: 00

20.2K 1.4K 443
                                    

Mi nombre es Min YoonGi, y estoy enamorado de JungKook desde hace dos años. La forma en la que nos conocimos es bastante extravagante, considerando que fue a mediados de Marzo, cuando las clases recién estaban comenzando; había sido transferido recientemente a la escuela así que tenía varios problemas para adaptarme a un nuevo ambiente debido a que había viajado desde Daegu hasta Seúl y los cambios entre ambas localidades era notoria.

Y no, no nos conocimos porque él era popular; tampoco porque mis libros cayeron y él fue quien me ayudó a recogerlos. Nos conocimos porque creyó que yo intentaba abrir su casillero para robarle, así que en ese tiempo yo no era más que un ladrón para él.

Había resultado ser que mi institución en Daegu no contenía casilleros, por lo que éstos artefactos eran totalmente nuevos para mí y debido a ésto no supe localizar el mío entre los miles que debía haber por los pasillos. Por lo tanto, y pensando que el de JungKook me pertenecía, me pasé casi una hora colocando mi contraseña en el candado una y otra vez, preguntándome si sería un error del artilugio o mío, hasta que éste pelirosa a quien ahora considero el amor de mi vida me hizo saber la respuesta en un simple "¿Qué carajo estás haciendo, ladrón?".

Aproximadamente dos semanas después de ese accidente con los casilleros, volvimos a reencontrarnos. Durante ese tiempo me había estado evitando y lanzando miradas furtivas desde la lejanía, pero no habíamos tenido la oportunidad de vernos de cerca, así que cuando ésta se presentó yo no tardé en aprovecharla.

-Disculpa, Jeon. -Lo había llamado. En aquel entonces no tenía la confianza suficiente y mi timidez hizo que me decidiera por nombrarlo con su apellido. Éste se volteó con unos cuantos libros de física en mano y una expresión de notable molestia en el rostro que me hizo dudar por segundos entre salir corriendo o continuar hablando, pero opté por la segunda opción-. Sé que debe estar molesto por lo sucedido con los casilleros unas semanas atrás, así que quise presentarle mis más sinceras disculpas acerca de lo sucedido. No tenía intenciones de cometer ninguna maldad. -Aclaré en el final, como si no fuera suficiente con mis disculpas.

Él me miró con una expresión de suficiencia que me hizo rechinar mis dientes en el interior de mi boca con rabia, ¿acaso se sentía superior por estar recibiendo unas disculpas de mi parte? Para ese tiempo, al ser nuevo en esa academia, pensé que no era conveniente pelear con él y ganar una mala reputación, así que terminé por morderme la lengua mientras él se creía mejor que yo.

Se pasó una mano por el sedoso y rosado cabello en su frente que fue tirado hacia atrás dándole un toque algo rebelde, el cual me hizo verlo con otros ojos durante unos segundos, pues el chico era bastante guapo.- Está bien. Todos cometemos errores -Me dijo, y aunque su tono de voz indicaba lo contrario, me tragué la mentira sin rechistar y solamente le sonreí como respuesta. Después de ésto tenía planeado no volver a hablar nunca más con él, ya que no me interesaba la gente altanera y engreída, tal y como él lucía. Sin embargo, su nueva respuesta me había dejado en un nuevo problema, pues y sin el mínimo signo de vergüenza dijo-: Pero vas a tener que pagar todos los daños hacia mi candado.

Lo miré indignado.- ¿Pagar? ¿Cómo?

-Yendo al cine conmigo.

Y a partir de ese momento nos volvimos amigos. Claro que yo nunca lo pude ver del todo como un amigo ya que no tardé mucho en conocerlo a fondo y caer en cuenta de que él era una persona humilde y amable, quizás más de lo corriente, y ante esa revelación mi corazón comenzó a latir rápidamente por él.

Esto fue así durante dos años hasta el día de hoy, donde me había cansado de ocultar mis sentimientos hacia él y me había decidido a confesarme en Navidad, festividad que solemos festejar juntos como homenaje a nuestra amistad y confianza. En mi fantasía todo iba a salir de maravilla, ambos terminaríamos juntos y nos besaríamos bajo el muérdago con nuestras familias brindando en la cocina.

Pero la realidad fue totalmente diferente, porque cuando estaba planeando confesarme a él, lo encontré comiéndole la boca a otro chico con ambas manos en su cintura mientras que éste enredaba sus dedos en sus cabellos, tal y como en mi fantasía yo terminaba haciendo, pero ese no era yo.

Sí, es exactamente lo que ustedes están pensando; mi nombre es Min YoonGi y, efectivamente, soy parte de un amor no correspondido.
­

 ­

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

­

ANTES DE LEER

• "Hanahaki" es una enfermedad FICTICIA, originada a base de un manga japonés llamado 'Hanahaki Otome', y no me corresponde.

• En la historia puede llegar a tratarse temas serios.

• Los capítulos pueden tener entre 1000 y 5000 palabras.

NO será el único shipp en la historia. Hay una pareja secundaria.

Hanahaki | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora