NARRA SAMY
Recorrimos las calles oscuras de Chicago en total silencio, sólo se sentía algunos autos pasando y nuestras respiraciones.
- ¿Dónde se supone que vives? ¿En el Polo Norte? Hace rato que caminamos y no llegamos más- Dijo respirando agitadamente.
- Ya estamos por llegar- le avisé.
- Eso espero.
Caminamos un para de calles más y ya esstabamos llegando a mi casa.
- Aquí es- le dije.
- Linda casa- Dijo entrando junto conmigo.
-Gracias- contesté- deja tus cosas por ahí y dame la remera.
- Esta bien- Dijo poniendo sus cosas sobre mi sofá y sacandose la remera. Por instinto me Di vuelta tapandome los ojos. Escuché su risa, idiota.
- Ten- me dijo.
Me Di vuelta con mis ojos cerrados.
-Damela- dije con la mano estirada buscando la remera.
- Aquí está- me rozo la remera con la mano, pero la corrió impidiendome que la agarré, bufe.
- No te quieras pasar de listo conmigo- dije enojada.
- Está bien, está bien - Me dio la remera.
Me Di vuelta y me dirigí al baño, saqué una toalla y se la tiré, él la agarró en el aire y se tapó con ella.
Yo fui al lavadero y la puse a lavar. Volví a donde estaba él.
- Ya está, dentro de unos minutos ya estará limpia tu remera.
- Eso es lo que quería.
- Siéntate y no te muevas de aquí yo iré a tomar una ducha ¿Esta bien?.
- De acuerdo.
Fui hasta mi cuarto y busqué todo para entrar a ducharme.
Tardé unos 15 minutos, me estaba por vestir cuando escucho un grito agudo, Era Zac, entré en pánico lo único que pensé fue salir y averiguar que era lo que pasaba, me envolvi en mi bata de baño y baje a velocidad de una liebre, al llegar a la sala no lo vi.
Maldición! Le dije que se quedara aquí. Volvió a gritar y fui hasta donde estaba él grito llegué al lavadero y... no No NO! Maldición ¡¿qué le pasa?¡.
Estaba TODO cubierto de espuma, absolutamente todo.
-¿Zac?- pregunté.
- Aquí estoy- Dijo saliendo todo lleno de espuma.
- ¡¿Qué es lo que pasa en tu cabezota!?- pregunté alterada.
- Calmate, no lo hice a propósito.
- ¿Qué es lo que se supone que querías hacer?- pregunté.
- Bueno... Yo me quedé ahí solito. Me aburrí porque no llegabas, entonces fui hasta el lavadero y vi que mi remera estaba lavando pero no tenía nada de espuma y dije: Esta chica es una ahorradora de jabón en polvo, cómo se supone que saldrá el olor asqueroso a cerveza si no le pone nada de jabón?. Entonces abrí la tapita y puse un poco... Bueno tal vez se me calló otro poco. Al cabo de 2 minutos empezó a salir espuma mucha espuma de esa cosa giratoria, intenté pararlo pero no pude. Fui hasta la cocina por algo para poder parar la espuma, pero no encontré nada. Volví al lugar y al llegar la espuma había crecido el triple, fui a caminar y resbale callendo bruscamente. Hasta que llegaste tú- terminó su relato con una sonrisita inocente. Idiota iba a matarlo.
- Te voy a matar. ¿No se te ocurrió desenchufar el lavarropas idiota?- pregunté obvia.
- Mismo que bobo- respondió, se acercó al enchufe y lo iba a desconectar.
- ¡Espera no!- grité, pero él ya lo había desenchuafado. Todas las luces se apagaron instantáneamente, quedando todo completamente oscuro.
- Ho... por ququé e no me avisaste...antes - Dijo.
- Lo hice pero no me hiciste caso. Tengo un pequeño problema con las luces y los enchufes- le dije. Me iba a dirigir a salir del lavadero, pero justo se movió el también provocando que nos choquemos y por lo resbaloso del piso cayendo los dos juntos. ¡Ouch! Eso dolió.
- 1 2 3 4- susurraba yo.
- ¿Por qué cuentas?- preguntó.
- Porque así evitare querer matarte- respondí.
- De acuerdo entendí- respondió rápido.
Me levanté agarrandome del pequeño mueble que había al lado de la puerta, él hizo lo mismo. Salimos del baño resbalando, me acerqué al mueble donde tenía una linterna.
- Después de esto vas a limpiar todo tú- Le dije. Él no dijo nada.
- ¿Escuchaste?- le dije pero él no respondió- además de idiota sordo- susurro para mí misma.
Agarré la linterna y la prendí, lo busqué con la luz pero... él no estaba.
- ¿Zac?- pregunté- ¿Dónde estás?- volví a preguntar sin recibir respuesta alguna.
Seguí buscando pero no estaba.
- Mira maldito idiota, si te estás escondiendo de mi para asustarme te mato, y te dejo sin hijos- Dije gritando, para que donde sea que este me escuche.
La luz se prendió de repente, y apareció Zac por la puerta.
- Listo- Dijo sonriendo como un niño.
- Algo bueno hiciste en toda esta noche-le dije.
- ¿No agradeces?-pregunta.
- No, tú lo hiciste, es tu deber arreglarlo- dije.
Su teléfono sono haciendo eco por toda la sala. Él lo saco de su bolsillo y miro la pantalla, atendió.
- Hola- Dijo él- No estoy en casa- está bien ya voy, Adiós- me colgó.
- Sé que quieres que me quedé pero debo irme- me avisó.
- Uyy sii, muero porque te quedes- dije - está bien. Espera te daré tu remera.
Fui al lavadero y la saque llena de espuma, la enjuagué en la canilla y la escurrí. Volví a la sala.
- Ten, tienes que secarla tú- le dije entregando su remera.
- Gracias- Dijo.
- Como sea- dije encojiemdome de hombros.
Quedamos en silencio mirándonos.
- Adiós-me dijo yendo a la puerta.
- Adiós, espero no verte más- dije sincera.
- Aunque no lo creas... espero lo mismo- se dio vuelta y se fue. ¡Genial! Mucho para limpiar.
Y aunque él no era tan malo como creí, no quiero cruzarlo de nuevo. Lo único que hizo fue estropear mi noche. Idiota Zac...
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H, Ho,Hol, HOLA! Nenas y nenes, espero que estén pasando un muy lindo día. Yo estoy aquí con el capítulo 4 de esta historia.
Sigan comentando y den likes.
Les mando muchos besos voladores y nos vemos en los próximos capítulos, ¡LucyLectores!
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TODO POR TI | ♡
Romance|PRÓLOGO| ✔ Samanta Williams, una chica de 19 años, Estatura baja, ojos celeste, una larga cabellera castaña y lacia, tez blanca. Sarcástica, alegre, no tan divertida pero amante de los libros románticos, estudiosa y muy educada. Zac Adams, lo que t...