Capítulo 22 | Noche De Confesiones ✔

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CAPÍTULO 22

NARRA ZAC

Samy se sentó con las piernas cruzadas como indio y me miró lista para comenzar.

-Bien, comencemos- digo, ella asiente con su cabeza- ¿Qué edad tienes?- pregunté, supongo que debe tener unos 17 o 18 por ahí.

- 19 Años, ¿tú?- preguntó.

- Pareces menor- comenté sonriendo, ella rodo los ojos y me regaló una pequeña sonrisa- Yo tengo 20 años.

- Pensé que tenías mi edad- dijo ella.

-Estoy un grado más que tú, es obvio que tengo que ser más Grande- dije riendo.

- Es cierto, lo había olvidado- Dijo al largar una pequeña risilla.

-Bien, sigamos, vas tú- le dije, ella asintió.

-¿Cuál es tu color favorito?- me preguntó.

-Creo que todos los colores me gustan, pero él que más uso es el verde- le respondí- ¿El tuyo?

- Turqueza y Rosa pálido- Dijo Samy.

-Lindos colores, voy yo. ¿Tienes mascota?

-Sí, me encantan los animales, tengo una gatita llamada Cande y un perrito llamado Lucifer- sonreí ante sus nombres, son lindos.- ¿Tú?

-Tenía... dejémoslo ahí- dije recordando todos mis fracasos al querer tener una mascota y casi todos se murieron.

- Bien, ¿comida favorita?- preguntó.

- Pizza- dije rápidamente.

-¡Igual yo!- Dijo casi gritando, sonreí ante su reacción- Amo la de peperoni.

-Yo también- sonreimos- A ver déjame pensar- dije y hice como que pensaba, ella rodo los ojos- bien, voy a ir un poco más lejos... ¿Cuántos novios tuviste?

-3- Dijo ella- pero no fue nada importante, ya sabes, malas experiencias- Dijo- ¿Tú? Por favor dime que da para contar con los dedos de la mano- largué una carcajada.

- Sí, dan para contar con los dedos de la mano... son- dije mientras pensaba- 7- ella se sorprendió.

-Dios, todo un Casanova.

-Puede ser.

-Bien ahora voy yo, también iré un poco más lejos... ¿de dónde conoces a Stephen?- preguntó, yo resoplé, ¿Por qué le interesaba él?

- ¿Por qué quieres saber de él? ¿Te gustó?

-¿Qué? Claro que no!, es simplemente curiosidad- me suavice un poco, lo dijo de verdad.

-Larga historia- dije para que cambiara su pregunta.

-Tengo todo el tiempo del mundo- Dijo decidida.

- Esta bien...- dije resignado- Te voy a contar toda la historia.

- De acuerdo

- Bien. Hace 2 años me había mudado para aquí, llegué y no tenía ni la menor idea qué hacer, no tenía conocidos, ni amigos, ni familiares estaba solo, sin saber muy bien qué hacer, compré una casa con el dinero que me habían dado mis papás, ellos son ricos y siempre trataron de que nunca me faltara nada por eso cada mes me enviaban mucho dinero para poder mantenerme. Un día me encontré con una banda, ya sabes las típicas bandas peligrosas de la ciudad- ella asintió- en esa banda estaba Stephen, era el líder, ellos me dijeron que me uniera que la iba a pasar bien, dudé un poco pero después dije ¿Por qué no? Sería algo nuevo, y así podría conocer a más gente. Todo iba bien, salíamos a fiestas, hacíamos retos, jugábamos carreras, y así. Un día entre ellos dijeron que querían robar, yo me negué rotundamente, no quería hacerlo yo no era un chico ladrón, además no lo veía bien, ellos me dijeron que era un gallina, lógico. De apoco me fui alejando de ellos, quiero decir ya no salía, no jugábamos y así, con Stepehn fué un poco diferente, me juntaba con él aunque él sí seguía en la banda, le contaba cosas mis problemas, en él veía un amigo. En la banda había una chica llamada Malena, ella era linda me gustaba, yo a ella también, nos veíamos, salimos, hacíamos cosas juntos, en poco tiempo nos pusimos de novios, todo bien todo tranquilo. Un día recibí una noticia horrible... mi abuelo había fallecido, en ese entonces sentía que mi mundo se venía abajo, en lo único que pensé fue en marcharme, volver a Londres, pero luego dije no, no puedo dejar todo esto, no sabía que hacer, mi cabeza estaba hecha un lío. En lo que pensé fue en Stephen, él podría ayudarme le pasé mensaje, le dije que viniera que tenía que hablar con él, el me respondió que no podía, estaba ocupado, no lo quise molestar más y le dije que estaba bien. Pero yo seguía igual, estaba en colera, necesitaba volver. Sin saber muy bien qué hacer, fui a la casa de Stephen, necesitaba hablar con alguien, necesitaba a mi amigo. Al llegar entré como acostumbraba siempre, la casa estaba en silencio, me dirigí al cuarto se escuchaban ruidos y murmullos, de seguro Stephen estaba con una chica. Me acerqué a la puerta iba a entrar pero no lo vi correcto, me iba a ir cuando escuché mi nombre, paré en seco y volví a la puerta, escuché que habló Stephen "Tranquila mi amor, ya nos sacaremos de arriba a Zac" no entendía lo que decía, luego habló la chica "Ay es que ya no lo aguanto baby" esa voz la conocía era... Malena, estaban juntos, en ese momento mi rabia creció. Seguí escuchando quería saber lo que hablaban de mi, Stephen volvió a hablar "Te prometo que ya falta poco, pero recuerda necesitamos su dinero " ella habló "Lo sé, trata de que vaya preso no lo sé, convencelo de robar con ustedes y que lo atrapen" "Estoy pensando algo mejor" dijo él . Entré a la habitación sorprendiendolos y les dije "A ver Stephen dime, ¿qué es eso mejor? Ellos no dijeron nada pero en sus caras se veía que no estaban nada arrepentidos "Zac yo..." no lo deje terminar a Stephen y le pegué un puñetazo, tan fuerte con tanta rabia. "Ustedes dos son una mierda, son la misma porquería. Me largo de aquí y a ti querido amigo espero que te vaya bien robando porque nunca más en tu vida vas a volver a ver dinero. " salí de la casa furioso, me sentía traicionado, decepcionando, yo realmente confiaba en ellos y los dos se aprovecharon de mi y yo como idiota caí. Estaba triste, mi abuelo la persona que me había convencido para que viniera a aquí estaba muerto y yo no estuve a su lado en ese momento. Por un buen tiempo caí en depresión, estuve encerrado casi no salía, bajé de peso ya que no comía bien, recibí miles de mensajes y llamada de parte de mi familia, nunca las respondí. Después de 2 meses en depresión salí de casa un día. Estaba en la plaza y dos chicos se me acercaron Lucas y Max charlaron conmigo y después de ahí nos hicimos amigos, ellos fueron los que me ayudaron a salir adelante, me sacaron de ese pozo que creí nunca más iba a salir. Y ahora me encuentro aquí, todo eso pasó en 1 año, este año sin duda es un poco mejor.- terminé mi relato, Samy nunca dejó de mirarme, en todo momento me presto atención

-Wao... es una historia muy triste. Pero es bueno saber que eso ahora se arregló- Dijo ella .

-Sí, es mucho mejor. Bueno te toca, Cuéntame tu historia-dije le dije.

