Capítulo 4

212 12 0
                                    

Llegamos al bar en 20 minutos, Lara excede un poquito la velocidad, pero nada grave. Íbamos escuchando HER.

Cuando llegamos dijimos nuestros nombres en la entrada y pasamos por lista, tal cual Balta me dijo. Entramos al lugar, no había mucha gente todavía ya que nosotras llegamos temprano. Ellos dijeron que tocaban a las 22hs. pero siempre mienten y nunca aprendo. Lara me reta cada vez que la apuro y llegamos temprano a algún lugar.

En eso veo a mi hermano con los chicos de la banda en el escenario, pero recién iban a probar sonido, es decir que todavía falta un rato. Nos sentamos con Lara en una de las mesas más cercanas al escenario y escuchamos a los chicos mientras charlamos.

-Laru voy a comprar una cerveza, ¿vos querés? –le pregunto, ya empezó a llegar más gente y falta poquito para que mi hermano toque, así que voy a aprovechar y comprar algo para tomar.

-Dale tráeme una rubia –me contesta.

-Daless.

Llego al bar y le pido al chico que atiende dos cervezas rubias. Cuando ya las tengo vuelvo con mi amiga. En el camino me cruzo a varios amigos de mi hermano que son del barrio y los saludo a todos. Hay uno que me gusta, pero es un bobo, además no quiero meterme con amigos de mi hermano, siento que después sería un problema, ya sea si fuese algo serio o no.

Llego a la mesa, dejo las cervezas y me siento frente a mi amiga.

-Gracias Ám, ¿cuánto es?

-Nada, invito yo.

-No dale, decime –insiste Lara.

-Dale boluda, quiero invitar yo, déjame.

-Bueno está bien, graciasss –le sonrío.

Después de unos 10 minutos, se nos acercan los amigos de mi hermano y se sientan con nosotras. Siempre hacen eso en los shows, Laru ya los conoce así que los saluda a todos.

Empieza el show, me se todas las canciones así que las voy cantando. Cuando viene mi canción favorita, me muevo al otro lado del escenario y comienzo a filmar y a sacar fotos. Estoy muy concentrada en lo que hago hasta que escucho esa voz, la voz de alguien en quien estuve pensando por las noches.

-No puedo creer que te vuelva a encontrar, y en un lugar como este –me dice Milton. Está igual de lindo que en la fiesta, pero esta vez no lleva traje. Tiene puesto unos jeans, zapas, buzo y gorra.

-¿Qué haces acá? –le digo muy sorprendida. ¿Cómo es que él está acá? No lo entiendo.

-Jajajaja, ¿solo eso me vas a decir? –se queda expectante- soy amigo de Facundo, el guitarrista. Estuve en una banda con él hace algunos años –es músico.

-Wow, que chico es el mundo. No sabía que eras músico, no me lo esperaba.

-¿Por qué? ¿No tengo pinta?

-No, no es eso, simplemente es que no me lo esperaba –no sé qué decir, no tengo una explicación, simplemente no me lo esperaba en verdad. Milton se me queda mirando con un cara que me encanta. "Estoy al horno", pienso.

-¿Y vos? No me dijiste qué haces acá.

-¿Ves al baterista? Es mi hermano –le digo. Cada vez que nos hablamos nos acercamos al oído porque la música está bastante fuerte. ¿Y saben qué me pasa cada vez que se me acerca al oído? Me excito. La puta madre.

-Nooo, ¿en serio? Que flash, el mundo sí que es chico. Una vez hablé con tu hermano, en el cumpleaños de Facu, fumamos uno, es re copado.

-Ahh mirá. Sí, Balta es re copado, no nos parecemos mucho en eso –bromeo.

MILTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora