Alguna vez... [Terminada]

44.

×Atención, este es el penúltimo Capítulo de esta historia×

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Alguna vez.

¿Tus sueños se convirtieron en silencio?

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Escuchó la voz susurrante de Marinette dándole un correo y la contraseña, inicio la sesión y se quedó quieto viendo los mensajes que había recibido.

Siguió las indicaciones de Marinette, escribió un correo diciendo que sabía la verdad y le pidió verse en la compañía de su padre, al dar clic y escuchando el permiso de Marinette comenzó a divagar entre los correos intercambiados, cosas como amenazas, videos de ella como Ladybug, el primer correo había llegado justo después de haber sido creado, donde se mostraba el video de Gabriel transformándose, el asunto era "Creo que los villanos también van a cárcel aunque desaparecieran".

Algunos otros más humanos, donde le pedían que hiciera las cosas de la manera fácil ahora que estaba embarazada, el más reciente era de un día antes de la desaparición de Marinette, donde acordaban verse en un punto para el intercambio.

Se dejó caer en su silla agotado, recordando las palabras de Marinette de cómo debía de actuar, que debía decir exactamente.

—Adrien, está... Esta será mi penúltima nota para ti —escuchó, lo que llamó su atención —podría grabar 20 notas hoy, pero no puedo hacerlo, eso afectaría los planes —su voz se escuchaba agotada —si hoy no escuchas su versión, tendrás que quedarte con la mía —dio un suspiro —esto es muy difícil, creí que... Que yo —sollozo —estaría lista para dejarte, ahora solo tengo miedo y quiero correr a abrazarte para que no me dejes ir, tu dirás que podemos resolverlo, quizás hubiéramos podido de no ser porque le pedí al universo más de lo que tenía, Adrien no quiero dejarte —rompió a llanto, Adrien trago saliva con las manos temblando, eso sonaba a otra despedida para la cual no estaba listo.

—no me dejes Marinette —murmuró percibiendo sus mejillas mojadas, por un monneto le dio gracia que estaba tan acostumbrado a llorar que ya solo notaba sus mejillas mojadas al igual que su barbilla —por favor...

—nuestra hija se llamaría Emma, murió dos días después de nacer —volvió a llorar —tuvo complicaciones que los doctores no pudieron prever, intentaron salvarla de todas las formas, y yo... Vi como mi bebé, la que hacía que quisiera seguir viviendo... —se corto con un fuerte sollozo que destrozó a Adrien —moría, la bebé que tenía pestañas claras y diminutos cabellos dorados, no me dejó conocerla, ni saber su primera palabra, no me dejaron pasear con ella por París, no pudo siquiera escuchar de su padre ¿Cómo es que alguien se recupera de algo así? ¿Cómo pierdes a quién te hizo querer levantarte y no te dejó estabilizarte porqué volviste a caer? Tuvimos Una historia injusta Adrien, y a pesar de todo el dolor, no la cambiaría por nada, al final dicen que con el amor viene la pérdida, es parte del trato ¿No es así? —ambos sabían de donde venía esa frase, por lo que Adrien formó una suave sonrisa —creo que es una frase que tambien podrías decirle a tus hijos, algo que nunca pudimos con nuestra bebé —escuchó cómo lloraba, mientras él apagaba el portátil, buscó en las cajas que dejaron un abrigo de Marinette, al encontrarlo lo coloco en su hombre y después busco sus perfumes, rocio uno de ellos en la ropa, sintiendo reavivar el aroma de Marinette opacando así olor a olvido, se aferro a él con intensidad, como si fuera a escapar en cualquier momento, esa fue su estrategia durante la primer semana que perdió a Marinette.

—lo siento Adrien —la escucho de nuevo —te amo y siempre te amaré, te amaré aun cuando no sepa quien eres, te amaré aun cuando estés con alguien más, te amaré aun cuando no sepa que existes, te amaré hasta que mi alma se funda con el universo, creo que en ese punto te seguiré amando, pero te amaré aún cuando no exista una sola estrella en el universo, te amaré hasta que deje de existir.