- De acuerdo, supongo que llegó mi turno... Bueno nací en Inglaterra , toda mi vida había vivido allí, hasta ahora. Vivía con mi familia: Mi mamá Susana, mi papá Andrés, soy hija única. Cuando cumplí los 18 les dije a mis papás que quería venir a Chicago , ellos dijeron que podía ser buena idea, les dije que esta bien, sería algo nuevo para mi, mi primer viaje sola. Eso iba a ser cuando tenía 18 años, iba a venir... iba. Pero pasó un problema, yo ya estaba lista, tenía los pasajes listos, el equipaje, dinero y más. Ese mismo día volví a casa después de terminar de comparar los pasajes y algunas cosas, al llegar vi que habían un par de cosas de vidrio quebradas, la casa estaba echa un desastre, busque a mi mamá en su habitación y la vi, ella estaba sentada en el rincón de la habitación llorando, sus ojos estaban rojos e irritados de tanto llorar, me acerqué a ella muy asustada y le dije "¿Mamá qué sucedió?" Ella no me respondió, y lloro aún más "Mamá responde" le insistí "Tu papá" dijo en un susurro, me preocupé aún más "¿Qué sucedió con papá?" Ella me miró y sus ojos mostraban tristeza mucha tristeza, me partió el alma verla así "Tu papá me engañó" dijo en un susurro, quedé helada eso no podía ser cierto "Qué dices mamá" le pregunté esperando que dijera que era mentira "Llegué a casa... y lo encontré con s-silvina" dijo en el momento que respiraba para poder hablar, eso no podía ser verdad, Silvina era una amiga de mi mamá, ella nunca me agradó era muy engreida y envidiosa, me di cuenta de eso se lo dije a mamá pero dijo que no era cierto, no le dije nada más después de todo era su amiga. Esa noticia me había dejado muy desconcertada, mis papás se iban a comprometer al día siguiente, después de tanto esperar habían decidido comprometerse, estaba muy felices por ellos. Pero esa felicidad se acabó de un momento a otro, abracé a mamá, le quería mostrar que no estaba sola "Se fue... con ella... cuando los descubrí, me dejó... yo... lo amaba" dijo mi mamá mientras tartamudeaba "No pienses en eso mamá, tú no te lo merecías " le dije tratando de calmara. Ese mismo día dije que no iba a realizar el viaje, ella me dijo que fuera que estaría bien. Los días pasaban y la veía muy mal, estaba muy deprimida apenas comía y pasaba acostada durmiendo, un día la vi vomitando le pregunté qué le pasaba me contestó que nada importante que había sido la comida, pero ella no había comido. Entonces le dije que fuéramos al doctor, me dijo que no era necesario le insistí, el doctor nos dijo algo que nos sorprendió mucho... ella estaba embarazada, pero luego nos dijo que lamentablemente el bebé no podría nacer, porque ya tenía 2 meses y en todo esos meses ella no se alimentó adecuadamente y el bebé no tenía nutrientes para poder crecer, ella quedó devastada perdió su bebé, perdí a mi hermanito. Decidí llevarla al Psicólogo realmente lo necesitaba. Después de 2 meses vi cambios en ella, la veía mucho mejor, comía muy bien, salía de casa, mi mamá volvía de a poco a ser la misma. Un día me contó que había conocido a un hombre, me puse muy contenta por ella, era su psicólogo, lo conocí y era un hombre maravilloso. Meses más tarde se casaron, él se convirtió en mi papá, lo quiero tanto es lo que necesitábamos las dos. Y esa es mi historia, puede que no sea mía pero créeme que no va a ver algo peor que ver a tu mamá sin ganas de nada, recuerdo las veces que me decía "Ay mi Samy, ya no aguanto, no quiero sguir sufriendo de esta manera" y ahí estaba yo, para apoyarla para mostrarle que la vida sigue.- terminó su relato con sus ojos cristalizados.

Me acerqué a ella y la abracé, había pasado por tantas cosas, era una chica tan fuerte.

Ella me correspondió el abrazo y escondió su cabeza en mi cuello, yo la tomé por la cintura.

-Eres tan valiente- le susurré en el oído.

-Tú también- me dijo.

Y así nos quedamos abrazados, se sentía tan bien.

La "noche de confesiones" había terminado bien, pude concer un poco más de Samy, ella al igual que yo hemos pasado por bastantes cosas, pero saber que todas esas cosas se arreglaron es bueno.

Sentí que su respiración era tranquila, se había dormido se veía tan linda, tan frágil. No era la chica que me tiró la cerveza aquel día en el bar, la chica que me enfrentó sin miedo. Esta chica era tierna, comprensiva y frágil.












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