45. Adiós.

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{Ya sé que había dicho que este sería el último capítulo, pero viendo la extensión decidí dividirlo en dos, que no cunda el pánico}

Alguna vez.

¿Has dudado de Marinette Dupain-Cheng?

.

[—tengo una teoría extraña —escuché la suave voz de Adrien en mi oído mientras enjabonaba mi cabello —que todo la historia se repite, no exactamente igual, dicen que si no sabes la historia la repites —susurró maseajando mi cabeza en movimientos circulares —va de la mano con ta teoría de la reencarnación.

—¿Desde cuando eres conspiranoico? —pregunté.

—no lo sé, creo que es la idea de buscar que pasa después de la muerte de la edad, pero esta otra teoría sugiere que cada alma que conocemos en una vida la conoceremos en la otra, tus padre siempre serán tus padres y tus hermanos siempre serán tus hermanos —mencionó quitando el jabón para entrelazar mi mano con la suya.

—¿No te parece un poco absurdo? —cuestione con duda.

—claro que no, eso significa que he recibido el premio de amarte cada vez que este en este mundo —dejo un beso en la parte posterior de mi oreja —¿No te aparece irreal? Aunque eso explicaría las guerras mundiales, pandemias, atentados, muertes.

—lo hace —susurre —¿Cómo resumirías la teoría?

—todo lo que pasa una vez, volverá a pasar, con un posible desarrollo y final diferente, pero al final siempre la misma situación, la historia se repite].

El agua comenzó a llenar mis pulmones, traté de impulsarme hacia arriba, él estaba arriba, no podía morir ahora, no podía respirar ante una corriente suave que me arrastraba tratando de hundirme, ayudándome a cumplir el motivo por el que había regresado a París, la fuerza me abandono y me odie por no poder luchar más, ahora lo dejaba yo.

Pronto sentí el roce de alas de mariposa que me jalaban hacia fuera ¿Adrien? ¿Eres tú mi amor? Pregunté tratando de mover la boca, sentí que perdía la consciencia.

—Por favor no, no —escuché, había pasado un segundo pero estaba sofocada, alguien empujaba mi pecho, Escupí el agua que había tragado y me gire para dejar que mi brazo derecho contuviera mi peso mientras trataba de encontrar oxígeno, mi vista estaba nublada pero logre ver los pies de la multitud que me rodeaba asustada.

—¿Adrien? —miré a mi Salvador, Luka me miraba aterrado, busque entre todas las caras desconocidas, un hombre pelirrojo de la mano de un azabache, una mujer de cabello rosa, una madre con un bebé... Me hundí en mi misma —¿Dónde está Adrien, Luka? —pregunté, yo lo había visto al girarme, escuché como de su boca salió mi nombre mientras golpeaba contra el agua —¿Adrien? —pregunté temerosa, no estaba loca, moví mi cabeza en dirección al puente, estaba demasiado lejos y solo se veía una multitud borrosa, me reincorpore sintiendo mis huesos doler, pero no me importaba, debía de encontrar a Adrien.

—Salto cielo Marinette, Adrien murió, Emma murió, no vas a recuperarlos saltando de un puente, tampoco apartando a todos y encerrandote días enteros sin comer, ni mucho menos suicidandote —lo oí hablar, mis piernas temblaron, pero estaba mintiendo.

—¡Yo lo vi! —grité mientras me ponía de pie y daba un par de pasos tambaleantes hacia atrás, extendí mis brazos para apartar a las personas que pretendían ayudarme —Adrien esta vivo, esta en el puente.

Alguna vez... [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora