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⸺Toma esto ⸺NamJoon me pasa una pastilla. Tiene la forma de un corazón y es de color rosa; estéticamente se ve muy lindo, y huele a frutilla. La encierro en mi mano y miro a mi amigo con el ceño fruncido.
⸺¿Qué hace?
⸺Tuve una cita con el doctor y me las recetó. Según me dijo vienen de Japón, y son específicamente para nuestra enfermedad ⸺me cuenta con la cara apagada, sin color. Se nota que no está bien, pero no me atrevo a preguntarle cuál es su problema⸺, me pidió que te lleve unas porque al parecer cancelaste tu última cita y no volviste a pedir otra.
Mi cara se tiñe de rojo.⸺ No tuve tiempo...
En realidad no es eso, es que no puedo. NamJoon no la tiene tan complicada porque sus padres sí saben de su enfermedad; pero los míos, no. Ni se lo imaginan, y no sé cómo explicárselos sin que les dé un paro cardíaco. Además, mamá cambió sus turnos en el trabajo por unos que la harán volver más temprano a casa; y es obvio que a las cuatro de la tarde no estoy en la escuela. ¿Qué podría decirle? ¿Que salí a pasear? Estoy todo el día encerrado en mi cueva. Tampoco voy a la casa de mis amigos, porque no tengo, básicamente. El mundo me juega en contra.
Nam se despide de mí y se va caminando con los hombros caídos. No puedo evitar sentirme mal con él, pero no soy bueno dando consejos y las charlas serias me dan ansiedad, así que las evito lo más que puedo. Eso no significa que no tenga el deseo de ayudarlo, después de todo Nam es un buen amigo mío y quiero verlo bien, pero supongo que hay cosas para las que no estoy listo aún.
Abro mi mano y me quedo observando durante algunos segundos la pequeña pastilla. ¿Debería tomarla ahora? Pero no sé qué efectos hace... saco una botella de agua de mi mochila y vacilo. Quizás debería esperar a hablar con mi médico antes de hacerlo.
Desenrosco la tapa y, tras meterme la pastilla en la boca de un golpe, le doy un sorbo al líquido dentro de la botella. Y trago. Ya no hay vuelta atrás.
Luego, voy caminando a mi clase. En el camino, me cruzo con SeokJin, y el ambiente entre nosotros dos es extraño. No nos hablamos desde mi cumpleaños; lo extraño. Extraño tenerlo en mi casa todos los días, hablar de cualquier cosa, o escucharlo cantar temas de Madonna que según él son obras de arte. No sé cuándo perdimos el contacto. Espero que él no esté enojado conmigo ni nada de eso, porque siendo yo una persona con pocos amigos, él es el mejor que tengo. Y no soportaría perderlo.
De repente, siento que se me revuelve el estómago. La sensación me hizo quedarme inmóvil en mi lugar, mientras el pasillo se vacía y SeokJin continúa caminando. Y entonces, una fuerte puntada en el estómago me hace caer de rodillas al suelo y comenzar a gritar.
Jin se apresura a llegar a mi lado y se arrodilla junto a mí en el suelo, mientras el dolor que siento en el estómago se vuelve más intenso y se expande por todo mi cuerpo. Las lágrimas saltan de mis ojos y mis gritos se vuelven cada vez más desgarradores; de no ser porque todos están en clase, ahora tendría al pasillo entero a mi alrededor. Mientras tanto, SeokJin a mi lado está empezando a perder la calma.
⸺¡YoonGi! ¿¡Qué te pasa?! —Coloca una mano en mi hombro, y comienzo a gritar más fuerte, lo cual lo hace llorar a él. Mi cara se tiñe de rojo; siento que me estoy muriendo.
⸺¡Me duele mucho! ⸺Es lo único que consigo articular antes de que más gritos sean expulsados por mi boca. A este punto, algunas lágrimas caen por las mejillas de mi mejor amigo, y lo entiendo; no sabe qué hacer. Mira a ambos lados preguntándose si tendría que llamar a la enfermera, pero no sabe qué me está pasando.
Es como si se me estuvieran clavando espinas desde mi interior, e hicieran presión para salir. Siento que se me está desgarrando la piel desde adentro; algo está intentando salir desde las entrañas de mi cuerpo, algo... Entonces, me inclino hacia adelante y al abrir la boca, vomito. Se salpica sangre en el suelo y me da miedo mirar.
He vomitado una puta rosa. Está marchita; sus pétalos, magullados, están mirando hacia dentro y las espinas en su tallo tienen las puntas empapadas con sangre. Me ha rasgado la garganta. Puedo sentirlo.
Ya no siento más dolor, sin contar el de mi garganta. Sin embargo, recuerdo que SeokJin continúa a mi lado, y el dolor reaparece de nuevo. Lo miro, y tiene los ojos fijos en la rosa marchita frente a él.
⸺Tú... acabas de... ⸺las palabras no le salen de la boca. Se la cubre con ambas manos; está temblando como un papel. Entonces, más tranquilo, lo sostengo del hombro.
⸺Tengo algo que decirte.
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Explicarle a SeokJin fue más fácil de lo que creí. Nos aseguramos de limpiar todo primero, y luego nos encerramos en el baño para hablar; se mantuvo todo el tiempo escuchándome, y no hizo réplicas ni malas caras. Sin embargo, mientras intentaba mantenerme serio para hablar, dentro mío temblaba. Quería hacerme ver como si ya estuviera acostumbrado, pero estoy aterrado por lo que sea que está pasando conmigo. Es la primera vez que me pasa algo así, y no conozco a nadie más al que le haya sucedido esto; ¿y cómo lo haría? ¡Si Nam y yo somos los únicos en Corea con Hanahaki!
Cuando terminé de contarle a SeokJin acerca de mi enfermedad y cómo comenzó (eso incluye todo este asunto con JungKook y TaeHyung), se quedó mirándome en silencio. Se lo ve cansado.
⸺¿Eso quiere decir que estuviste todo este tiempo afrontándolo solo? ⸺cuestiona, y yo me encojo de hombros.
⸺No, con Nam.
⸺¿¡NamJoon también!? ⸺Abro los ojos con sorpresa y me dan ganas de maldecirme a mí y a mi estúpida bocota. Lo veo soltar un suspiro y comienza a acercarse a mí paso por paso. Cuando creo que está a punto de golpearme, me rodea con sus brazos y apoya su cabeza en mi hombro.
⸺Tú... deberías habérmelo dicho. Me siento un pésimo amigo ahora mismo ⸺me abraza más fuerte, y yo correspondo al abrazo con la misma intensidad⸺, somos amigos. Estaré aquí para todo lo que necesites, pero si tú no me lo cuentas, no podré ayudarte, ¿sabes?
Asiento con la cabeza, y él suspira.
⸺Siento que tú y yo tenemos muy poca comunicación, YoonGi. Charlamos mucho, pero apenas sabemos de lo que le pasa al otro. Cada vez que quiero saber más de ti o de cómo te va, cambias el rumbo de la conversación. Pero después de esto, no más. No lo permitiré. A partir de este momento, tú y yo vamos a hablar, y lo haremos en serio, ¿me oíste?
Se me forma un nudo en la garganta, que me duele por toda esta situación con la rosa marchita, y tengo que retener el llanto. Supongo que tiene razón. Tengo que dejar de evitar las charlas. Es una buena forma de vencer mi miedo; enfrentándolo. Entonces, él me suelta y me da una palmada amistosa en la espalda.
⸺Vámonos, Yoon.
Me pasa un brazo por los hombros y los dos salimos del baño cuando el pasillo vuelve a llenarse de nuevo. Nos perdimos la clase.
⸺Ahora, ¿cómo es eso de NamJoon?
Esbozo una pequeña sonrisa.⸺ Esa es otra gran historia, también.