Desde que Ciara se fue no he hecho más que pensar en todo lo que me dijo.
Los pensamientos dan vueltas en mi cabeza, pero soy incapaz de aferrarme a alguno. A pesar de ello, he llegado a tres conclusiones: lo que pasó con Alice Hawk me tiene intrigado; puede que conocer a fondo a mi antagonista me permita desarrollar mejor la trama; y quizás eso sea exactamente lo que necesito.
—¡Maldita sea! —me grito a mí mismo ante la impotencia que siento por no poder centrarme.
Me levanto de la cama y me desnudo para darme una ducha porque necesito que mi frustración se escurra por el drenaje.
Abro la llave y siento el agua acariciar mi piel, pero eso no es suficiente para alejar de mi mente el nombre de Alice Hawk, la chica de la que nunca antes había escuchado hablar, pero que ahora no abandona mis pensamientos.
No puedo evitar pensar en qué habrá pasado con ella, cómo habrá terminado sin vida en el medio de un bosque y por qué alguien le arrancaría un pedazo de su piel.
El humo que sigue presente en el espacio en el que me encuentro me despista por un momento, pero el contraste que produce el agua fría al caer sobre mi piel aún caliente hace que mi cuerpo reaccione de manera inmediata, así que cierro el grifo y abro puerta corrediza en busca de una toalla para poder secarme.
No sé por qué el caso de Alice Hawk me carcome tanto el cerebro si estoy seguro de que no consulté ninguna fuente en busca de inspiración, todo lo que he escrito ha salido única y exclusivamente de mi cabeza. Maldición, me he portado de maravilla durante estos meses: no he salido, no me he distraído... incluso me mantuve alejado del alcohol y de las drogas.
Casi sin cuidado, envuelvo la toalla en mis caderas y salgo del baño. Atravieso el pasillo para entrar en mi habiación y rebusco en mis gavetas hasta encontrar el último bóxer limpio que me queda. Quizás debería encargarme del desastre que me rodea para despejar un poco la mente.
Un par de horas después me encuentro terminando de limpiar el mesón de la cocina, cuando el timbre de la secadora anuncia que ya está lista la última carga.
Dejo los productos de limpieza en el clóset de mantenimiento y salgo sin prisa a buscar la ropa en el lavandero. Organizo cada prenda lo mejor que puedo y llevo todo a mi habitación para guardarlo en su lugar.
Una vez que mi departamento está en orden y el olor a pino ha vuelto, me siento listo para retomar la escritura.
«Mi madre estaría de lo más orgullosa si me viera en este momento...»
Antes de poder reírme de mi intento de chiste, caigo en cuenta de la mierda que acabo de pensar. Entonces cierro de golpe la puerta del clóset y me paso una mano por el cabello mientras camino de un lugar a otro dentro mi habitación en busca de hierba.
Cuando tengo listo el porro, me apresuro a encenderlo para dar la primera calada y, en el momento en que la droga entra a mi organismo, cada fibra de mi ser se rinde ante su efecto relajante... y yo me entrego sin resistencia a esa sensación.
El sonido de una campana se vuelve cada vez más molesto, así que me levanto de la cama, cediendo ante su insistencia. Busco una camiseta y unos vaqueros y me visto lo más rápido que puedo.
No es hasta que llego a la entrada que escucho la voz de Ciara maldecir. Suelto una risa silenciosa y abro la puerta para recibir a una encabronada y sexy mujer que me regala una mirada asesina antes de empujarme a un lado y entrar a mi departamento.
—¿Se puede saber qué estabas haciendo que no abrías?
Está llena de polvos de colores de pies a cabeza. Luce adorable.
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Vestigios
Mystery / ThrillerKieran Black es un escritor que utiliza su talento para escapar de su miserable vida. Un día se da cuenta de que una de sus historias guarda relación con el asesinato de Alice Hawk, una chica de la que nunca había oído hablar. A raíz de esto, se obs...