Him (Raura)

Capítulo VIII

Últimos capítulos

Maratón 2/3
Adam

Laura se había marchado, y Ross había quedado destrozado. Sabía que esto iba a terminar mal, jamás debió aceptar tener algo completamente sexual con ella.

— Sinceramente es una pena lo que ha pasado entre Ross y Laura... — murmura Ellen, mientras arregla unas flores.

— ¿No sabes a dónde se ha ido? — le pregunto.

— No, simplemente me llamó llorando y me dijo que se marchaba de Nueva York. Jamás la había escuchado tan destrozada... ¿Por qué Ross le hizo aquello?

— Ellen, debes guardarme este secreto. — le pido y ella asiente. — ¿Recuerdas ese hombre misterioso del que Laura te habló una vez? Es Ross, pero Laura el fin de semana pasado le dijo que estaba enamorada de Ross y de él, y eligió a Ross. Cuando llegó a casa, él no estaba allí ya que seguía en el baile y Laura escuchó un mensaje en el teléfono donde una mujer lo invitaba a su casa.

— Entonces Laura se ha enamorado del mismo hombre no sólo una, sino dos veces... ¡Y ese hombre es Ross! Sabía que estaban destinados a ser. Debemos encontrarla y explicarle que fue todo un malentendido.

Asiento, estando de acuerdo. — ¿A dónde pudo haber ido?

— No lo sé, llamaré a todos nuestros conocidos y tú busca en la casa de amigas que se haya hecho por la zona.

Suelto un suspiro y me marcho de la casa de los padres de Laura, tenía la esperanza de encontrarla aquí pero Ellen sabía aún menos que yo.

Tras buscar en cada una de las casas de las amigas de Laura sin tener éxito, me doy por vencido. No había vuelto a Yale como me había dicho, ni tampoco me dijo a dónde se marchaba.

Llego a mi casa y me sorprendo al ver a una mujer acostada en mi sillón viendo la televisión.

— Al parecer mi madre no te ha dicho que me iba temporalmente. — dice Laura.

Suelto un bufido y le tiro un almohadón en la cara. — ¿No podías avisarme aquello, estúpida?

— ¿Qué? ¡Mis cosas están aquí!

— Creía que, al ser millonaria, no te molestarías en cargar tus libros.

— ¿Bromeas? Ni aunque fuera dueña de toda Europa dejaría mis primeras ediciones de Dickens y Jane Austen.

Suelto una carcajada y la abrazo. — ¿Cómo estás?

— Bien... Veo que no está en casa.

— Está ayudando a Ashley con su familia... — digo, con miedo a cómo reaccionará.

— Oh, de acuerdo. Mejor para mi, así puedo sacar mis cosas con tranquilidad.

— Has venido a arreglar las cosas con Ross, por eso aún no te marchaste. — observo.

— Pero veo que no tiene las mismas intenciones. Creo que me lo merezco, yo fui la que quiso esto y terminé enamorándome de él.

— Ross te ama más que a nada, Laura. Ashley es simplemente una amiga que está pasando por una situación que él ya pasó.

— ¿A qué te refieres? — pregunta, confundida.

Suelto un suspiro y me siento a su lado. — Sus padres murieron en un accidente, perdió a los dos de un solo golpe... Tenía una hermana más grande que él, ella recibía bullying, su novio la engañaba y sus padres habían muerto. Ross intentó estar con Rydel, pero apenas podía sostenerse a si mismo... Se sentía tan sola y destrozada que terminó suicidándose. Ross un día llegó del colegio y vio el cuerpo de su hermana en el baño.