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×Por el tema manejado en este capítulo se recomienda discreción, si te encuentras en un estado de emociones negativas se recomienda no leer este capitulo

Alguna vez…

¿Pensaste que era mejor contener la respiración?

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—Hola Adrien —pronunció al verlo salir del elevador —sé bien que tal vez no quieras verme, pero… Compre croissants —mordió el interior de su mejilla —tenemos que hablar —agregó apenada.

—no estoy de humor —busco en sus bolsillos la tarjeta de acceso a su departamento —estoy agotado —musito con la mirada puesta en su mano, entrar al mundo real después de estar tanto tiempo en el mundo idílico que había creado resultaba ser difícil.

—entenderé si me odias, incluso sí quieres golpearme, si tan solo yo hubiera hablado antes, yo lo hubiera detenido, si yo hubiera dejado de ser una cobarde —tropezó con sus palabras, pero a ese punto ya no importaba —¡Lo he perdido todo! —si esa joven fuera un volcán ya estaría ahogada, pues su llanto seguramente al mar inundaría.

—claro —murmuró —¿Vas a seguir llorando?

—te estas volviendo igual a él —soltó.

—no puedo decir que te equivocas, porque ni yo mismo sé que estoy haciendo ahora mismo, fui detenido por golpear al que era mi mejor amigo, creo que lo estoy arruinando, bueno eso fue lo que me dicen… —suspiró —no puedo ofrecerte más que café, durante un tiempo fue lo único que me mantenía con energía —comentó recibiendo una sonrisa apenada de periodista.

—creo que es suficiente —relamió sus labios ansiosa, observó al rubio abrir la puerta de su departamento cediéndole el paso —sigue estando igual —comentó, apreciando la decoración de su amiga, ella tenía buenos gustos —no has cambiado nada —expresó notando las fotografías de la azabache adornando todo el lugar.

—supongo que ha algunos nos sirve continuar con lo que era —se encogió de hombros.

—obtuve el trabajo —mencionó con un ápice de emoción.

—me alegro por ti Alya, al menos no te volverás a ir de París —sus palabras sonaba acusartorias pero su sonrisa confundían a cualquiera que lo escuchara.

—tenía que irme, apagar esto por un instante.

—Alya… No vivimos en un cuento de hadas, no podemos apagar ni detener lo que sucede, no es posible —sus palabras sonaban crudas, por dentro seguía quemándose.

—no lo es, pero antes tenías fe en el destino —soltó.

—y por el perdí a lo que más he amado.

—así son las cosas… Yo perdí a mi mejor amiga —expresó destrozada.

—Alya, discúlpame, pero lo pongo en duda —soltó apretando sus labios.

—me he equivocado, lo admito, pero Marinette sigue siendo para mi mejor amiga —confesó ignorando la mueca por parte del joven —la amaba tanto…

—no lo creo —se dijo para si, una vez ubicado el control de la televisión encendió está —sabías y conocías al Nino, pero no hiciste nada.

Alguna vez... [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora