Ellos no saben de nosotras [caché g!p]

Capitulo 10

El primer periodo había acabado, y Calle salía del salón, para dirigirse a la cafetería y reunirse con sus amigos, las clases hasta ese momento habían estado un poco pesadas para la castaña, y la hora anterior había estado sola, pues ninguno de sus amigos recibía esa clase junto a ella.

Encontró a Sebastian de camino, y juntos llegaron a la mesa donde siempre se reunían. Todos sus amigos ya se encontraban en el lugar, pero lo que le sorprendió a la castaña fue encontrar a cuatro integrantes más; Poche, Maria Laura, Lauren y Camila, se habían sumado a la mesa de la castaña, y ahí se encontraban en esos momentos, charlando animadamente con los amigos de la chica.

Algo que le sorprendió tanto a Calle, como a Poche, fue el hecho de que Juliana se encontrara de lo más amable con la porrista, conversando como si fueran amigas de hace mucho tiempo. Sin darle más vueltas al asunto, Calle camino hacia Paula, pues había un espacio entre ella y Camila, pero al notar esto, ambas chicas cerraron el espacio intencionalmente, habiéndole un hueco a la castaña junto a Poche.

Paula le regalo una sonrisa cómplice a Calle, al igual que Camila, y sin decir nada, se sentó junto a la peliazul. Los nervios la atacaron y no podía mantenerse serena, oía lo que los demás hablaban pero no les prestaba atención; su corazón palpitaba muy rápido, y estaba segura que todos los de la mesa podrían escuchar sus latidos frenéticos.

Sebastian regreso a la mesa con su comida y la de la castaña, sentándose nuevamente en su puesto; junto a Maria Laura.

Después de un momento, Calle pudo integrarse animadamente a la conversación y hablar fluidamente con las porristas, aunque sus palabras aún se atoraban en su garganta cuando Poche se dirigía a ella o le regalaba una de sus hermosas sonrisas.

Matu pasó junto a sus dos compañeras, Nath y Erika, cerca de la mesa de la castaña, pero se mantuvieron al margen al divisar a las nuevas acompañante del grupo de Calle. Garzón estaba ahí, y por ahora era mejor no entrometerse.

Pero a Matuu le fastidiaba ver la cercanía entre la castaña y la peliazul. Los celos mataban a la porrista, no podía permitir que Poche le ganara. Yo soy mucho mejor se repetía constantemente Matu, pero sabía muy bien que Calle nunca se fijaría en ella. Siempre se percataba de aquellas miradas de enamorada que le enviaba a la capitana y por ello la fastidiaba, por fijarse en alguien que no le haría caso, o eso pensaba Matu. Ella quería que Calle sufriera, tanto física como emocionalmente, por, sin saberlo, herir el corazón de la joven. Lo que Matu no contaba, ni esperaba, era que Poche también tuviera sentimientos hacia la joven nerd.

No puedo permitir que Poche me gane, pensaba, no quiero que me gane, pero ya no tenía opción. Matu había perdido la guerra por su propia cuenta al lastimar a la castaña. La porrista se había enamorado, y esperaba que Calle sufriera al no corresponder sus sentimientos, al no fijarse en ella por estar enamorada de la peliazul.

Pero, ahora que veía todo con claridad, se daba cuenta que el sentimiento era mutuo, ambas se correspondían pero aún no lo sabían. Calle quería a Poche, y Poche quería a Calle. Su amor era reciproco pero ninguna se atrevía aun, a dar el primer paso.

Matu decidió dejar a un lado aquello, debía rendirse ya, jamás lograría enamorar a la castaña, mucho menos después de dos años de sufrimiento que le provoco, todo a causa de un corazón roto. Ella había perdido, se había hundido sola al optar por la venganza hacia alguien que, ciertamente, no le había hecho nada.

Daniela no le dio esperanza para que se enamorara, nunca le correspondió... es más, nunca habían sido siquiera amigas. Debía dejarlo ser, debía pasar página y concentrase en ella, olvidaría todo lo relacionado con la castaña y se preocuparía en sí misma, era lo importante. Calle jamás la querría, como ella lo hacía. Porque Calle quería a Poche, y ella jamás querría a nadie de la manera que quería a aquella peliazul.