Capítulo cuatro: "La venganza de las humilladas"

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—Saben por qué nos encontramos aquí.

Menos de quince minutos después, Maddy, Ally, Aisleen y Amber fueron a la habitación de las otras tres. Ahora se encontraban sentadas en medio de esta en un círculo, con las cortinas cerradas y la única iluminación de una de las lámparas.

Según Ally, para entrar en ambiente.

—Una venganza, sí—asintió Aisleen—; pero específicamente, ¿qué es lo que haremos?

—Hay un montón de cosas que podríamos hacer—soltó pensativa Sabrina—. Dejarlos sin descendencia podría ser una buena venganza.

Las otras seis hicieron una mueca.

—¿Algo que no implique tanta violencia?—cuestionó Maggie, con una sonrisita.

—¿Qué tal si les regresamos la broma?-sugirió Ally—; es decir, fueron los únicos que no la recibieron. Sería como darles una cucharada de su propia medicina.

—Esa es una fantástica idea, Ally—apoyó Katherine—; ¿Qué opinan ustedes?

Las otras cinco chicas asintieron con emoción, la castaña sonrio.

—Entonces eso haremos, les regresaremos la broma—celebró dando un aplauso; pero segundos después una mueca se formó en su rostro—. Solo hay una cosa...

—Ya decía yo que estaba resultando muy fácil—bufó Maddy.

—¿El qué?—cuestionó la rubia entre todas con curiosidad.

—¿De donde sacaremos todo el material que utilizaremos?

Ahora casi todas se encontraban con una mueca; al final si había posibilidad de que se salieran con la suya. Amber en cambio, mantenía una sonrisa tranquila.

—¿Te parece divertido que nuestro plan se viniera abajo?—cuestionó Aisleen con una ceja arqueada.

Esta negó.

—Chicas, tengo material para bromas de sobra-explicó—; toda una maleta en mi habitación. No será problema. Solo necesitamos un plan.

Algo sorprendidas y aliviadas, se miraron entre sí. Nuevamente la emoción se apoderó de ellas.

—Sabrina y yo nos hemos tomado el atrevimiento de planear el momento en el cual atacar, espero no les moleste—Kath sonrió, las cinco negaron—; pero eso sí, necesitaremos de un poco de ayuda.

—Y tú, Maddy, eres nuestra chica—secundo la otra castaña.

[...]

Esa misma noche, con todo planeado a la perfección, decidieron ejecutar la broma. De una manera sigilosa a eso de la medianoche salieron de sus habitaciones y se dirigieron al internado contiguo.

El trabajo de Maddy consistía en nada menos que hacerles todo esto más fácil. Con sus conocimientos en computadoras y sistemas, les permitió evadir todo el sistema de seguridad de su internado y por tanto también el de Phillips Exeter; además de, por supuesto conseguir la información de los responsables de la broma y un plano de todo el área para la movilización.

Una vez se encontraron frente a la reja que separaba ambos institutos, sabían que lo bueno había comenzado.

Luego de un asentimiento de cabeza por parte de sus amigas, Amber procedió a sacar un pasador de su cabello y acto seguido abrir la cerradura con este.

—Bien, aquí tengo el mapa—soltó Katherine entre susurros sacándolo de su mochila junto a una linterna—. Maddy, vas adelante para divisar las cámaras.

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