Capítulo tres: "Un intento de limpieza fallido y stalkeando a las nuevas"

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De regreso en el gimnasio, los chicos se encontraban tratando de limpiar todo el desastre que habían ocasionado, tal y como Sophia les había impuesto.

Ya habían pasado más de dos horas desde entonces y no veían ni de lejos que aquello estuviese quedando medianamente limpio, razón por la cual, no tardaron en comenzar a quejarse y pelearse entre sí.

—No sean tan dramáticos, chicos-resopló Oliver—. Ya paren con eso.

—Claro, como a ti te tocó lo más fácil—respondió de mala manera Adam.

—No es mi culpa, yo no repartí las tareas—replicó este, encogiéndose de hombros burlón.

Antes de que Adam pudiese siquiera pensar en responderle, Logan intervino.

—¡Ya, cállense!—reprendió—; de verdad tenemos que limpiar todo el desorden, no quiero más problemas.

Los otros seis bufaron con frustración. Todo eso era completamente agotador además de aburrido para ellos: Quitar los osos de peluche, la brillantina, la pintura...

Una sola pregunta rondaba por su mente en aquél momento >>¿Por qué utilizamos tanto rosa?<<

Posiblemente luego terminarían con repulsión al color.

Si de algo estaban seguros, es que era demasiado trabajo para sólo siete chicos—que en realidad, eran seis ya que Connor se había sentado en las gradas a jugar Angry Birds [1] desde que habían llegado—. A decir verdad, lo único que habían aprendido de aquel castigo (Porque según Joe y Sophia, el castigo era para que aprendieran una lección) era que estar juntos, limpiando provocaba más problemas de los usuales:

Por jugar con las escobas, Dylan y Oliver alcanzaron a romper una ventana.

Ethan y Jayden rompieron dos lamparas por aventarse algunos balones de la bodega del gimnasio (que por alguna razón, estaba abierta).

Adam casi asesina a Dylan al patear un balón de fútbol.

Lo que nos lleva a un último hecho: Desinflaron todos los balones para que los siete salieran con vida de allí.

Más que arreglar su desorden, lo que realmente hacían era provocar uno mayor.

Sin embargo, eso parecía no importar demasiado.

—Chicos—mencionó Ethan, para llamar su atención. Una vez los otros seis le miraban con curiosidad, continuó—: Al terminar de limpiar, debemos planear la siguiente broma.

—No puedo estar más de acuerdo—sonrió Jayden.

Logan bufó frustrado mientras los otros cuatro asentían también con sonrisas en su rostro a lo que había dicho el castaño.

—Todavía no salimos de este castigo ¿y tú ya quieres entrar a otro, Blake? -
—cuestionó incrédulo, lanzando al suelo molesto la toalla con la que había estado limpiando segundos atrás.

—¡Oh, vamos! No es tan malo—Connor trató de animar—; las bromas son lo que mejor se nos dan.

—¿Y por qué mejor no tratas que sean las matemáticas lo que mejor se te da, para que así no las lleves a la escuela de verano otra vez?—replicó el pelinegro con sarcasmo.

El ceño del chico se frunció levemente y aún así, decidió permanecer en silencio. No quería comenzar una pelea.

El ambiente se tornó algo incómodo casi de inmediato.

—Debemos admitir que el pasado, no fue nuestro mejor año...—comenzó Ethan para cortar aquel silencio—; pero por esa misma razón, este debemos ir con todo, dando lo mejor de nosotros en cada cosa que hagamos, no solo las bromas.

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