvarme.
Ahora te toca a vos...
No te rindas.
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Génesis.
RandomEs el principio de un caos, de una lluvia, de un arcoirís... de un mundo. De mi mundo. Esto va dirigido a las personas que llevan la magia en ellas y no se dan cuenta... brillá hasta con el alma rota.