Laura
Sonrío estúpidamente mientras veo a Ross durmiendo al lado mio, en mi cama, él me abraza y me acerca contra su cuerpo aún con los ojos cerrados.
— Buenos días, amor... — susurra, y yo salto encima suyo y lo abrazo con fuerza.
— ¡Te he extrañado! — exclamo, provocando su risa.
— Quería sorprenderte pero cuando llegué ya estabas durmiendo, lo siento.
— Adoro despertarme a tu lado, aún más luego de dos semanas sin verte. — respondo.
— Me has hecho demasiada falta... ¿Me dirás en algún momento por qué de repente has decidido marcharte de Harvard y volver aquí?
— Mi madre no la ha estado pasando bien, pero le he presentado a uno de mis ex- profesores de Yale y saldrán en una cita este sábado por lo que las cosas han mejorado. Lo siento muchísimo, pero es mi madre y tú estabas ocupado con tu posgrado, lo cual entiendo completamente y te apoyo.
— Laura, deberías habérmelo dicho. Pensé que me habías dejado y sentías pena por mi así que decidiste notificarmelo cuando volviera a casa, tenía miedo de ni siquiera encontrarte aquí.
— Ross, jamás te dejaría. — le aseguro. — Pensé que no me necesitabas allí y no quería ser una molestia, tenías tus propios asuntos como para también consolarme con los míos.
— Mi prioridad siempre serás tu y siempre te necesito a mi lado, me ha faltado mi recompensa tras largas horas de estudio... — murmura, besando mi cuello.
— Puedes cobrarte todas las horas de estudio ahora mismo y durante todo el día. — le digo, sonriéndole de lado.
— Oh, creéme que lo haré. — asegura antes de besarme con deseo, lo abrazo por el cuello y lo acerco más a mi mientras desabrocho los botones de su camisa.
Ross se presiona a mi cuerpo y jadeo al sentirlo, me deshago de su ropa mientras él besa mi cuello y me acaricia lentamente.
— Te he extrañado tanto... — murmuro, dejándolo debajo de mi cuerpo.
— Demuéstramelo. — dice, acariciando mis muslos desnudos ya que mi camisón era demasiado corto, lo había comprado por Ross.
Me lo quito y sonrío al ver la mirada de Ross sobre mi, siempre me ha mirado con adoración y como si no pudiera creer que esto realmente estuviera pasando, que yo lo amara con tanta intensidad.
— Te amo, Ross, no hay un día en el que no te elija para pasar mi vida a tu lado... — le susurro, rozando mis labios con los suyos.
Él vuelve a besarme con intensidad mientras sus manos van a mi cabello, le correspondo rozando mi cuerpo contra el suyo y disfruto el gemido que sale de sus labios.
— Laura, quiero empezar a... — comienza a decir, pero en ese momento Adam abre la puerta interrumpiéndolo.
Instantaneamente, Ross me deja debajo de su cuerpo y nos tapa.
— ¿Puedes tocar la maldita puerta? — le pregunta, molesto.
— ¡No sabía que estabas aquí! Por cierto, lindo trasero, Laura. — dice, guiñándome el ojo. — El gimnasio nos está dando un lindo fruto.
— Adam, tienes tres segundos para marcharte. — le advierte Ross, pero yo me estoy riendo.
— Simplemente venía a decirle a Laura que Nate ha vuelto de su viaje... — murmura.
Cierro los ojos y suelto un suspiro, rezando para que esto no traiga un problema con Ross más adelante.
— ¿Quién es Nate? — pregunta.
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Him (Raura)
DiversosUna vez por mes. Esa era la cantidad de veces que lo veía. Esa fue la cantidad de veces que le llevó enamorarme, sin revelar su identidad.