Capítulo 14

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Jueves de la semana siguiente...

Abro los ojos, son las 7 de la mañana, una fría mañana de agosto. Me levanto y abro la persiana, recién está amaneciendo. Me dirijo al baño, que ya no está en mi habitación, si no al fondo del pasillo. Todavía me estoy acostumbrando a la nueva casa. Hago mis necesidades, enjuago mi cara y lavo mis dientes. Laru todavía no se despertó, voy a la cocina y preparo el desayuno. Dos lattes que los sirvo en la taza térmica, así nos dura en el trabajo, y preparo unas tostadas con mermelada de frutilla y queso crema. Vuelvo a la habitación y me cambio. Me pongo un pantalón negro ajustado, unas botas negras de charol, camisa blanca, pullover gris. Maquillaje como siempre y a mi pelo le hago ondas naturales. Me dirijo nuevamente a la cocina a comer unas tostadas, escucho que Laru ya se levantó. Decido ir al comedor y sentarme a desayunar. La verdad es que el departamento quedo espectacular, Laru y yo pusimos muchas decoraciones sutiles, como cuadritos y adornitos de mesa, le pusimos más color a la casa. También llenamos el comedor y el balcón de lucecitas, al igual que nuestras habitaciones, se nota que nos encantan. En el balcón también pusimos muchas plantas, va esa fue Laru que le fascinan, pero quedaron súper bien. Todo quedo súper bien y estoy muy contenta, cumplí una parte de lo que quería hacer de mi vida y espero que se me sigan abriendo puertas y posibilidades para crecer.

Ya estamos con Laru bajando por el ascensor con nuestros lattes en la mano, nos cruzamos algunos vecinos y saludamos cordialmente. Esta vez vamos a irnos a trabajar en el auto de Laru.

Esta semana estuve yendo al gimnasio como lo prometí, y cuando terminaba continuaba con el depto. La verdad que todo fue muy agotador: trabajaba, iba al gym, y ordenaba. Laru hacía básicamente lo mismo, solo que ella después del trabajo ordenaba, y luego se iba a sus clases de danza.

También estuve hablando mucho con Milton por mensajes, no les digo que todos los días pero sí bastante seguido. Me hace reír mucho. No nos vimos ya que yo estuve a mil, ocupada, ya saben por qué. Igualmente él me dijo que también estuvo dando muchas clases, con muy poco tiempo libre en el día. Creo que mañana nos vamos a juntar, otro show del alumno de la otra vez. Parece que le está yendo muy bien porque están tocando seguido. Como me gustó mucho lo que hicieron claramente acepté, además que muero de ganas de verlo a Milton.

El día se va pasando en la empresa, entre llamados y atención de clientes. En una pausa chequeo mi celular y veo que Balta manda un mensaje al grupo familiar:

"Buenos días. Cena familiar el sábado por la noche en lo de Male, no pueden faltar. Besos"

Ya me imagino por lo que debe ser. No sé cómo van a reaccionar mis padres, ni los padres de Male. Pero espero que los apoyen porque es lo que más necesitan ambos en este momento. Tampoco es que son tan jóvenes, Balta ya tiene 25 y Male 28, mi madre tuvo a mi hermano a esa edad, así que por eso no creo que se molesten...

Viernes por la noche...

Estamos con Milton en un bar tomando una cerveza, esperando que el amigo comience a tocar. Esta vez el chico me saludó con más buena onda, la otra vez se me había quedado mirando raro, decido comentárselo a Milton:

-Esta vez tu alumno me saludó con más buena onda, te juro que la otra vez me miraba re raro, creo que te lo había comentado –le digo con una media sonrisa.

-Sí, y creo que sé el motivo –dice Milton- yo doy las clases en mi casa como ya sabes...y parece que él no sabía que yo tenía una relación liberal con mi novia –se empieza a reír- entonces cuando me vio con vos flasheó cualquier cosa.

-Jodeme –me río.

-Te lo juro.

-Claro, con razón. Estaba re incómodo pobre.

MILTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora