Capítulo IV

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NARRADOR OMNISCIENTE

Como Ash invitó a Eiji a pasar la noche del viernes al cine y planeó después ir a una feria. Sería perfecto para pasar tiempo de calidad con su novio.

Estuvieron 2 horas en el cine, y llegaron a la feria a las 8 de la noche. Fueron a comer un algodón de azúcar y jugaron juntos en disparar a los peluches y ganar uno. Claramente, Ash ganó un oso panda y Eiji nada por su mala puntería. Sin embargo, el chico rubio se lo regaló e hizo que el japonés se sonrojara y para el otro, se le hizo adorable. Se siente afortunado de tenerlo a su lado, de ver esos oscuros ojos y esa hermosa sonrisa.

Se subieron a la montaña rusa, y la disfrutaron tanto que no podían dejar de reír. Finalmente, fueron hasta la rueda de la fortuna y observaron la feria y parte la ciudae por la altura. Se tomaron de la manos y Ash habló:

- lo siento.- diji un poco triste.

- ¿por qué?

- porque no he estado contigo, siendo que yo te dije que te quedarás...- miró sus pies, tratando de sacar la incómodidad de ese lugar.

Él esperaba que respondiera con algo o que no hiciera nada. Pero Eiji tomó su mentón y lo acercó a su rostro, el roce entre los labios de ambos le dio un agradable escalofrío a Ash. El chico del cabello negro lo besó y el contrario se sorprendió al principio, luego le correspondió y fue un largo y atrevido beso que fue interrumpido por la falta de aire.

- te amo, sé que no puedo controlotarte para que te quedes conmigo, sé que tienes y debes hacer otras cosas. No estás obligado a quedarte enganchado.- dijo al separarse y tomar un poco de aire, lo miró fijamente, para transmitirle paz y hacerle saber que sin importar qué, él estará allí.

No dijeron más, solo se abrazaron y se bajaron del juego, se tomaron de las manos, tenían una sonrisa de enamorados en sus rostros y no dejaban de mirarse con ternura y amor.

Salieron de la feria e iban caminando hasta casa.

Sin embargo, no todo es de color rosado y rojo en esta situación.

Muchos hombres con un pañuelo amarillo empezaron a salir de diversos lugares de esa calle.

Como cualquier lince, se puso en alerta y protegió aquello que era de su propiedad.

- Quédate cerca.- tomó la mano de su novio con fuerza y lo acercó a él.

- ¿eh? ¿por qué?.- preguntó curioso, aún así hizo caso a las ordenes.

Todos aquellos se acercaban, y Ash observaba con superiodidad a ellos. Pero por dentro tenía miedo de que le pasará algo a Eiji, ya que estaban expuestos. Eran muchos y eso lo alertó más.

- ¿Qué tenemos aquí?.- un hombre alto con cabello castaño y tez blanca se puso adelante de Ash y otros cinco más a sus lados.- ¿qué te parece si hacemos negocios?.- hizo un gesto mirando a Eiji de una manera pervertida.

Ash, con esa mirada, la gota de paciencia se le acabó. Usó la misma frase cuando él quisó hacer negocios con él anteriormente, quien nunca aceptó sus términos y propuestas. Tomó el arma que estaba en su pantalón y apuntó a la cabeza del castaño, justo entre los ojos. Estos no representaban miedo, en cambio, el rubio tenían rabia. Mientras tanto, los hombres de los lados sujetaron al japonés y pusieron un arma en su sien y una navaja en su cuello, sujetaron sus brazos haciendo que el oso de peluche cayera, y en su mirada tenía miedo, miedo de perder a Ash y su vida.

- ¿en serio crees que puedes derrotarme?.- dijo con obviedad al ver lo desesperado que estaba, ya que sabía que el rubio no era de esa manera, tan impulsivo sin un plan en mente.

Ash empezó a alterarse exponencialmente y su respiración también, las gotas de sudor caían por su frente. Sabía que su novio estaba en manos de esos rufianes y que si hacia algo lo iban a matar, pero sino lo golpearían y lo raptarían.

- Ash... tranquilo, todo está bien.- dijo Eiji con paz en su voz, pero con algunas lágrimas en su rostro. De todas formas sabía en que terminaría ésto.

Las palabras del japonés hicieron que el rubio bajará su arma y su cuerpo temblara. Entró en una desesperación que ni siquiera sus piernas podían resistir. Su mente podía pensar en él, en su Eiji. Sólo deseaba que ésto se acabará ya.

- Bien hecho, Ash. Ahora, si te atrevés a acercarte y matarme, verás la muerte de tu amado primero. - dijo el castaño y este en un gesto les dijo a los demás que se acercaran a él y lo golpearan, mientras se acercaban al chico de cabello negro y miró sus ojos.- Eres completamente mío.- susurró en su oído.

Las palabras de él le hizo escalofríos y una sensación de asco en su mente. Quería gritar y pedir ayuda, pero si lo hacía lo más posible es que lo mataran y lo único que hizo fue llorar en silencio por sus inútiles e incompetentes formas de defenderse.

Empezaron a subirse en el auto del castaño y Ash miró por última vez a Eiji.

- ¡EIJI!.- gritó con fuerza y trató de zafarse de los demás que lo estaban golpeando, luchó y luchó y se acercaba de a poco al auto.

- ¡ASH! ¡TE AMO!.- dijo con lágrimas en sus ojos al mirar hacia fuera del auto y estiró su brazo para alcanzarlo, aunque sabía que sería imposible. De inmediato le pusieron un pañuelo en la boca para que no hablara en el trayecto.

El rubio gritaba su nombre mientras era golpeado por los otros, se defendió con la mayoría, pero de repente venían más de todas partes y lo detenían para que no fuera tras ellos. Sus ojos estaban rojos por llorar tanto y su cabeza dolía por los golpes, la rabia y el llanto acumulado. Sus nudillos llenos de sangre de los demás y de él.

Después de unas horas, él ya no podía levantarse. Su cuerpo dolía, pero no más su corazón. Quien se hechó la culpa de todo, por perder a su Eiji y no pudo hacer nada al respecto. En aquella fría calle en donde estaba recargado en una de la paredes, lloró otra vez y gritó con todo lo que pudo. Luego observó el oso panda de peluche y se aferró a él.

Mientras tanto estaba Eiji desnudo en la habitación de aquel hombre, lo acababa de usar y se sentía sucio, un objeto que pueden usar y luego tirar. Ahora sabía lo que sentía su novio, se sintió tan mal por él. Trató de luchar, pero su fuerza no era la misma con el castaño, sus muñecas dolían por haber sido atado, su cuerpo estaba adolorido, su cabeza dolía y su corazón también.

- lo siento.- dijeron ambos aferrándose al oso y el otro a una sábana, antes de que entraran una depresión eterna

Ahora ya no estaban juntos, sus corazones estaban rotos al igual que sus almas, pero al amarse mutuamente todo estará bien.

__________♦__________

(N/A):
Actualicé, yESS al fin terminé. Lo juro, tenía una flojera.
Y sí, es ¡MUY TRISTE! SORRY PERO DOLIÓ MÁS A MI ESCRIBIRLO QUE A USTEDES LEERLO ;-;

¿𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦? 𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 [𝘈𝘴𝘩𝘟𝘌𝘪𝘫𝘪 | 𝘍𝘐𝘕𝘈𝘓𝘐𝘡𝘈𝘋𝘈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora