Maratón 3/3
RossHabía venido en un pésimo momento, sé que Laura está enojada conmigo y probablemente está a punto de mandarme a la mierda para después marcharse nuevamente.
— Eras tú... ¿Y no me lo dijiste? — pregunta. — Sabías que era yo, ¿verdad?
— Sí, lo supe desde el primer momento. — admito. — Laura, lo siento... Sé que debí decírtelo pero simplemente no pude, tenía miedo de perderte. Fue una pura coincidencia, yo no sabía que eras tú hasta que comenzamos a hablar.
— Estuviste jugando conmigo. — responde.
— No, no estuve jugando contigo... Simplemente sucedió.
— Sé que fui a una perra contigo, pero dijiste que me amabas y que aquello estaba perdonado. ¿Ahora juegas conmigo? Te felicito, Ross. Lo has hecho excelente.
— Laura... — comienzo a decir pero ella se va del departamento tras cerrar la puerta detrás de si.
— Lo siento. Todo esto es mi culpa. — dice Adam, levantándose para ir a buscarla.
— Déjala. No iré detrás de ella otra vez. — respondo para después irme a mi habitación.
Sabía que estaba siendo un idiota, Laura al fin correspondía mis sentimientos luego de tantos años y yo ni siquiera soy capaz de correr detrás de ella. Pero no podía ir, no cuando Laura fue la que se marchó en un primer momento y me utilizó, no cuando quiso tener algo exclusivamente sexual y mientras tanto se veía con otro hombre, que resultó ser yo.
Tuve que recurrir al baile por todos sus malditos errores y todas sus inseguridades. Si, se lo debería haber dicho, pero ella me tuvo que haber dicho a dónde iba un sábado por mes.
Esa misma noche, mis tíos dan un baile de máscaras para su fiesta de aniversario. Suelto un bufido y me coloco la máscara que me ofrece uno de los empleados, Adam ríe por lo bajo.
— Vete a la mierda. — le digo.
— ¡Ross, estás tan guapo! — exclama mi tía sonriendo ampliamente antes de abrazarme.
— Gracias, tía. Estás increíble. Felicitaciones por sus treinta años de matrimonio. — respondo, sonriendo amablemente.
Ella mira más allá de mi y parece confundida. — ¿Laura no va a venir contigo?
— Hemos terminado. — digo simplemente, y me dirijo a mi mesa.
— ¿Laura le terminó, verdad? — escucho que le pregunta a mi primo.
— Es complicado... — murmura él.
— Veo que no has venido con Laura. — dice una voz masculina a mi lado.
Me tienes que estar jodiendo. ¿Por qué diablos me puso en la misma mesa que Jess? ¿Por qué siquiera está Jess acá?
— No, no he venido con ella.
— La he visto ayer. No me acordaba de lo excitante que es escucharla en mi propia cama... — murmura.
— Es normal que no lo recuerdes ya que la última vez que hemos estado juntos, afortunadamente mi gusto ha mejorado, ha sido hace más de un año. — responde Laura, y se sienta a mi lado.
— Al fin le has dado algo de atención a Ross, se deshacía por ti... Sentía algo de pena por él, cuando íbamos a fiestas como amigos pero terminábamos en una de las habitaciones. Ross lo veía, ¿sabías? Apuesto a que lo destrozaba.
— Bueno, Ross ahora está conmigo y tú estás solo. Eso ya dice demasiado.
— ¿Sabías que una de las veces en donde casi nos acostamos ha sido en la cama de Ross?
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Him (Raura)
RandomUna vez por mes. Esa era la cantidad de veces que lo veía. Esa fue la cantidad de veces que le llevó enamorarme, sin revelar su identidad.