Epílogo

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Ya pasaron siete años desde que estoy en París. Seguimos viviendo aquí, y la verdad es que no dan ganas de volverse a Argentina. Siempre extraño a mi familia, pero cada tanto viajan para aquí, y cada tanto nosotros vamos para allá. Siempre estamos en contacto, la tecnología de hoy día nos permite vernos siempre. Y eso lo agradezco mucho.

La vida de todos nosotros cambio un poco en estos años. Y voy a comenzar por mi hermano y su novia. Balta y Male siguen juntos y muy felices. Tuvieron una hija, Julieta, que tiene dos añitos y es la princesita de la casa. Pude conocerla y la amo como si fuera mi hija. Bruno, por otro lado, esta enorme, mi sobrinito ya tiene 8 años y esta precioso. Pues, tía babosa. Cada vez está más parecido a Balta, y parece que también tiene el don de la música, pero él va por el lado del piano. Está muy feliz y eso me hace una tía feliz. Mi hermano en cambio, sigue con su banda de siempre, pero está en varias bandas más. Ya no trabaja en el estudio, solo toca y le va muy bien con eso, está triunfando cada vez más, y ya es conocido. Estoy muy orgullosa de que haya logrado todo lo que se propuso y que lo siga logrando y siga cumpliendo objetivos. Y por último Male, en los últimos años, el padre de Male no anduvo muy bien de salud, le encontraron cáncer de un día para el otro y falleció. No pudieron extirparlo a tiempo, ya que estaba en etapa cuatro. Male a raíz de esto estuvo muy mal, no tenía ganas de nada, casi que ni comía. Hasta que las cosas buenas empezaron a suceder: consiguió un trabajo muy bueno, como chef, en un restaurante de lujo que aún conserva, y es uno de los más prestigiosos de Buenos Aires. Y luego de un tiempo se enteró que estaba embarazada de la pequeña Julieta, y eso la animó mucho más. Ahora está contenta y se la ve feliz, además sé que Balta está ahí, amándola, y acompañándola en todo momento.

Mi amiga Laru, está felizmente casada con Fede. Se casaron hace unos 5 años, fue una boda hermosa. Ella siempre soñó con encontrar al amor de su vida y casarse, y así fue. Y se lo merece, es una de las mejores personas que conozco. Un año después de la boda, tuvieron una bebé, Venecia. Es hermosa e igual a Laru, rubia de ojos verdes. Hoy la pequeña Venecia ya tiene 4 añitos, y mi amiga esta perdidamente enamorada de ella, yo también, claro. Laru me hizo su madrina y eso me llena de amor. Siguen viviendo en Buenos Aires, en un depto. bastante grande en Palermo. A Fede le va muy bien en la empresa que trabaja, y tiene un puesto importante. Y Laru se convirtió verdaderamente en una bailarina profesional, sigue dando espectáculos en teatros, y también tuvo la suerte de viajar para demostrar su talento. Todos están muy bien por suerte.

Mis padres también están bien y felices. Cada uno sigue trabajando y siguen viviendo en la casa en la que crecí con Balta. Cada tanto vienen a visitarme, y obviamente yo a ellos. Están súper felices de ser abuelos, y son lo mejor del mundo. Claro que también cuenta para Venecia, ya que son como unos padres para Laru.

Y acá estamos nosotros, mi pequeño Teseo y yo. Mi hijo ya tiene 7 años y es hermoso, y cada vez está más grande. A veces no puedo creer lo rápido que pasa el tiempo.

Sigo pintando, obviamente. Tuve y tengo hoy en día varias exposiciones y mucha gente compra mis cuadros, estoy muy feliz por ello, por hacer algo que me gusta y que me llena el alma.

Seguimos viviendo en París, pero pudimos comprarnos un departamento mucho más grande del que alquilamos con Milton cuando llegamos aquí por primera vez.

Lo extraño, ya pasaron algunos meses, pero sé que siempre lo haré. Teseo es igual a él, tiene sus ojos y su sonrisa, pero sacó mi nariz y mi color de pelo.

Saben, antes de que se vaya, habló conmigo, claro. Dijo que necesitaba hacer este viaje, estar solo, con él. Necesitaba pensar y volver a sentir esa libertad que sentía cuando era más joven. No me malinterpreten, estuvimos 9 años juntos, y jamás nos presionamos a nada. Nos llevábamos muy bien, no había asfixia de ninguna de las dos partes, no había celos ni conflictos graves, solo cosas mínimas, como en cualquier pareja. Pero no más allá de eso. Complementábamos a la perfección.

Tal vez fue eso, pensar en él y yo como complemento, como "uno". Sé que no se puede cambiar a alguien, y mi intención nunca fue hacerlo. Él me eligió a mí, solo a mí, como yo a él. No necesitábamos otras personas, los dos así, como estábamos, estábamos bien. Y felices.

No me enojé cuando me dijo que quería hacer este viaje, pero lo hizo también en modo pregunta. Y ahí es cuando vi el error. Él no tiene por qué preguntarme si es correcto que haga este viaje, ¿Dónde está la libertad ahí? Una de las cosas por las cuales me enamoré de Milton, era por su amor a la libertad. No podía prohibírselo ni enojarme con él.

A veces no puedo creer como cambió mi vida desde que lo conocí, fueron 9 años maravillosos y no me arrepiento de nada. Me dio a mi hijo que es el gran amor de mi vida, y el amor y la felicidad que siento no lo puedo poner en palabras. Milton sigue hablando con él todos los días, puede alejarse de todo el mundo y conectarse con él mismo, pero sabe que su hijo lo necesita presente, y por eso siempre está.

Antes de cruzar la puerta la última vez que lo vi, me dio un beso en los labios y me susurró un "te amo". Sé que lo hace, y ojalá vuelva, no solo por Teseo, sino también por mí.

Ojalá vuelva, porque él siempre será mi casa, lo supe desde la primera vez que lo miré a los ojos. Lo supe desde la primera vez que me tocó: ya lo cité ¿no? "Fue como...magia".



Ahora sí, llegó el final...

Espero que les haya gustado mucho esta historia, esta fue mi primer novela y disfruté mucho de escribirla. Espero que ustedes la hayan disfrutado al igual que yo.

Muchas gracias a todos los que votaron, leyeron y apoyaron esta historia <3

Nos seguimos leyendo en escritos de amor, y tal vez quien sabe en alguna otra novela...

Muchas gracias de verdad, los quiero!! <3

Muchos besosssssss

LOVE4BALTAZAR

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