Epilogo

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12 años después...

Calle se encontraba en la cocina, preparando la cena. Después de recoger a los mellizos del jardín, los había llevado a casa de su madre donde pasarían el fin de semana pues la castaña anhelaba tener unos días para disfrutar junto a su amada esposa, además de que ese día cumplían cinco años de matrimonio y quería sorprenderla.

Cuando Calle escuchó la puerta principal abrirse, sonrió como una adolescente enamorada. Aún después de tantos años, esa peliazul seguía teniendo el mismo efecto en ella. Sus besos, sus caricias, la forma de hacer el amor solo se sentía mejor cada día. Seguían deseándose y amándose.

Los pasos de la peliazul resonaron, Calle sintió cuando ella entro en la cocina.

"Eso huele delicioso, amor" dijo Poche en el oído de Calle.

La castaña se dio la vuelta y le sonrió, empezando a acariciar su cintura .

"Feliz aniversario, Pollito"

Poche pasó sus brazos alrededor del cuello de la castaña y besó sus labios.

"Feliz aniversario Frutita" susurró en el beso.

La cena fue romántica, como todo entre ellas. Después de tanto tiempo juntas, ellas no podían evitar la necesidad de siempre sorprenderse con gestos adorables y románticos. Hablaron de su día mientras bebían vino y se regalaban unos cuantos besos y caricias.

Cuando terminaron de cenar, Poche tomó la mano de Calle y la botella de vino y las guio a la sala. Se sentaron frente a la chimenea, mientras se terminaban la botella de vino. Las manos de Poche vagaban por las piernas de Calle, logrando excitarla. La respiración de la castaña se había vuelto pesada y la escuchó gruñir un par de veces, por lo que podía intuir que su pantalón estaba molestando a su esposa.

Con sensualidad, la peliazul puso de pie y tomó la mano de Calle, que parecía estar en un trance y se encontraba sumisa y entregada a su esposa. Poche sonrió y se dirigió a la segunda planta.

Cuando entraron en la habitación, Calle se dejó caer sobre la cama dejando escapar una risita. Poche por su parte, se movió sensualmente a horcajadas sobre su esposa, sintiendo su miembro acariciar su centro. Calle empezó a gemir, anhelando enterrarse en lo más profundo de su esposa. Ella amaba hacer el amor con Poche, le encantaba poder sentirla rodeando su miembro.

Sintiendo que no aguantaba más, Calle las giró y se colocó sobre Poche. Con rapidez se deshizo de las bragas de la peliazul pues el vestido que llevaba se le había enrollado hasta la cintura. La castaña se bajó la bragueta del pantalón y liberó su miembro completamente erecto.

Un ronco gemido se escapó de los labios de Poche al ser penetrada por su esposa. Calle se quedó inmóvil unos segundos, sintiendo la calidez que rodeaba su miembro. Poche empezó a besarla con brusquedad, deseando provocar más a Calle, algo que sin duda consiguió pues la castaña empezó a embestirla con fuerza.

Poco a poco lograron deshacerse del resto de prendas, quedando completamente desnudas y dejándose llevar por el deseo que recorría sus cuerpos.

Se susurraban palabras de amor y promesas que estaban seguras, nunca romperían. Se besaban y acariciaban, también se aruñaban y se mordían los labios. Gemían, gruñían y jadeaban. Se entregaban completamente la una a la otra. Hasta que llegaban al éxtasis y sus cuerpos agotados y sudorosos se perdían enredaban entre sus piernas y brazos, no teniendo la necesidad ni las ganas de alejarse un solo centímetro.

"Te amo Daniela Calle Soto" dijo Poche, dejando un beso en la frente de su castaña.

Calle sonrió felizmente. Doce años juntas, y aún quedaba mucho por disfrutar junto a su hermosa esposa y sus hijos.

"Te amo Maria Jose Garzon" susurró la castaña, dejando un beso en la mejilla de su esposa.

Poche suspiró y le sonrió, sin dejar de abrazarla.

"Frutita, fue positivo" murmuró la peliazul. Calle solo sonrió, dejando besos por todo el rostro de su esposa.

Sí que les quedaba aún mucho por vivir juntas, amándose y entregándose.


:')

Ellos no saben de nosotras [caché g!p]Where stories live. Discover now