Capítulo 2

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Ya pasaron dos días de la fiesta. Lara se quedó a dormir conmigo esa noche, estaba muy mal, no podía llevarla así a la casa. Al otro día no se acordaba de nada, había tomado mucho alcohol. Pero sí tenía algún que otro recuerdo de que yo estaba con un chico. Le dije que solo habíamos hablado, que no había pasado nada más, pero que era un lindo muchacho. La verdad es que trato de no ilusionarme con los hombres, he tenido novio un par de veces, y he salido con chicos, pero todos me terminan defraudando. Uno piensa que al ser hombre tal vez tienen las cosas más claras, si solo quieren sexo, o solo quieren una relación. Pero hay algunos que te hablan y después no quieren nada, o desaparecen de un día para el otro. No los entiendo, como ellos no nos entienden a nosotras.

Hay chicas a las que se les da más fácil lo de conocer a un chico, conozco muchas que no hay un solo momento que estén solteras. Se ponen de novias, cortan y a la semana ya están con otro. Pero... ¿y todo ese proceso de conocer a la persona? Una cosa es que cortes y que a la semana tengas sexo con otro, pero ¿ponerse de novia? ¿Really? No entiendo. Igual trato de no juzgar porque no me encuentro en su posición, tal vez paso tal y tal cosa y por eso están juntos, pero me suena medio raro.

A mí no se me da tan fácil eso de conocer chicos. Va, supongan que conozco varios, pero si voy a estar con ellos <sexualmente> me gusta conocerlos de antes, o por lo menos haber hablado varias veces. Digamos que me tienen que gustar, no me conformo con cualquiera, porque si no sería un caos. Pero las veces que me puse de novia es porque realmente lo sentía, y también se dio así de las dos partes. Fueron lindas relaciones, pero cuando uno termina se da cuenta de lo tóxicas que fueron. Durante parece todo lindo, pero cuando termina te das cuenta de ciertas actitudes, o de cosas que no tendrían que haber ocurrido si la pareja era sana. Tal vez por eso es que ya no creo tanto en el amor como lo hacía antes, y tal vez porque ya no me quiero desilusionar más.

Bueno, los debo haber aburrido; cambiemos de tema.

Ya es lunes, comienza la rutina, tengo que ir a trabajar. Son las 7 de la mañana, me levanto y me dirijo al baño para darme una ducha. Una vez que salgo, elijo qué ponerme. Opto por un jean oscuro, una polera negra, y unas botas negras. Maquillaje básico, corrector, un poco de sombra, delineado, rimmel y un poco de rubor. Seco mi cabello, es muy largo y liso, así que siempre opto por hacerme unos rulitos en las puntas con la planchita.

Una vez que ya estoy lista, agarro mi cartera, mi campera negra y bajo.

Veo que están desayunando mis padres y mi hermano.

-Buenos días –digo en general y los saludo a todos con un beso.

-Buenos días hija –dicen mis padres al unísono.

-Buenos días Ám –responde Balta.

-Ya me tengo que ir a buscar a Lara, nos vemos en la noche –los saludo y salgo para la cochera.

Una vez que estoy en el auto, arranco y me dirijo hacia lo de mi amiga. Lara vive cerca, a 7 cuadras de mi casa, siempre la paso a buscar con el auto. Ella tiene el suyo, pero decidimos siempre ir juntas. A veces me pasa a buscar ella, y a veces la paso a buscar yo, menos los días que cada una necesita su auto, por si alguna tiene que ir a un lugar en particular. Paro en lo de Lara y le mando un mensaje:

-"Out"

-"Voooooooyyy"

Dejo el celular a un costado. En eso veo que mi amiga sale de su casa y se sube a mi auto.

-Holiss, ¿cómo estás amiga? –me dice Lara, mientras que nos saludamos con un abrazo.

-Bien, empezando el día. ¿Vos? ¿Cómo amaneciste? –le pregunto mientras comienzo a manejar hacia una cafetería.

MILTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora