Capítulo 21

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Acabo de despertar, es viernes y son las siete de la mañana, tengo que ir a trabajar. Me levanto y voy al baño, hago mis necesidades y me doy una ducha bien fría y rápida. Vuelvo a mi habitación y elijo qué ponerme, me decido por un mono largo negro y fresquito para el verano; en mis pies unas sandalias negras a juego. El pelo me lo ato en una colita bien alta, me hago bucles casuales en las puntas y dejo mi flequillo largo adelante. Maquillaje básico, delineado, rimmel y un brillo en los labios. No me pongo bronzer ya que estoy bastante bronceada por las vacaciones. Nos fuimos con Laru a Playa del Carmen unos días, y si hay algo que me encanta es tomar sol. Volví bastante tostada aunque a medida que pasan los días se me va yendo. Qué triste.

La pasamos muy bien en las vacaciones con Laru, fuimos a un hotel con todo incluido y teníamos la playa a metros. Tomamos muchos tragos y salíamos todas las noches a divertirnos. Nos lo merecíamos, por trabajar todo el año.

Si hay algo que me gusta es la playa, aunque las montañas también. No sabría por cual decidirme.

Lo ideal es la playa en verano, y montañas en invierno, aunque no siempre podamos darnos ese lujo; pero sería lo ideal. El año pasado tuvimos muchos gastos con el tema del departamento, y hay que seguir manteniendo todo. Pero espero que en invierno podamos irnos aunque sea unos días al sur.

Bueno, siguiendo con mi día. Ahora estoy yendo a la cocina a prepararme un café. Sí, café hasta con 33 grados de calor. No puedo vivir sin el café. Laru está en la cocina preparándose un licuado, la saludo.

-Buenos días –le digo con una sonrisa.

-Buenos días Ám.

-¿Cómo amaneciste?

-Bien, aunque el calor me pone de mal humor.

-Ni me lo digas.

-¿Qué harás hoy después del trabajo?

-Tengo clase de pintura y nada, después vuelvo para acá.

-¿No te juntas con Leo? –Leo es el chico de la empresa, del que les hablé.

-No creo, la verdad es que estuve pensando y no sé si quiero seguir saliendo con él.

-¿Por? Parece un gran chico. Y es lindo.

-Sí, lo sé. Pero no siento nada.

-Wow, no te apresures, no tenés porque sentir cosas YA.

-No, ya lo sé. Pero uno sabe cuándo las cosas pueden llegar a avanzar y cuando no. Este no es uno de los casos en los que avanza. Lo siento así. No quiero que él pierda el tiempo conmigo, no me parece justo.

-Mmm, en eso tenés razón. Hacé lo que sientas, y saldrá bien.

-Eso haré –le sonrío.

En verdad Leo parece un buen chico, pero ya se los dije, no siento que sea para más. Me gustaría sentir cosas por él, pero tampoco me puedo obligar a eso.

-¿Tú que harás hoy? –le pregunto.

-Tengo clases de danza y luego saldré a cenar con Fede.

-Estás enamorada eh.

-Ayy muuuyyy. Conocerlo fue una de las mejores cosas que me pasó.

-¡Me encantan los dos! –digo emocionada. Estoy muy feliz por mi amiga. Se los ve a ambos muy enamorados y me pone re contenta verla así.

Después de esta cursi charla nos dirigimos a trabajar. Cuando llegamos a la empresa saludamos a los del piso, incluido Leo. Sí que es lindo, alto, pelo castaño oscuro y ojos grises.

MILTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora