CAPÍTULO 3 | Estúpida Remera ✔

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NARRA SAMY

De acuerdo! Eso que pasó fue demasiado, no sé de dónde saqué esa valentía. Pero ese idiota si se pasó.
Camino a la cocina y me encuentro con Kiari.

- Hey qué pasó?- me preguntó.

- Creo que me van a echar- respondí.

- ¡¿Qué dices niña?!- preguntó sorprendida.

-Hice algo malo- dije como niña pequeña, vi como su rostro se convertía entre confusa, enojada y un tanto triste- Pero valió la pena, el idiota se lo merecía- dije con orgullo. Ella soltó un suspiro y me pegó un pequeño golpe en el brazo.

- Me asustaste boba, ¿qué fue lo que hiciste? ¡Cuentame ya!.

- Bueno mira...- le conté todo lo sucedido.

- Ajajajajajajaja chica eres de las mías- Dijo riendo.

- Sé que estuve increíble- dije con orgullo- pero si Juan se entera me matará- contesté.

- ¿De qué me tengo que enterar?- escuché una voz atrás de mi, y sé muy bien de quién es... MIERDA!.

Me giré y le di una sonrisa torpe, él me miraba con enojo.

- Me va a contar señorita Williams- pidió él.

- Bueno...- le conté lo sucedido, obviamente que no le dije que disfruté tirarle la cerveza, como lo hice con Kiari.

- Bien, venga conmigo- me dijo.

- ¿Para qué?- pregunté.

- He dicho que vangas- Dijo Firme.

-Esta bien- dije con un poquis de miedo, sólo un poco nada más.

Caminé detrás de él, me conducía a la mesa del idiota... ¡No no! ¡Eso no es bueno!
Llegamos, me miró fulminandome con su mirada azulada.

- Buenas noches joven...- Habló Juan a mi lado.

- Zac, Zac Adams- respondió él.

- Bien Zac, creo que ya sabes porque me encuentro aquí. Hubo un pequeño problema con la señorita Samanta Williams nada que no se pueda arreglar cierto?.

- Cierto, hay una forma de arreglarlo- Contestó Zac.

- Dígame Zac.

- Quiero que ella limpie mi remera- Contestó calmado.

-¡¿Qué!?- pregunté sorprendida. ¿Me vio cara de lavarropas?.

- No grites Samy. Lo que pide el joven Zac está correcto- Dijo Juan.

- No, no lo está, no tengo porque limpiar su estúpida remera, que lo haga él- contesté molesta.

- Tú fuiste quién me tiro la cerveza arriba, tienes que limpiarla- Afirmó Zac.

- ¡No es mi obligación!-grité.

- ¡Si lo es niñata!- contraataco Zac.

- ¡No me llames así!- le seguí.

- ¡Silencio!- gritó Juan para callarnos, y funcionó.

Nos callamos los dos.

- Tú Samanta, limpiaras su remera y fin del asunto- Dijo Juan.

- Me parece correcto- Dijo Zac tratando de ocultar las ganas de reír. Maldito idiota.

- ¿Quedó claro Samanta?- Me preguntó Juan.

- Como sea- respondí de mala gana- permiso- dije dándome la vuelta para salir de allí.

- Espera- Me dijo Juan.

Me Di la vuelta.

- ¿Qué?- dije de mala manera.

- Pídele disculpas al joven Zac.

- ¡¿QUÉ?!- grité. Zac soltó una pequeña risilla. Esto es el colmo.

- Pídele disculpas Samy- me dijo con una mirada fea.

- Que él también lo haga. Yo no le hubiera tirado la cerveza si él no me hubiera tratado así, es un mal educado- dije enojada.

- ¡Pídele Disculpas Samanta, y que se terminé este tema ya!- Dijo Firme. Me dio miedo como me lo dijo y La forma en la que me miró.

- Lo siento no debí tirarte la cerveza... ¿me perdonas?- dije con la mirada gacha y los dientes apretados.

- Mmm lo pensaré- Dijo pensando.

- Ho vam...- me jalo Juan, sin dejarme
terminar de hablar. Él muy idiota se rió en mi cara.

- Buenas noches- dijo  Juan caminando conmigo, llevandome a la cocina.

- Este tema se termina aquí Samanta- Dijo yéndose.

-Espere... no va a... despedirme- pregunté.

- Claro que no. La culpa fue de los dos, creo que tú actuaste como lo haría cualquier persona. Pero ellos son clientes y siempre por más injusto que sea hay que darles la razón. ¿Esta bien?.

- Esta bien- dije suspirando.

- Ya falta poco para que se vayan, guarden sus cosas, nos vemos mañana.

- Adiós- me despedí.

Empecé a guardar mis cosas, pensando en todo lo que había pasado. Tocan la campana de la caja, como Kiari fue a tirar la basura así que voy rápido.

Me encuentro con el Idiota apollado esperando a que lo atiendan.

- ¿Qué quieres?- pregunté fría.

- Que mala manera de atender a los clientes tienes niñata.

- Mira idiota...- conté hasta 10 en mi mente porque no quería arrepentirme de lo que diría.

- ¿Qué?- preguntó desafiante.

-Dime que es lo que quieres o me voy.

- Está bien, está bien- Dijo- ¿Cuándo se supone que limpiaras mi remera?.

- Ahg es cierto, tu estúpida remera- respondí.

- La quiero limpia ahora, digamos que no es lindo tener la remera pegada a mi tonificado torso, además huele del asco.

- ¿Y dónde quieres que la lave genio? ?En el sartén?.

- Muy graciosa, no lo sé, yo la quiero limpia ahora.

- Esta bien, sacatela- me interrumpe.

- Oye espera niñata, si querías ver mi torso me lo hubieras pedido- Dijo pícaro.

- Cállate idiota- dije sorprendida-yo la llevaré a mi casa y la lavare allá. Mañana pasas a buscarla- continúe.

- ¿Qué parte de que la quiero limpia ahora no entiendes?.

- Esta bien, iremos a mi casa, lo haremos allá - me vuelve a interrumpir.

- Y sigues, tú tienes un grave problema de obsesión conmigo, pequeña pícara- Dijo guiñandome un ojo. ¡Ahh que asco es un maldito pervertido!.

- Ahg y tú tienes un serio problema de mal interpretar todo lo que te dicen- suelta una carcajada.

- De acuerdo, de acuerdo- Dijo- iremos a tu casa... y lo haremos allá...

- Ahg maldito pervertido.

- Lo dijiste tú no yo- Dijo él.

- Cállate. Esperame aquí ya vuelvo- le avisé
Terminé de juntar las cosas y me acerqué a él.

- Listo vamos.

Salimos del local, y nos dirigimos a mi casa.

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HOLA NUEVAMENTE! Qué tal están? Espero que super.
Qué opinan de Zac? Creen que es muy caprichoso?
Comenten lo que quieran.
Nos vemos en los próximos capítulos, ¡LucyLectores!♡☆

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